
Las expectativas que había generado el Banco Central Europeo (BCE) a comienzos de año sobre una pronta subida de los tipos de interés en la eurozona se han ido difuminando paulatinamente en el mercado. La estimación que maneja Bloomberg es que, como mínimo, Mario Draghi elevará el precio del dinero ya en 2019, aunque los expertos creen que incluso esta posibilidad se antoja demasiado cercana como para ser verdad.
La principal conclusión que se deduce del Observatorio elEconomista-Sabadell sobre el impacto de la subida de tipos en la banca es que ésta se producirá de forma muy gradual y a partir de 2019, con lo que se prevé que el precio del dinero continúe en niveles mínimos todavía durante un periodo de tiempo prolongado. Otra de las conclusiones es que el coste de financiación para las empresas ya ha tocado "mínimos históricos", afirma Sergio Palavecino, director de gestión financiera global y CFO en España de Banco Sabadell, aunque su repunte no será un problema si va acompañado de crecimiento económico, y para Europa se estiman tasas superiores al 2% para el bienio.
Más allá de las dudas que existen sobre el timing que pueda elegir el BCE, lo que sí genera un rotundo consenso entre los analistas es que, en el momento en el que se apruebe un aumento del precio del dinero en la zona euro, la banca será la principal beneficiada por esta medida. De ahí que el mercado ya esté descontando esta posibilidad, llevando a las entidades a liderar la rentabilidad de los índices europeos en el año.
En el caso concreto del Ibex 35, CaixaBank y Banco Sabadell -con un peso importante de hipotecas sobre el total del préstamo- acumulan las mayores revalorizaciones en el año, del 29% y 27%, respectivamente. Sin embargo, ninguna de las entidades nacionales -con la excepción de la recién llegada Unicaja- cuenta con el favor de los analistas, que siguen sin conceder la recomendación de compra al sector, a pesar de que el beneficio de las ocho entidades cotizadas crecerá, en conjunto, un 27% de 2017 a 2019, hasta alcanzar los 19.650 millones de euros, casi 4.300 millones más de lo que espera para este ejercicio y sin contar con el impacto de una subida de tipos en su balance que llegará, como pronto, en 2020.
Una subida gradual
El inversor europeo debería asumir que lidiará con un entorno de tipos bajos también en los próximos años. "La subida de tipos será mucho más gradual de lo que se pensaba hace un año", comenta Víctor Alvargonzález, estratega de inversiones de victoralvargonzalez.com, y ni siquiera se notará "en el mercado secundario (de bonos) donde no se espera una gran subida de la rentabilidad en el medio plazo".
Entre quienes sostienen que el BCE mantendrá el plan que ha dejado entrever los últimos meses -con anuncio de tapering en octubre y tipos que permanecerán en niveles bajos durante un largo periodo de tiempo- se encuentra María Cabanyes, senior vicepresident en el grupo de instituciones financieras de Moody´s, que sugiere una primera subida de tipos "a finales de 2018 o principios de 2019" gracias a que "el crecimiento económico en la eurozona permite que se produzca un cambio en la política monetaria expansiva. Pensamos, además, que el tapering se puede producir a principios del próximo año", concluye.
De hecho, hay quien se plantea ya si Mario Draghi será capaz de acabar su mandato -cuyo término está previsto para octubre de 2019- sin haber tocado los tipos de interés. Palavecino se muestra convencido de que el máximo mandatario económico de la Unión Europea tratará de dejar su legado antes de levantarse de la silla de Fráncfort. "Después de un ciclo de ocho años como el de Mario Draghi en el que ha tomado decisiones tan importantes como poner los tipos en negativo por primera vez en la historia o aumentar de este modo el balance del BCE, nos da la sensación de que esas políticas ahora mismo están teniendo resultados positivos.
Estamos viendo auténtica convergencia en Europa y podría querer terminar su mandato con una situación más normalizada", afirma Palavecino que, además, plantea la posibilidad de que el próximo presidente del BCE pueda ser un alemán. El Bundesbank, que ha llevado incluso ante la Justicia europea el plan de compras de Fráncfort (QE), es un claro partidario de reducir los estímulos a la economía europea y también, por tanto, de empezar a elevar el precio del dinero en la eurozona.
