Desde que la publicación de las actas del Banco Central Europeo (BCE) la semana pasada dejaron entrever que el fin de los estímulos puede adelantarse a un alza de tipos en 2018, el mercado compró con celeridad el mensaje, lo que se tradujo en subidas en las bolsas europeas pese a la revalorización del euro frente al dólar. Un mayor precio del dinero beneficia a las actividades que se nutren de la rentabilidad de la deuda soberana, como el sector bancario y de seguros. Y entre las compañías que esperan como agua de mayo el fin de los estímulos y una subida de tipos en su cartera de inversiones se encuentra Mapfre. La aseguradora ha abandonado el farolillo rojo de La Liga Ibex por recomendación -la herramienta elaborada por elEconomista que combina las recomendaciones de FactSet y Bloomberg desde septiembre de 2016-, un cartel que no había logrado quitarse en año y medio y que, actualmente, ocupa Técnicas Reunidas.
A pesar de que la firma mantiene el letrero de venta por parte del consenso de analistas, es el valor del selectivo español que más mejora su recomendación en las primeras 12 sesiones del ejercicio. JP Morgan revisó su consejo la primera semana de enero, pasando de sugerir deshacer posiciones a mantenerlas, mientras que BBVA y AlphaValue reafirmaron la recomendación de compra tras conocerse las actas del BCE el pasado jueves. Pese a todo, no consigue reducir la proporción de semáforos rojos, que se mantienen en un 38,5%.
En este contexto, la compañía se recupera en el parqué del profit warning -rebaja en las estimaciones- que lanzó a finales de verano tras varios terremotos y huracanes que se produjeron en Norteamérica y el Caribe y que llevaron a su acción a marcar mínimos anuales en octubre del año pasado. Desde entonces, la firma se revaloriza un 10% y se coloca entre las diez compañías del Ibex más alcistas en enero.
Los tres objetivos del Plan
Estas catástrofes, que Mapfre provisionó la primera entre las aseguradoras, valorando las pérdidas en una horquilla de 150 a 200 millones de euros, representaron un agujero de 176 millones de euros en su beneficio de 2017 al tiempo que pusieron claramente en jaque los tres objetivos principales marcados en su Plan Estratégico 2016-2018: alcanzar un nivel de ingresos de 31.000 millones de euros, un ROE (rentabilidad sobre el capital) del 11% y una ratio combinada (la diferencia entre los ingresos por primas y los gastos de la aseguradora) del 96%.
"No hemos abandonado esos objetivos, pero los dos últimos son difíciles de alcanzar, aunque no se va a producir una reformulación del Plan, aunque haremos todo lo posible para acercarnos a ellos", afirmó Fernando Mata, director general corporativo financiero de Mapfre en una entrevista concedida a elEconomista.
En lo que respecta al ROE, el consenso de mercado estima que Mapfre lo llevará a niveles del 9 % este año, aunque los expertos de JP Morgan sitúan a Brasil como la clave para acercarse al objetivo. "Los vientos de cola en este país podrían llevar a Mapfre a alcanzar el 11%, con un beneficio equivalente a los 965 millones de euros", calculan los analistas considerando que se cumplan una serie de condiciones, entre ellas, la salida de Verti, filial estadounidense de Mapfre, de cinco estados -donde la propia firma reconoce tener muy bajas rentabilidades-para centrarse en aquellos con ROEs más elevados. De media, la rentabilidad sobre el capital de la firma en EEUU es del 4,7%, la más baja de sus grandes mercados.
A pesar de que la recuperación de la economía brasileña puede ser una importante palanca para Mapfre en 2018, los expertos de Citi -quienes mantienen su recomendación de venta sobre el título- reconocen que la devaluación de "ciertas divisas latinoamericanas", entre ellas el real, es uno de los mayores riesgos para la firma.
Cartera de inversiones
La posibilidad de que la subida de tipos se adelante en Europa es un nuevo aliciente que no se contemplaba hace algunos meses por el mercado. Mapfre sería una de las grandes beneficiadas en caso de que Mario Draghi dé un paso más allá que, si se produjera, impactaría sobre la cartera de inversiones de la aseguradora, valorada en casi 50.000 millones de euros. De ellos, un 54,2% está invertido en deuda de gobiernos -principalmente de España- y otro 20% en bonos de compañías.
Una vez descontado el profit de las estimaciones, en el último trimestre se ha visto un suelo en la rebaja de las previsiones de beneficio para Mapfre, que incluso llegan a repuntar tímidamente para 2019 y 2020. La aseguradora cerrará este ejercicio con unas ganancias de 853 millones, según FactSet, que rebasarán la barrera de los 1.000 millones en dos años.
El inversor que decida entrar hoy en la firma deberá esperar algo más de 10 años para recuperar su inversión por la vía del beneficio, lo que implica un descuento del 6,6% respecto al sector europeo, cuyo PER (número de veces que la acción recoge en precio las ganancias) medio rebasa las 11 veces.
La cuarta rentabilidad por dividendo
El consenso de mercado recogido por FactSet prevé para Mapfre la cuarta mayor rentabilidad del Ibex 35 en 2018, estimada en el 5,43%, tras los dividendos de Atresmedia (6,74%), Enagás (6,37%) y Mediaset (6,17%). Asimismo, estima que en 2019 la rentabilidad se eleve hasta un 6,03%. Para la aseguradora es clave mantener el pago de 0,145 euros por acción, retribución que se puso en entredicho tras las catástrofes naturales en Estados Unidos y América Latina en el mes de septiembre del año pasado. La compañía tiene un compromiso de pay out (porcentaje del beneficio que se reparte por la vía del dividendo) de entre el 50% y el 65%.