
La crisis del coronavirus también ha agitado las reglas, liturgias y procedimientos de la UE. El descomunal daño que provocará el virus llevó a la Comisión Europea a suspender el control del déficit y la deuda (Pacto de Estabilidad) en marzo. Hoy, en su examen anual de las economías de los socios, la Comisión centró todas sus recomendaciones dirigidas a los Estados miembros en aquellas prioridades que ayuden en la lucha contra la pandemia.
Más aún, estas recomendaciones tendrán un peso especial este año, tras una década en la que muchas de ellas han sido ignoradas por las capitales.
El Ejecutivo comunitario avisó que habrá un "claro vínculo" entre el cumplimiento de sus propuestas en salud, empleo y el apoyo a las empresas, con el acceso al fondo para la recuperación que presentará el próximo miércoles.
Empleo
En el caso español, Bruselas detalla una lista de peticiones para amortiguar el desajuste en el mercado laboral, ya que el porcentaje de parados podría llegar hasta el 19% este año. La Comisión pide al Gobierno medidas encaminadas a preservar los puestos de trabajo, e incentivos "eficaces" a la contratación.
También pide reforzar la protección por desempleo, sobre todo de aquellos trabajadores "atipicos" vinculados a nuevos sectores de la economía. En este apartado de la protección social, la institución comunitaria recomienda la mejora de la cobertura y la adecuación de los regímenes de renta mínima y de apoyo a la familia, dada la preocupación que manifiesta por los niveles de pobreza, que prevé que aumenten a causa de esta crisis.
El análisis comunitario no obstante no cuantifica aun el impacto que tendrá el proyecto del Gobierno para crear una renta mínima nacional, aunque advierte que los esquemas autonómicos existentes solo cubren a un 20% de los posibles beneficiarios en nuestro país.
Cuentas públicas
El Ejecutivo comunitario es consciente del desajuste en las cuentas públicas que provocarán todas las medidas de protección y estímulo. El déficit llegará hasta el 10,3% del PIB y la deuda superará el 115% del PIB este año, según las previsiones que presentó a principios de mes. Sin embargo, de momento no aprieta con los ajustes.
La situación podría cambiar a partir del año que viene, cuando probablemente se reactive el Pacto de Estabilidad. De momento, la Comisión pide "políticas fiscales destinadas a lograr situaciones fiscales prudentes a medio plazo y garantizar la sostenibilidad de la deuda", sin que la moderación del gasto afecte a la inversión.
En la rueda de prensa de presentación de las recomendaciones, el vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovskis, señaló que, dada la incertidumbre existente, aun no es el momento de marcar la senda para sanear las cuentas.
La Comisión suspendió a principios de la crisis los límites al control del gasto nacional para estimular la economía. Por eso, no abrirá un procedimiento por déficit excesivo a los Estados miembros, como debería haber hecho por superar todos ellos el límite del 3% del PIB.
Eso sí, Dombrovskis avisó que la suspensión del Pacto está justificada cuando existe una "grave recesión económica". Por lo tanto, los ajustes deberían arrancar a partir del año que viene, cuando la Comisión espera que la UE vuelva a crecer al 6,1%. Dombrovskis añadió, no obstante, que tendrán en cuenta la posición de partida. Es decir, que los niveles de déficit y de deuda serán "mucho más elevados" en el bloque comunitario.
Bruselas quiere evitar cometer los mismos fallos que en 2011. Entonces, impuso un atracón de austeridad para corregir los estímulos fiscales adoptados para superar la Gran Recesión de 2008-2009. El resultado fue que la UE se convirtió en la única gran economía cuyo PIB volvió a terreno negativo en 2012.
"Una vez que la política fiscal se normalice, será vital evitar cometer los errores del pasado. En la consolidaciones fiscales de hace 10 años, la inversión fue la primera víctima ", lamentó el comisario de Economía, Paolo Gentiloni.
Coordinación
En el análisis comunitario de diez páginas sobre España, también sobresale una demanda en el trasfondo del debate nacional. Bruselas pide a la coalición que lidera Pedro Sánchez "mejorar la coordinación entre los diferentes niveles de gobierno".
La Comisión insiste en este punto para salir de la recesión más profunda que sufrirá nuestro país en casi un siglo, con una caída este año del 9,4%. "Una coordinación más fuerte y sostenida entre los diferentes niveles de gobierno podría hacer que las políticas para facilitar la recuperación sean más efectivas", se lee en el informe.
Con la mejora de la coordinación entre el nivel central, regional y local, Bruselas pretende evitar que se agranden las diferencias existentes entre las comunidades en esta fase de vuelta a la normalidad.
"Una vez que la política fiscal se normalice, será vital evitar cometer los errores del pasado" - Paolo Gentiloni
Porque el documento advierte que existe "un riesgo sustancial de que se amplíen las disparidades en el país" según la especialización socioeconómica de cada región, por ejemplo, en función del peso del turismo en su territorio.
Esta petición llegará con ruido en plena discusión entre el Gobierno y las comunidades por la gestión centralizada de la desescalada, y el fuego cruzado de las primeras semanas debido al stock de material sanitario.
Gasto sanitario
En este apartado sanitario, el informe de la Comisión señala que "existen disparidades regionales en términos de gasto, recursos físicos y personal, y la coordinación entre los diferentes niveles de gobierno no siempre es efectiva".
En un duro revés a los recortes en Sanidad de los años de la austeridad, el veredicto comunitario también indica que la pandemia ha revelado "problemas estructurales existentes", los cuales en parte achaca a "ciertas deficiencias en la inversión" tanto en infraestructura como en la contratación de personal sanitario, además de apuntar a "las condiciones de trabajo de los trabajadores de la salud".
Por eso, entre las recomendaciones que dirige a España, la Comisión pide "reforzar la capacidad y resiliencia del sistema sanitario" tanto en lo que respecta al personal sanitario, como los productos médicos críticos y la infraestructura.
La Comisión también dedica un apartado a solicitar medidas de apoyo especificas para las empresas, como proporcionar liquidez a las pymes y autónomos, y evitar retrasos en los pagos.
Y para asegurar que la inversión productiva se mantiene, propone que se anticipen proyectos de inversión pública que se encuentran en una fase avanzada de desarrollo. También apunta a fomentar la inversión privada, sobre todo en las prioridades europeas de la transición ecológica y digital.
Condicionalidad
Las recomendaciones que emite el Ejecutivo comunitario a los Estados miembros han tenido un cumplimiento desigual desde que arrancara este proceso en 2011. En el caso de nuestro país, la Comisión ha afeado en el pasado el cumplimiento limitado.
Sin embargo, la pandemia también hará que sea diferente a partir de ahora. Las palabras de Bruselas tendrán más peso porque estarán vinculadas a dinero. Dombrovskis avisó que habrá un "claro vínculo" entre las recomendaciones y el acceso al fondo para la recuperación.
Tras años en los que a Bruselas le ha faltado mecanismos para reforzar la aplicación de sus directrices para coordinar las reformas de los socios, la pandemia le ha ofrecido la oportunidad para introducirlas como condicionalidad. "Estoy seguro de que los Estados miembros, teniendo en cuenta lo que está en juego, prestarán atención a estas recomendaciones", agregó Gentiloni.