Opinión

El momento para la 'mochila española'

La mochila austriaca, solución para el problema de las pensiones

La preocupación de los trabajadores por su movilidad entre empresas y la pensión de jubilación ha crecido entre la población española y europea. Muchos países llevan tiempo observando el modelo austríaco de desvinculación mediante un fondo de capitalización como remedio a estas preocupaciones: la famosa mochila austríaca, que podemos entenderla como un fondo de capitalización individual, financiado por la empresa, que en caso de que el trabajador sea despedido tiene la posibilidad de acceder a los fondos o bien mantenerlos con la finalidad de generar ahorros para su jubilación.

Esta medida se implantó para responder a varios inconvenientes de su mercado de trabajo, como la limitación de la movilidad de los trabajadores o el riesgo de liquidez o solvencia de las empresas en caso de acometer un gran número de despidos en un corto periodo de tiempo. Con esta política también se quiso potenciar el ahorro complementario a través de la previsión social complementaria, ante el riesgo de la longevidad asumido por su sistema de previsión.

La medida impulsa la movilidad de los trabajadores lo que va en beneficio de la productividad

Si bien los más de 15 años de funcionamiento de la mochila austriaca muestran que la movilidad de los empleados ha aumentado y el riesgo de las empresas ha disminuido, el incentivo de ahorro no ha dado los resultados esperados.

La primera razón, el nivel de aportación establecido por ley es insuficiente. La segunda, la rentabilidad obtenida por el fondo no ha sido la esperada por una estrategia de inversión conservadora, ya que el fondo, por su mandato de inversión, tiene la obligación de mantener el valor de las aportaciones, y criterios laxos de liquidez que conlleva a la entidad a tener una previsión alta de liquidez, limitando las inversiones a largo plazo.

Implantar una medida similar a la mochila austriaca en España sería positivo para el país

En España, en la reforma laboral de 2010 se llegó a proponer el modelo, que finalmente no se implantó. Más tarde fue Ciudadanos quien lo incluyó en sus programas electorales y el último en sumarse fue el propio gobierno de Sánchez.

La situación actual española presenta un entorno socio–económico muy similar al austríaco que originó la reforma: una legislación garantista en materia de despidos y el reto de encontrar soluciones a los problemas financieros de nuestro sistema de pensiones. Incorporar la mochila española permitiría una mayor movilidad de los trabajadores y con ella mejoraría la productividad de nuestra economía pues la tendencia de los empleados sería moverse a trabajos donde fueran más eficaces, productivos y mejor remunerados.

Incentivar la implantación de un sistema de previsión complementario tendría un impacto positivo en el entorno socio-económico. Por una parte, la concienciación a los empleados e implantación de una cultura de ahorro para la jubilación permite a los trabajadores transitar de la etapa de activo a pasivo, permitiendo la incorporación de los jóvenes al mercado. Por otra parte, las empresas tienen la posibilidad de incorporar nuevas capacidades y habilidades dentro de su estructura que les permitan desarrollar procesos más eficientes adaptándose a los cambios del mercado: mayor productividad. Además, los jubilados podrían disponer de un poder adquisitivo mayor, incrementando el consumo interno del país.

Para que la mochila española sea eficiente tenemos que aprender de las ineficiencias de la austríaca. Políticos y expertos deben desarrollar una mochila adecuada y competitiva, regulando su uso, instrumentalización, liquidez y nivel de aportación que permita alcanzar una pensión garante de una calidad de vida digna. Desde nuestro punto de vista, el devengo de la actual indemnización por despido (5,2 por ciento del salario base) lo iría aportando anualmente la empresa a un "seguro colectivo sobre la vida" (vehículo financiero autorizado por la legislación para exteriorizar compromisos por pensiones), mejorado con la incorporación de contingencias para que el empleado pudiese acceder a los fondos, el despido, así como las de fallecimiento, incapacidad, enfermedad grave y jubilación.

Estos seguros garantizarían también el 100 por cien del valor de las aportaciones y serían gestionados por las empresas, obligándose a compartir información con los representantes de empleados. Los derechos acumulados se movilizarían de compañía a compañía para que los empleados tuvieran todos los devengos a lo largo de su vida.

Esta reforma permitiría dar respuesta a una de las grandes preocupaciones de la sociedad española: las pensiones futuras

Esta reforma permite dar respuesta a una de las principales preocupaciones de la sociedad española, facilitando la movilidad de los empleados e incrementando el ahorro finalista a la jubilación. Tenemos ya un vehículo regulado que ha funcionado en tiempos de crisis. Aprovechemos la oportunidad.

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