Motor

Los coches híbridos tienen un mantenimiento más sencillo que los diésel y gasolina

  • Las ventas de híbridos ya superan las cifras de cierre de 2022

Las etiquetas de los coches, ante la activación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), ya influyen en la decisión de compra de los usuarios. Ante esto y como paso previo a la adquisición de un eléctrico, los híbridos han disparado sus ventas.

La compra de un vehículo eléctrico sigue condicionada por las bajas autonomías, la escasa infraestructura de recarga y los precios disparados de estos modelos. Así, los híbridos se han convertido en la opción preferida de los españoles para comprar un coche.

A cierre de 2022, las ventas de los vehículos híbridos acumularon 243.267 unidades, un 8,9% más que en el mismo periodo del año anterior. La cuota del total del año fue de 25,29%, según las cifras de la patronal Anfac. De su lado, las ventas de los híbridos enchufables totalizaron 48.193 unidades, un 11,3% más en tasa interanual. La cuota del acumulado del año fue de 5,01%.

Ahora bien, hasta octubre, estas propulsiones ya superan las cifras de 2022. Concretamente, los modelos con motorización híbrida acumulan 252.109 unidades, un 28,8% más que en el mismo periodo del año anterior. La cuota del total del año es de 26,91%. Las ventas de los enchufables suman 50.501 unidades, un 30,4% más y una cuota de 5,39%.

Es más, según los datos recabados por Unespa, a cierre del pasado año había un total de 820.788 turismos híbridos circulando en España. En concreto, alrededor de 1,1 millones de turismos empleaban motores híbridos y eléctricos, el 4,64% del parque asegurado.

Un mantenimiento más sencillo

A parte de la etiqueta, los híbridos ofrecen otras ventajas frente a los modelos de combustión, como un menor consumo o un fácil y asequible mantenimiento. Según Arturo Miguel Rojo, responsable técnico del RACE, los híbridos comparten muchos elementos con los de combustión, pero al contar también con un motor eléctrico, el mantenimiento de un híbrido es más sencillo ya que la parte eléctrica suple algunos elementos de los de gasolina y diésel.

Por ejemplo, los híbridos no usan embrague ya que no se utiliza una caja de cambios al uso, como la que puede montar un coche con cambio manual o automático. Los coches híbridos utilizan un variador (CVT) o un sistema de engranajes planetarios que no necesitan de un mantenimiento, como sí lo requieren las cajas de cambio manuales o automáticas.

Igualmente, los híbridos utilizan un alternador que trabaja con la electricidad en distinto voltaje y suelen llevar instalada una correa de distribución. Ésta necesita menos mantenimiento y así se evita tener que manipular ciertas zonas cercanas al circuito de alto voltaje necesario para alimentar el motor eléctrico.

Los coches híbridos, por norma general, están diseñados para realizar una conducción eficiente con un control de las emisiones, así que no es necesario que monten un turbocompresor. Además, tienen motores térmicos atmosféricos de pequeñas dimensiones que se apoyan en la potencia extra que genera el motor eléctrico. Debido a su eficiencia, no necesitan un filtro antipartículas.

Sin embargo, un coche híbrido tiene que pasar por un mantenimiento muy parecido al de un vehículo de combustión. Se deberá comprobar el aceite, filtros de aire y gasolina, frenos, neumáticos, suspensión y amortiguación, líquido refrigerante y de frenos, gas de aire acondicionado, dirección e iluminación.

El RACE apunta que la clave del mantenimiento de un coche híbrido es realizar una diagnosis para observar que no hay fallos y que todos los elementos funcionan correctamente, incluido el sistema de alta tensión. Según la pieza que pueda dar un error, puede que el coste del arreglo o sustitución sea algo mayor que un coche de combustión, sobre todo si está relacionado con la batería del coche híbrido.

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