Si una medida más que polémica ha quedado latente de este 2021 que ya cierra sus puertas en el sector de la automoción, esa es la implantación de un sistema de peajes en las autovías españolas. El fin de la gratuidad que el Gobierno contempla para las carreteras españolas con el fin de acceder a los fondos de recuperación de la Unión Europea, que ya está previsto que se implante para 2024.
Aún sin una aprobación definida pero con una hoja de ruta que abarca algo menos de tres años, el Ejecutivo de coalición de PSOE y Unidas Podemos ha deslizado en los últimos meses su firme idea de instaurar una red de cobro en las principales carreteras españolas. Algo que se viene defendiendo desde los ministerios como "el que contamina, paga", por lo que se pretende generar una nueva vía de ingresos que reduzca el enorme déficit de estas infraestructuras.
De esta forma, la fórmula preferida por el Gobierno sería la de 'viñetas'. Un peaje que ya existe en países del entorno como Portugal y que mediante un sofisticado sistema genera un cobro al reconocer al vehículo, una vez pasa por determinado punto.
Así funciona el peaje por viñeta
En el caso del servicio luso, estas viñetas consisten en arcos implantados a lo largo de las carreteras, similares a los que soportan los carteles informativos o radares, y que mediante cámaras supervisan que todos los vehículos dispongan de una etiqueta o pegatina, al estilo de las de la ITV o las ambientales, por las que se autoriza el pago.
También implantado en Suiza, Austria o República Checa, la forma de pagar se puede hacer por días, meses o anuales generando de esta forma que el conductor abone una cantidad que le permite circular por una serie de vías durante el tiempo estimado. En el caso portugués, las cámaras reconocen la distancia recorrida y generan un importe en función de estos kilómetros.
De darse la tarifa de un céntimo por kilómetro, un trayecto Madrid-Barcelona costaría más de 5 euros
Por ello que el Ejecutivo ha sondeado la posibilidad de implantar una tarifa que ronda el céntimo por kilómetro, para que de esta forma un recorrido Madrid-Barcelona supusiese un gasto de 5,33 euros. Además, junto a esta posibilidad de la viñeta también se estudian diferentes importes o exenciones para vehículos que diariamente transitan autovías para trabajar, estudiar o asuntos sanitarios.
La OCU inicia una campaña para acabar con los peajes
Una medida no sin polémica, por el fin del carácter de gratuidad, que desde que se deslizase ha derivado en numerosas críticas. La última, desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en lo que consideran un triple agravio para los conductores españoles.
El impuesto por peajes se sumaría a los de matriculación y otros gastos derivados del uso de vehículos privados
La institución entiende que de llevarse a cabo esta práctica, un conductor pasaría de abonar 'solo' el impuesto de matriculación y los diferentes importes que genera un coche a esos impuestos además de un nuevo pago por los peajes y el encarecimiento de determinados servicios que pasarían a ser más costosos por el impacto directo de los peajes.
"Una injusticia", según la OCU por lo que se pide al Gobierno que recapacite y dé marcha atrás a este proyecto que solo haría que perjudicar al conductor medio español. De cualquier forma, la institución argumenta que de implantarse, debería tener un consenso general de todo el sector de la automoción, así como debería contemplar diferentes sensibilidades para no dañar más a los usuarios vulnerables.