La llegada de la primavera trae consigo los peores meses para los alérgicos. Esta primavera, sin embargo, este grupo contará desde el principio (el año pasado fue obligatorio a partir de mediados de mayo) con una protección especial, al menos cuando salgan a la calle: las mascarillas pueden ayudarles a paliar el impacto de esta afectación pulmonar.
Un estudio de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) asegura que las mascarillas reducen hasta en un 80% la exposición a las partículas de pólenes y también a los ácaros del polvo, esporas de hongos y los epitelios de los animales.
Esta exposición se refiere, lógicamente, a la de las vías respiratorias, ya que tanto nariz como boca quedan protegidas por las mascarillas que ahora usamos para protegernos de la pandemia de coronavirus. Aunque no son tan determinantes en espacios abiertos, esto se compensa para los alérgicos, especialmente en esta época primaveral.
Sin embargo, solo un tipo de mascarillas llegan a garantizar esa protección del 80%. Según la SEAIC, las FFP las más adecuadas, por delante de las quirúrgicas y las higiénicas. "Tienen una elevada capacidad de filtración y reducen hasta un 80% las partículas de pólenes y polvo en aire inhalado", explica Ángel Moral, presidente del Comité de Aerobiología de la SEAIC.
Además de protección que genera contra las partículas de polen (y ante el coronavirus, claro), existe un efecto 'secundario' también positivo de las mascarillas: también reducen la necesidad de medicamentos y las atenciones sanitarias en una época en la que los recursos sanitarios están sufriendo un esfuerzo sin precedentes.
Como siempre, es clave llevar bien la mascarilla, ya que, de lo contrario, no nos protegeremos bien. Se trata de un asunto largamente tratado en los últimos meses, pero no por ello menos importante. Moral asegura que se deben cerrar bien para evitar los espacios libres en boca o nariz. Además, aconseja, se pueden combinar con gafas de sol o normales, lo que protegerá también a los ojos, otra de las partes en las que se almacena el polen.