Bolsa, mercados y cotizaciones

Deutsche Bank vuelve a tocar mínimos históricos pero rebota más de un 2%

  • Los analistas no descartan que tenga que ampliar capital otra vez
  • Los bajistas asedian a la compañía y el interés de sus cocos se dispara

Deutsche Bank ha esquivado un momento tan crítico como el vivido en el año 2016. La entidad alemana abandonó el EuroStoxx 50 en septiembre y es el banco que sufre la mayor caída del sectorial de la eurozona, a pesar de rebotar este martes algo más del 2%, con un retroceso que roza el 54%.

Con este descenso acumulado, sus títulos se sitúan en la zona de los 7,3 euros, sus mínimos históricos y la compañía apenas vale 15.000 millones, no muy lejos de los 14.138 millones que llegó a tocar su capitalización en el momento más duro de la crisis vivida en 2016. 

La compañía se ha visto golpeada por varios escándalos en los últimos meses, lo que ha desangrado a un valor en el que el mercado ya había perdido la confianza. En abril de 2017 la compañía completó una ampliación de capital de 8.000 millones de euros, lo que disipó temporalmente las dudas sobre su salud financiera. 

Por aquel entonces la firma llegó a superar los 36.000 millones de valor bursátil, pero las últimas turbulencias han vuelto a poner en jaque a la firma, que ahora vale unos 15.000 millones de euros. "En términos generales, consideramos que Deutsche Bank tiene una financiación y una posición de liquidez saludables, pero sufre de un mal momento de ganancias y una débil posición de capital. A corto plazo vemos riesgo de que se recorten más las estimaciones del consenso por el agotamiento de la división de banca corporativa y de inversión y a largo no podemos descartar una nueva ampliación de capital", apuntan desde Citi. 

Cambio en la dirección

La compañía nombró a Christian Sewing como nuevo consejero delegado en abril y sus 8 primeros meses al frente de la compañía no han podido ser más convulsos. De momento, la empresa está centrada en reducir sus gastos. El banco espera que sus costes se sitúen este año por debajo de los 23.000 millones este año y de los 22.000 millones en 2019, pero no ha reiterado su objetivo de bajar de 21.000 millones en 2021. 

"Han retirado este objetivo ya que creen que pueden hacerlo mejor y prefieren centrarse en un objetivo de costes sobre ingresos. En una conferencia de la industria en junio fijaron este objetivo por debajo del 70%, pero esta cifra no ha sido reconfirmada", apuntan desde RBC Capital Markets.

En este contexto,los títulos de Deutsche Bank cotizan a 0,24 veces su valor en libros, una situación que se explica por su baja rentabilidad. Si todo el sector está ofreciendo rendimientos deprimidos debido a los bajos tipos de interés en la eurozona, el banco alemán esta situación se hace aún más palpable. 

El consenso espera que este año la entidad acabe con una rentabilidad sobre el capital (ROE) del 1,2%, para subirla al 2,4% en 2019 y al 3,4% en 2020. Esta cifra contrasta con el objetivo general del sector de llegar al doble dígito y con la expectativa de que la industria en la eurozona alcance un rendimiento del 8,9% al cierre del año que viene.

"Las acciones cotizan a un descuento significativo sobre el valor contable y, en nuestra opinión, esto se debe a las bajas expectativas de rentabilidad. Hay poca visibilidad sobre la capacidad del banco para mejorar los retornos, por lo que la valoración de la entidad se vuelve muy subjetiva", explican en la firma canadiense.

Los bajistas y los CoCos

Durante el año 2016 un terremoto sacudió a toda la banca europea, con los tenedores de cocos poniéndose cortos para protegerse. Este tipo de activos se convierten en capital una vez que la ratio de capital de la entidad emisora baja de un nivel determinado y para protegerse de esta posibilidad los tenedores de este activo tomaron posiciones cortas sobre las acciones de los bancos, aumentando la presión bajista.

Precisamente, el epicentro del terremoto fue la bajada de rating a Deutsche Bank por parte de S&P. Según datos de Bloomberg, la entidad cuenta con cuatro bonos convertibles contigentes emitidos todos ellos en 2014. La emisión con mayor actividad son los 1.750 millones colocados en euros con un cupón del 6%

Durante el arranque del año este papel ofrecía una rentabilidad en el mercado secundario que se situaba por debajo del 4,8%, pero en los últimos días no ha dejado de escalar hasta superar el 6,4%, el nivel más alto desde finales de 2016. Así las cosas, cotiza con unas pérdidas que superan el 16% sobre el precio de colocación.

En caso de que la ratio CET1 de la entidad se situase por debajo del 5,125%, el banco podría optar por convertir esta deuda en capital. Este papel tiene calificación de bono basura para las tres grandes agencias. Moody's le otorga una nota de B1 y S&P de B+, 4 escalones por debajo del grado de inversión en ambos casos. Mientras, Fitch es la agencia más benévola, con una calificación BB-, 3 peldaños por debajo del grado de inversión. 

En este escenario, los grandes bajistas controlan el 4,6% del capital de la compañía, según los datos de Bloomberg. Esto supone que hay a los precios actuales 733 millones de euros apostados a la baja contra la compañía. AQR Capital Management tiene un 2,61% del capital de la firma, Marshall Wace un 1,5% y Renaissance Technologies un 0,52%.

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