Opinión

Un nuevo lastre para el consumo

El ataque del pasado fin de semana a las instalaciones petrolíferas de Arabia Saudí provocó ayer un alza del barril de crudo Brent (de referencia en Europa) del 11,5 por ciento, hasta 67 dólares. No hay base para hablar de pánico; ese valor, lejos de ser un nuevo máximo, ronda el precio promedio del oro negro en este año (66,4 dólares).

Pese a la gravedad del atentado, fue posible contener ahora el alza del barril gracias a la alta oferta de crudo que se acumuló en los últimos meses a escala global, y al hecho de que Arabia tiene abundantes reservas, a las que pueden sumarse las propias de EEUU, ya que el presidente Trump ofrece sacar una parte al mercado. Ahora bien, existe el riesgo de que se junten varios factores que sigan elevando el precio del crudo. Nadie sabe cuánto tardará Riad en reparar los daños de la parte de su producción afectada, que equivale al 5 por ciento del bombeo mundial. Además, quedó en evidencia la vulnerabilidad de su gran petrolera, Aramco, a los ataques de un reducido grupo de drones, y es posible que se repitan acciones semejantes.

El mercado de petróleo está lejos de mostrar pánico, pero es factible que el crudo vuelva a tocar los máximos del año

Por último, no debe minusvalorarse la tensión que Trump es capaz de generar, en su afán de demostrar la responsabilidad de Irán en los atentados. Sobre esta base, aunque es precipitado prever que el barril bata récords y toque los 100 dólares, sí es aún factible que regresen los máximos de este año (75-80 dólares), lo que implica un escenario más difícil para un país tan energéticamente dependiente como España. El encarecimiento que ayer mostró el crudo ya se traducirá en un alza de los combustibles de hasta un 4 por ciento en pocas semanas. Si continúa esa escalada, el consumo interno español, ya en desaceleración, se verá afectado por un nuevo lastre.

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