
Torsten Slok, economista jefe de Deutsche Bank Securities, señalaba en un informe reciente que una de las preguntas que frecuentemente le plantean sus clientes es dónde se aprecia una burbuja dentro de los mercados financieros. Este experto considera que la respuesta es sencilla y apunta a los 8 billones de dólares en deuda global que en estos momentos opera con un interés negativo. "Pensémoslo, casi una década después de la crisis financiera seguimos viendo 8 billones de dólares en bonos con una rentabilidad negativa", advertía.
Desde su punto de vista, es precisamente la falta de atractivo de estos activos para los inversores lo que se convierte como en la mayor burbuja en los mercados financieros en estos momentos. Según explica, estos activos con una rentabilidad negativa han forzado a los inversores de todo el mundo a comprar otra clase de activos, desde bonos de alto riesgo, activos de renta fija, préstamos, hipotecas e incluso renta variable y fija de mercados emergentes.
Para Slok, el proceso de adelgazamiento del balance de la Reserva Federal, que comenzaba este mes, no supondrá una diferencia al panorama actual. "La prueba de fuego llegará cuando esos 8 billones de dólares en deuda comiencen a generar retornos positivos", asegura cuestionando la reacción del mercado. "El gran miedo es que cuando la rentabilidad de estos bonos comience a subir y los diferenciales de crédito sean mayores, la renta variable comenzará a perder impulso a medida que los inversores dan de lado a los activos de riesgo y vuelven poner sus miras en la deuda soberana", pone de manifiesto.
En términos financieros, el economista de Deutsche Bank considera que una vez que la rentabilidad de estos bonos con menor riesgo comience a subir, muchos inversores comenzarán a preguntarse por qué deberían continuar comprando activos de riesgo, como renta variable.
Pero, ¿cuándo comenzará a materializarse este escenario?. Según Slok, la burbuja estallará cuando comencemos a ver un repunte de la inflación en EEUU. Esto forzará a la Fed a acelerar su subida de tipos, lo que se traducirá en unas tasas de interés más altas, incluso en Europa y Japón. En estos momentos, el consenso no espera que la inflación subyacente a este lado del Atlántico comience a subir de forma consistente hasta el segundo trimestre del año que viene. De hecho, el domingo, la presidenta de la Fed, Janet Yellen, respaldaba estas proyecciones al asegurar que tanto ella como buena parte de los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) esperan que los precios comiencen a subir en 2018.
"La mala noticia es que la cifra de 8 billones de dólares en gráfico inferior indica que los inversores no creen que volvamos a ver un repunte en la inflación", destaca el economista de Deutsche Bank. En este sentido considera que la salida de los bancos centrales y sus políticas extra acomodaticias apenas ha comenzado pero una vez que la inflación comience a repuntar, salir de lo que Slok define como "el Hotel del Dinero Barato" será mucho más difícil que registrarse.
