
500.000 billetes a 14,99 euros. La oferta de asientos para vuelos intraeuropeos lanzada este lunes por Ryanair de cara a los últimos meses del año es una de las consecuencias más visibles de la guerra comercial latente en el sector de las aerolíneas. Una batalla de descuentos que roza precios de derribo y que, en las últimas semanas, se ha visto recrudecida por la endémica debilidad del petróleo.
Las cinco grandes compañías que atraviesan los cielos del Viejo Continente, IAG, Ryanair, Lufthansa, Air France-KLM y easyJet, se dejan casi 4.300 millones de euros de capitalización desde que esta última, la británica, confesara el pasado jueves que esta guerra de ofertas impactará en los resultados de la segunda parte del año, y quizá más allá, reduciendo los ingresos por pasajero.
El crudo barato, que tanto han celebrado las aerolíneas en los últimos años dado que el gasto en combustible supone cerca de dos tercios de sus costes totales, se muestra ahora como una navaja de doble filo. Los futuros que cotizan sobre el barril de petróleo Brent, de referencia en Europa, no logran superar los 50 dólares desde principios de junio, lo que proyecta un escenario de menores costes para el sector que, al mismo tiempo, "anima a las compañías a competir bajando los precios de los asientos de sus vuelos", explica Sonia Ruiz de Garibay, analista de GVC Gaesco, lo que reduce el margen de beneficios.
Lo admitió easyJet, la primera en rendir cuentas en la actual temporada de resultados, y lo ha confirmado este lunes Ryanair, la que mejor se defiende en este contexto bélico, en el que las consecuencias se miden, antes que en ningún otro sitio, en el mercado. Las acciones de la británica caen más de un 11% desde el pasado jueves, las de IAG un 7,2%, las de Lufthansa y Air France-KLM cerca de un 12% y las de la irlandesa que domina el segmento del bajo coste algo más de un 5,2%.
Las cinco siguen año a año aumentando su capacidad gracias a la ventaja que supone disponer de combustible barato, de hecho, la que más lo ha hecho este ejercicio ha sido precisamente la británica, que ha incrementado en más de un 30% sus asientos por kilómetro con el objetivo de alcanzar las cifras que maneja su competencia, aunque todavía se encuentra a un 170% de las cifras de Lufthansa, que ofrece la mayor capacidad del sector en el Viejo Continente.
Así, esta fuerte ampliación de la oferta de asientos conlleva que, para mantener las ratios de ocupación, sea necesaria "una fortísima competencia vía precios", como explica Benjamin Katz, analista de Bloomberg. No es casualidad, por tanto, que Ryanair, con un 94%, y easyJet, con un 92, sean las dos aerolíneas que presenten una mayor proporción de asientos ocupados, o load factor, como se conoce dentro de la industria, puesto que "su negocio se basa precisamente en la cantidad de pasajeros", añade el experto de Bloomberg. También desde la agencia norteamericana, Chris Bryant apunta que "sólo hay dos maneras de sobrevivir en este contexto: encontrar la manera de mantener las tarifas más altas, por ejemplo, apuntando a aeropuertos primarios de capacidad limitada, o reduciendo considerablemente los costes, como está haciendo Ryanair, que elige aeropuertos en lugares donde son menores las tarifas por aterrizaje".
Una corrección "normal"
Bien es cierto que, como recuerda Ruiz de Garibay, las aerolíneas habían subido mucho en la primera parte del año y "una corrección entra dentro de lo normal". easyJet, una de las que sufre un mayor castigo en bolsa en las últimas horas, repuntaba más de un 41% hasta el jueves, lo que llevó a JP Morgan a justificar las caídas estrictamente por este motivo el viernes. De hecho, pese a que los descensos han profundizado, la aerolínea de bajo coste cotiza un 60% más cara por PER (veces que el beneficio está recogido en el precio de la acción) respecto a la media, de 9,6 veces, que presentan las cinco grandes de la industria.
No es el caso de IAG, cuyo multiplicador de beneficios no alcanza las 7 veces. El grupo angloespañol, que reúne a British Arways, Iberia, Vueling y Aer Lingus, sumó al contagio que sufrió el conjunto del sector europeo la rebaja de la recomendación de parte de Kepler Cheuvreux, que pasó de recomendar comprar sus acciones a aconsejar mantenerlas y redujo su precio objetivo, de 8 euros a 6,90.
La próxima semana también se prevé turbulenta para el sector, ya que, primero Lufthansa, y después Air France-KLM e IAG rendirán cuentas al mercado, que para esta última espera que alcance los 548 millones de euros de beneficio, lo que supondría un incremento del 22% con respecto a 2016.