
La contracción de la economía alemana en el segundo trimestre y el recrudecimiento de la guerra comercial entre EEUU y China eleva la preocupación entre los inversores. A pesar de ello, las estimaciones de beneficios de las empresas europeas se han recortado solo medio punto para 2020 y 2021, al tiempo que se mantienen prácticamente intactas en EEUU.
Al igual que pasó en diciembre y mayo, cuando también se acentuó el conflicto comercial, las previsiones de ganancias de las cotizadas constituyen un termómetro que transmite confianza en la economía y en las bolsas. Con todo, la volatilidad que presenta el mercado obliga a extremar la cautela, ya que aún es pronto para descartar por completo el riesgo que existe a una recesión a escala global.