
Al final va a resultar que ni las Zonas de Bajas Emisiones ni las etiquetas medioambientales evitan la toxicidad de los gases emitidos por los coches más modernos, o al menos así lo asegura este estudio.
Un trabaja publicado en Science Advances ha demostrado que las emisiones de los coches de gasolina modernos, aún cumpliendo con la normativa Euro 6d, se vuelven sustancialmente más tóxicas tras su liberación y exposición a la luz solar y oxidantes atmosféricos.
La investigación, liderada por Helmholtz Munich y la Universidad de Rostock, tomó como objeto de estudio un vehículo con filtro de partículas primarias en el tubo de escape (GPF), cuyo objetivo es atrapar casi por completo las partículas primarias en el tubo de escape.
Al analizar las emisiones recién emitidas, los científicos no detectaron efectos citotóxicos en líneas celulares humanas (la capacidad de una sustancia para dañar o destruir células humanas).
Sin embargo, una vez sometidas a "envejecimiento fotoquímico", las partículas y los gases resultantes causaron daños significativos en el ADN y estrés oxidativo en células epiteliales alveolares y bronquiales.
Según la Dra. Mathilde Delaval (Helmholtz Munich), este hallazgo revela "una deficiencia crítica" en las pruebas de emisiones, que miden solo lo que sale del tubo de escape sin considerar su transformación en el entorno.
Por su parte, el Dr. Hendryk Czech (Universidad de Rostock) añade que "si ignoramos lo que ocurre tras la entrada de los gases en la atmósfera, subestimamos gravemente el impacto sanitario de la contaminación del tráfico".
¿Cómo afecta a las ZBE?
Según los datos del Real Automóvil Club Vasco Navarro (RACVN), sólo un tercio de las más de 160 ZBE previstas en España están plenamente operativas, puesto que los ayuntamientos reciben fuertes críticas por prohibir la circulación de miles de coches y, además, se enfrentan a denuncias de colectivos y asociaciones automovilistas.
A esto se suma la reciente decisión de Francia de paralizar o incluso abolir sus ZBE, al considerarlas discriminatorias y gravosas para hogares de renta baja, algo que el RACVN ve como precedente para España.
Las ZBE actuales se basan en etiquetas medioambientales que categorizan a los vehículos según los contaminantes primarios medidos en condiciones de laboratorio. Sin embargo, la toxicidad "real" a la que están expuestos peatones y vecinos de esas zonas incluye compuestos formados a distancia y tiempo tras la emisión.
- Partículas secundarias (SOA/SIA): se "fabrican" en el aire cuando las emisiones reaccionan con la luz del sol y otros gases. Estas partículas pueden dañar las células de tus pulmones y tu ADN.
- Carbonilos y otros volátiles oxigenados: son gases ligeros que se crean también tras reacciones químicas en el aire y que pueden alterar el ADN. No obstante, estas no se miden en las pruebas oficiales.
Por tanto, un coche Euro 6d clasificado como "verde" puede generar en la práctica una mezcla más nociva que otro de categoría inferior si las condiciones meteorológicas y de irradiación favorecen la formación de estos subproductos.
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