Un alfiler puede transformar la visibilidad de tu parabrisas del coche: el truco secreto que cambiará tu conducción

Cuando nos ponemos frente al volante de nuestro coche, es del todo fundamental llevarlo en estado óptimo para que, de este modo, el riesgo de sufrir un siniestro o una avería disminuya de forma considerable.

Por esta razón, desde la DGT recomiendan que antes de realizar un viaje de larga distancia, como el que puedes realizar en verano o esta próxima Semana Santa, se realice una revisión del vehículo con el objetivo de detectar cualquier posible fallo.

Uno de los elementos que se deben inspeccionar con cierta regularidad es, sin duda alguna, el limpiaparabrisas. Esta pieza se encuentra siempre a la intemperie, por lo que es más fácil que sufra daños.

Un alfiler puede solucionarte la vida

Entre los problemas más frecuentes del limpiaparabrisas es la pérdida de presión del chorro del líquido, que se encarga de limpiar la luna delantera o trasera en cuestión de segundos.

Para solventar este problema únicamente se necesita un fino alfiler, que introduciremos sutilmente en el orificio del que sale el líquido a presión. Gracias a este sencillo gesto eliminaremos cualquier resto de suciedad que se encuentre dentro.

Por otra parte, si las escobillas del parabrisas están en mal estado, pueden rayar el cristal y reducir la visibilidad, lo que supone un riesgo al conducir. La red de talleres Carglass, expertos en el arreglo de lunas, recomienda revisarlas tras el verano y antes de la temporada de lluvias y bajas temperaturas, y cambiarlas aproximadamente cada dos años, según el uso y la marca.

Además, se aconseja limpiar regularmente el interior y exterior del parabrisas con un paño húmedo con jabón para prevenir la humedad, y si se empañan por el cambio de temperatura, lo mejor es activar el aire caliente del coche y dirigir el chorro hacia el cristal para disipar el vaho.

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