En los últimos meses, sin embargo, las expectativas para ver una subida de tipos se han retrasado significativamente, al tiempo que la fortaleza del euro y una inflación que no despega están haciendo cada vez más contrapeso en la balanza para inclinarla hacia este lado. "Yo la sitúo tan lejos que, incluso, me parece que 2018/2019 es pronto para empezar a subir los tipos.
Lo veo con mucho retraso todavía", dice Juan Ignacio Crespo, asesor del fondo Multiciclos Global Renta 4 que, como mucho, apunta a que "los bancos centrales" podrían "amagar con alguna subida mínima -como ya ocurrió en 2008 o 2012-" básicamente "porque están muertos de miedo", pero no porque "exista un proceso inflacionario de verdad". A ello se suma, además, un euro al alza y, según Alvargonzález, está calculado que "cada vez que la divisa comunitaria se revaloriza un 14% respecto a la cesta de divisas, ésta resta un 0,5% a la inflación. Si el euro siguiera subiendo contra el dólar, el BCE tendría un problema muy serio y el QE se le quedaría en papel mojado. Es irónico", concluye el experto, "pero puede retrasar el tapering".
Ahora bien, ¿y si los tipos reales del mercado ya estuvieran subiendo? Esta idea es la que defiende José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la Asociación Española de la Banca (AEB), que asegura que "los tipos ya están subiendo en el mercado" en base a cómo ha cambiado el escenario en el mercado de bonos. "Hace siete u ocho meses el 70% de la deuda en Europa estaba en negativo, ahora se ha reducido hasta el 40/45%.
Los tipos oficiales los fija el BCE, pero los tipos reales los fija el mercado y los bancos se beneficiarán de ambas subidas", concluye.
Impacto en la banca
De los ocho bancos que cotizan en la bolsa española, cuatro son venta -Bankia, Bankinter, BBVA y Liberbank-, hay tres recomendaciones de mantener -Sabadell, Santander y CaixaBank- y sólo Unicaja cuenta con consejo de compra. Las firmas de análisis siguen sin dar su brazo a torcer a la hora de apostar claramente por el sector bancario, a pesar de que es de los más atractivos por valoración -con un valor contable todavía por debajo de lo que ponen sus libros- y de la subida en bolsa que acumulan en el año.
"Hay que pensar de dónde venimos", sugiere Campuzano, que reconoce que, al menos, "ahora su castigo en bolsa se ha normalizado" y también los múltiplos a los que cotiza. Es más, Palavecino sí apunta a que ya se ha producido cierto "giro en las recomendaciones", que irán a mejor ante la previsión de subida de tipos en la zona euro, aunque "no se producirá de un día para otro". No obstante, aún no se descarta que el sector pueda tener que afrontar otra ronda de recapitalización o de fusiones. Es, al menos, lo que sugiere Crespo que considera "la que se hizo ya en Europa insuficiente, pues no ha llegado a ser -a lo largo delos últimos años- ni siquiera una tercera parte de la que llevó a cabo en su momento Estados Unidos".
Campuzano, como portavoz de la patronal bancaria, cree, sin embargo, que los esfuerzos realizados por el sector en los últimos años han llevado a "duplicar el nivel de capital" de las entidades financieras y anima a los inversores a distinguir entre las clásicas entidades financieras y la denominada banca en la sombra, que ya representa el 54% del peso total del sector en Europa. "Ahí es donde se puede dar un paso más en términos de regulación porque son realmente los que pueden generar riesgo, no los bancos", señala.
Renta fija
Si la hipótesis de que la eurozona vivirá todavía años de tipos cero se cumple, el inversor español -conservador por definición- debería plantearse que el cambio hacia activos de mayor riesgo podría durar más tiempo del que pensaba, si busca lograr rentabilidades atractivas. "En estos momentos, estamos en mínimos históricos de rentabilidad media del activo y del pasivo", afirma Cabanyes.
Y esto hace que "el ahorrador deba ser realista", apunta Alvargonzález quien pone sobre la mesa lo que viene siendo la tónica habitual de los últimos años en el mercado y es que "en renta fija es muy difícil ganar dinero y, de ahí, que deban intentar poner un porcentaje de renta variable en cartera".
La recomendación del experto pasa por invertir en fondos mixtos conservadores, "con mucha menor volatilidad y que aprovechan las buenas semanas de la bolsa". Según datos de Inverco, los fondos de renta variable mixta euro acumulan una rentabilidad en el año del 2,9%; los de renta fija, un 0,61%.