
La volatilidad que vivió el mercado en febrero por una corrección en Wall Street que se contagió al Viejo Continente, la tensión comercial entre EEUU y China, y la inestabilidad política en Italia y España en mayo han sido algunos de los eventos más significativos del primer trimestre del año, sin olvidar el repunte del petróleo o acontecimientos geopolíticos como Corea del Norte o Irán, poniendo en duda ese escenario equilibrado o perfecto que acompañó a los mercados en 2017.
"Y es que tanto en la corrección de febrero como en el mercado europeo las últimas semanas, las caídas no respondieron tanto a razones de fundamentales, si no que los episodios de volatilidad respondieron más a una cuestión de sentimiento, donde se pasó de la complacencia al nerviosismo ante noticias o revelaciones que antes pasaban desapercibidas", explica el estratega macro de Inversis, Ignacio Muñoz-Alonso en un desayuno informativo sobre el fin del goldielocks o economía de equilibrio.
Para el experto, tras las la exuberancia que vivieron las bolsas en enero, cuando Wall Street avanzó un 8, y Europa un 5% (prácticamente dos tercios que lo esperado para el ejercicio), sufrieron un "mal de altura" que les llevó a un entorno de sentimiento de mercado que descuenta un escenario negativo "sí o sí". El fin de la economía equilibrada o estable puede llegar por dos vías, señala Muñoz-Alonso. "Por la vía del sobrecalentamiento -por la aparición de la inflación-, que lleva aparejada acciones por parte de los bancos centrales a través de una subida de tipos y puede llevar a la economía a una desaceleración, o incluso, a una recesión. Por otra parte, sin necesidad de calentamiento, que las economía desaceleren por la madurez del ciclo en EEUU, con el correspondiente efecto contagio a los mercados europeos".
¿Fin de ciclo?
Desde Inversis no ven actualmente razones para identificar un escenario recesivo o inflacionista ni preocupación en los bancos centrales, a pesar de que los resultados del primer trimestre han sido "flojos", detalla Muñoz-Alonso, pero "se deben a factores coyunturales". Y lejos de la senda del objetivo de inflación del BCE, puede ser el momento de pensar en retirar estímulos, tal y como anunció ayer el economista jefe de la entidad. El estratega macro no espera sorpresas en políticas monetarias ni en EEUU ni en Europa, pero sí que la transición del programa de compra de deuda –QE- al tapering o retirada de estímulos se haga como lo hizo la Fed capitaneada por Yellen. "Que no ultra anticipe y que comunique", acentúa Muñoz-Alonso, algo que mientras siga Draghi estando al frente de la entidad, en su opinión, "se hará bien".
Por otra parte, el experto señala que pese a la solidez de los resultados macroeconómicos y corporativos, los índices de confianza se han deteriorado en el primer trimestre y es a estos indicadores a los que habría que prestar atención. "Por fundamentales, los agentes sobrerreaccionan. No despreciemos el sentimiento de los operadores porque muchas veces se llevan por delante a los mercados aunque haya fundamentales", recuerda el experto.
Perspectivas para el segundo semestre
Respecto a las previsiones para el segundo semestre de 2018, Inversis ve más atractivo en el bono americano que en los europeos. Sus estimaciones esperan un incremento de la rentabilidad del bund alemán del 0,4% al 0,9%, lo que conducirá a pérdidas en carteras, mientras que el T-Note, en el 3%, ofrecerá retornos medios del 2,7%. Sin embargo, Muñoz-Alonso advierte que se protegería del cambio de divisa, ya que en su opinión, "el dólar va a continuar retrocediendo frente al euro".
En cuanto a la renta variable americana, la entidad prevé que los beneficios empresariales aumenten un 25-30%,(muy inferiores por el efecto del impacto fiscal) y un potencial del 10%. Para Europa, en concreto el EuroStoxx, esperan un aumento de los beneficios del 10% y un potencial para el índice del 12%.
Con estas previsiones Inversis apuesta por carteras muy diversificadas con países emergentes de economías grandes y con exposición a materias primas, a las que les queda capitalizar las subidas del último año, como puede ser Latinoamérica, Indonesia, o China.