Wall Street empieza la semana marcando nuevos máximos históricos en sus tres principales índices, a la espera de la reunión del miércoles de la Reserva Federal (Fed).
Al cierre de las operaciones, el Dow Jones de Industriales acabó con una subida del 0,29% aupándose a los 22.332,45 puntos, mientras el Nasdaq ha ganado un 0,10% para concluir en las 6.454,64 unidades - marcando récord intradía - y el S&P 500 mejoró un 0,15% hasta situarse en los 2.503,90 enteros.
La Fed toma el protagonismo con la reunión del próximo miércoles. El mercado espera que no mueva tipos de interés, pero sí espera que anuncie el calendario de reducir balance y abra la puerta a elevar el precio del dinero.
El movimiento se traduciría a corto plazo en un empujón al alza del dólares y un incremento en la rentabilidad de los bonos, que debería beneficiar a las bolsas. Pero el impacto económico de los huracanes Harvey e Irma puede ser un argumento de calado para que la Fed retrase esa decisión.
Los inversores también estuvieron pendientes de una importante operación empresarial en el sector de defensa, tras anunciarse un acuerdo por el que el grupo Northrop Gruman comprará la empresa Orbital ATK por 9.200 millones de dólares.
Al final casi todos los sectores cerraron al alza, como el de materias primas (0,66%), el industrial (0,55%), el financiero (0,41%), el tecnológico (0,20%) o el energético (0,19%), mientras que solo bajó el de empresas de servicios públicos (-0,74%).
General Electric (2,21%) lideró las ganancias en el Dow Jones, por delante de Caterpillar (2,03%), Boeing (1,64%), JPMorgan Chase (1,42%), Goldman Sachs (1,03%), American Express (1,01%), Johnson & Johnson (0,69%), Pfizer (0,54%) o Chevron (0,49%).
Al otro lado de la tabla Apple (-0,76%) encabezó las pérdidas por delante de Nike (-0,69%), Walmart (-0,47%), Visa (-0,45%), Walt Disney (-0,43%), Home Depot (-0,37%), United Technologies (-0,27%), Merck (-0,26%) o Microsoft (-0,20%).
Al cierre de la sesión bursátil, el petróleo de Texas bajaba a 49,89 dólares, el oro retrocedía a 1.311,7 dólares la onza, la rentabilidad de la deuda pública a diez años subía al 2,230% y el dólar perdía terreno frente al euro, que se cambiaba a 1,1953 dólares.