El presidente de Adecose, asociación que representa a las grandes corredurías de seguros, cree que el seguro español no sufrirá impacto directo alguno por la guerra en Ucrania y su oferta no se resentirá, salvo que la debacle de los mercados perjudique las cuentas. Sin embargo, revela que la pandemia sí ha dejado secuelas en los riesgos industriales más complejos con subidas estratosféricas en ciertos precios y alerta, incluso, de que ciertas compañías de alimentación o química no encuentran aseguramiento por las exigencias en materia de sostenibilidad.
¿Llueve sobre mejorado con la guerra en Ucrania tras la crisis de la pandemia?
Pero, ¿es que le ha ido mal al sector? Llueve sobre mojado en la economía, pero al sector asegurador le han ido bastante bien las cosas. No digo que haya crecido, pero en resultados le ha ido bien.
Se han ajustado precios en determinados sectores, ¿será complicada la inflexión y volver a crecer en primas?
Esto va un poco por ramos. En estos dos años de pandemia al sector le ha ido bastante bien en los seguros generales. El seguro de crédito ha estado fantástico, en salud muy bien, la asistencia en viaje también y el tema de los decesos, por ejemplo, que han tenido, por desgracia, muchísimo más trabajo de lo habitual, también está muy bien y la gente ha visto que un seguro puede ser interesante. Son ramos que se han puesto en valor y nos han dado a todos la oportunidad de mejorar la imagen del sector. Si dejamos a un lado el sector del automóvil, donde hay una guerra a muerte y donde el único valor es el precio, el resto ha crecido. Y luego están los ramos industriales, donde sí hay algunos problemas.
¿En qué sentido?
Con el Covid, con las pérdidas que han tenido las aseguradoras a nivel mundial y las catástrofes naturales se ha castigado mucho a los reaseguradores y entonces se ha impuesto una disciplina de contratación muy alta en los seguros de empresa de una cierta complejidad. ¿En qué riesgos? Sobre todo en los más complejos: en líneas financieras, en los D&O -seguros de directivos- o los temas de ciberriesgos. Ha pasado también en responsabilidad civil profesional, en daños en grandes empresas, en transportes... En estos ramos se han endurecido las condiciones, hay menos capacidad de llegar a cumplir límites de indemnización y se han incluido exclusiones, por ejemplo, de posibles reclamaciones derivadas del Covid o con el teletrabajo. El ciberriesgo tiene a las compañías con los pelos de punta por todos los ataques que se han producido. Eso ha hecho que el sector en general, no solo en España, haya decidido que se han acabado los quizás 12 o 13 años seguidos de bajadas de primas e intentan poner unas primas mínimas a los diferentes riesgos.
¿Eso qué significa?
Traduciéndolo a la realidad del día a día: subir primas, en algunos casos de forma muy relevante, limitar capacidades e incluir exclusiones que puedan estar derivadas del tema del Covid, por los ciberriesgos, etc. Además, en el sector empresas hemos estado sufriendo particularmente las renovaciones del año 2020 y del año 2021 y creo que seguirá en 2022. Se está intentando tener unas tarifas mínimas, independientemente de su siniestralidad, que les permitan mantener técnicamente un resultado suficiente como para no tener pérdidas porque los resultados financieros para las aseguradoras prácticamente se han acabado.
¿Qué es un incremento de prima relevante o muy relevante?
De tener clientes a los que les ha subido del 20% al 300%. Es más, hay clientes sin cobertura. Y además hay una cosa muy curiosa: ahora en Europa lo que prima es la sostenibilidad y las empresas que se distinguen por estar dedicadas a la sostenibilidad, como puedan ser las empresas de reciclaje o en el ámbito energético, tienen problemas de cobertura.
¿En serio?
Sí. Si la empresa tiene determinados aislantes en sus establecimientos que no reúnen las condiciones de prevención que ahora se piden por sostenibilidad no te asegura nadie. Empresas de alimentación están con graves problemas, empresas químicas están con graves problemas, no encuentran cobertura en España. Y luego las sostenibles y las de reciclaje, y en el tema energético están encontrando también que puede incluso no tener cobertura por el endurecimiento de las condiciones de mercado. Estamos con empresas sin asegurar, clientes altos y muy complejos. A la pyme no le está pasando.
¿Y cómo se resuelve esto?
Estamos hablando con organismos oficiales y con aseguradoras de primera línea para intentar conseguir algo para este tipo de empresas, pero el mercado está muy duro, muy cerrado. Está ocurriendo en el último año y es como si empezáramos de cero. Es decir, mañana te viene un cliente, le analizas y se le fija un precio, cuando igual estaba pagando la mitad. E igual, ya no se le puede asegurar al 100% de capacidad sino al 50% y con varias exclusiones. Creo que es una sobreactuación con la excusa del Covid, que está tremendamente influido por el reaseguro y sus pérdidas en las catástrofes naturales y porque el resultado financiero desaparece y hay que ganar dinero.
¿Y cuánto puede durar?
Creo que le que queda todavía por lo menos un año o dos años para acondicionarlo al 100%. Cuando se encuentre el nivel que las aseguradoras consideren adecuado, empezará de nuevo a haber operadores que entren a asegurar y llegará la competencia.
Pelearon mucho para evitar la imposición de la contratación de seguros en las hipotecas, ¿ha corregido dicha situación la nueva ley?
Alguna cosa sí, pero en la práctica no. Si mañana vas a pedir una hipoteca, el banco te hace un paquete entre el préstamo, el seguro y al final lo contratas. ¿Que podrías hacer por tu cuenta el seguro y probablemente te saldría mejor? Puede ser, pero como lo que te hacen es una oferta y lo que tú quieres es la hipoteca, el resto casi da igual. Como si mañana te quieren vender una bicicleta, la incluyen en el paquete, te la colocan y fuera.
¿Cómo ven la alianza de aseguradoras con compañías como 'telecos' o energéticas para vender seguros y que hace, por ejemplo, que los carteros ofrezcan pólizas?
Yo me pondría en el puesto de un particular al que llaman todos los días para ofrecerle de todo. Lo mínimo que le pediría a esas organizaciones es que fueran lo suficientemente profesionales y bien formadas como para que me explicaran con rigor de qué va lo que me van a contar. En igualdad de condiciones, con gente bien formada, con objetivos claros de que el cliente se entere de lo que va a contratar será un competidor más y será muy potente. Lo único que pido, al igual que a la banca, es que utilicen los recursos que tienen a la hora de acceder al cliente y se dirijan a él con lealtad. ¿Y qué va a ocurrir a los corredores? Difícilmente le haremos la competencia a Endesa si mañana se pone a vender seguros o a Google o a Amazon. Tendremos que tener estrategia y buscar los sectores donde aportemos valor.
En su sector hay mucho movimiento, ¿se avecinan más operaciones corporativas?
Se ha demostrado que es un sector refugio, que en los años de crisis ha ido bien y eso hace que los fondos hayan puesto los ojos en nuestro sector, aunque no solo. Están atacando todo tipo de sectores porque hay muchísimo dinero en juego. Hay cinco o seis fondos, más los compradores de siempre, grandes corredores, que también están mirando qué oportunidades se producen en el mercado. El mercado está preparado para eso y además lo necesita para hacerlo más eficiente y porque hay que cumplir con una normativa que es la bomba y precisa unos mínimos recursos. Lo que hemos visto es la punta pequeñita del iceberg de lo que se está cociendo en el mercado.