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El alza del petróleo se cuela en la lista de riesgos a los que se enfrenta el mercado

  • Desde Citi pronostican que la demanda de crudo superará a la oferta en 2019

Los expertos empiezan a estar preocupados por los efectos que el alza del petróleo pueda tener en la inflación, sobre todo teniendo en cuenta que es el IPC lo que decidirá el ritmo de subida de tipos por parte de los bancos centrales.

Tras la guerra comercial, el mayor riesgo al que se enfrenta el mercado, según la última encuesta a gestores realizada por Bank of America Merrill Lynch, es que los bancos centrales cometan algún error en su política de normalización monetaria. No es de extrañar por tanto que cada vez sean más los expertos que empiezan a preocuparse por la escalada que está protagonizando el petróleo en el último mes y que ha permitido que solo en lo que va de año el West Texas acumule ya una rentabilidad del 12% o que el Brent repunte un 10%.

Al fin y al cabo, y aunque la inflación que miran los bancos centrales para decidir su política de tipos es la subyacente que no incluye la energía, un aumento repentino en el precio del crudo puede acabar provocando un contagio al resto de bienes y servicios que sí se incluyen en esa cesta en la que tanto se fijan la Fed de EEUU y Banco Central Europeo (BCE).

"La continua subida de los precios de las materias primas está provocando que aumenten las expectativas de inflación como ya sucediera durante el mes de enero", alerta Ignacio Perea, director de inversiones Tressis. Es decir, justo antes de que se produjera la primera escalada del bono americano a niveles del 3% y la consiguiente corrección del mercado liderada por Wall Street.

El impacto en el crudo del bono al 3%

De hecho, el repunte de la rentabilidad de la deuda americana es uno de los factores que más están contribuyendo a la reciente subida del precio del petróleo. "El aumento de los precios de los bonos van a encarecer los préstamos para los productores de petróleo. Como resultado, los proyectos nuevos serán aparentemente menos atractivos (…). El aumento de los rendimientos contribuirá a reforzar las limitaciones en el lado de la oferta", afirma David Donora, jefe de commodities de Columbia Threadneedle.

Un límite de la oferta que ya se vio la semana pasada tras la publicación de una caída en el dato de inventarios en EEUU que fue del todo inesperada y que puede ir en aumento teniendo en cuenta la escalada de tensión en Siria, el descenso de la producción en grandes países productores como Venezuela o Angola o las sanciones a Irán o Rusia. De hecho, desde Citi pronostican que en 2019 la demanda, que estiman en 99,83 millones de barriles diarios para principios del próximo año, podría empezar a superar a la oferta en el primer trimestre y se mantendría así el resto del año. Una estimación que también comparten desde Morabanc: "Hay un déficit de oferta, tal y como muestra la fuerte corrección a la baja de los inventarios de crudo más destilados. En este sentido, pensamos que esta situación se mantendrá en el tiempo, al menos hasta 2019", apunta Tomás García Purriños, responsable de commodities en el banco andorrano, y subraya que "llevamos tiempos defendiendo que ha cambiado el ciclo de los precios, probablemente estemos ante el comienzo de un nuevo periodo alcista".

De hecho, tal como recuerdan desde DWS, son las dinámicas en la oferta y la demanda lo que han explicado mejor la evolución del precio del petróleo, también en los últimos tiempos en los que han entrado en escena además las muchas tensiones geopolíticas que se están viendo en el mundo. "En 2014, la oferta empezó a superar ampliamente la demanda. El precio reaccionó como consecuencia de ello, bajando de los más de 100 dólares por barril a menos de 30 dólares a principios de 2016. En los últimos 12 meses, sin embargo, la demanda física ha superado a la oferta. Los inventarios están disminuyendo y los precios aumentando. Por lo tanto, incluso en ausencia de una escalada de tensión geopolítica, el precio del petróleo parece estar bien soportado donde está", afirman.

¿Más agresividad de la Fed?

La clave ahora está en si ese cambio de ciclo en el petróleo acabará modificando la política de tipos más que del BCE, de la Fed, que sí está ya inmersa en una, de momento progresiva, normalización monetaria ya que en EEUU sí se empieza a hablar de un sobrecalentamiento de la inflación al calor no solo del aumento del IPC, en niveles del 2,4% y por tanto muy superiores al objetivo del 2%, sino también de los salarios que, además, se pueden ver presionados al alza como consecuencia del impacto que tenga en el PIB los estímulos fiscales anunciados por Donald Trump. No obstante, desde Pimco, la mayor gestora de renta fija del mundo, creen que esta presión inflacionista no afectará a corto plazo a los planes de la Fed y defienden que "es poco probable que provoque una respuesta monetaria agresiva", aunque puntualiza que "los inversores no acaban de creérselo por lo que se pondrá a prueba en los próximos meses". De ahí que, según afirma Richard Turnill desde BlackRock , "la predisposición al riesgo de los inversores parece haber disminuido, si bien no se ha disipado".

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