El accionista de Banco Santander ha sufrido, en apenas dos años, depreciación de las acciones y continuas ampliaciones de capital, que en ocasiones vinieron con recorte de dividendo. La adquisición de Popular exige de nuevo que el accionista aporte capital si no quiere ver como se diluye su participación, con la promesa de que el esfuerzo merecerá la pena a largo plazo. Hoy las acciones de Santander suben más de un 5% y recupera los 6 euros. l Soy cliente de Banco Popular: ¿Qué pasa con mis ahorros, mi hipoteca o mis fondos?
La adquisición por un solo euro de Banco Popular podría no salirle barato a los accionistas de Santander. El banco presidido por Ana Botín ha anunciado que ampliará capital en 7.000 millones (con derecho a suscripción preferente) para mantener los ratios de solvencia por encima de las exigencias regulatorias.
La entidad apelará a sus accionistas para absorber el impacto de los activos inmobiliarios de Banco Popular, dos años después de ejecutar otra ampliación de 7.500 millones para reforzar su balance. Todavía más dolorosa para los pequeños accionistas, porque no tuvieron oportunidad de evitar el efecto de dilución con una operación solo destinada a inversores institucionales.
¿Descuento del 5%?
A falta de conocer detalles de la ampliación, el mercado ya especula que la operación será lanzada con un descuento del 5% sobre el precio actual de las acciones, según avanzan los analistas de Bankinter. Será el último castigo que recibe el accionista de Santander, quien ha sufrido las caídas en bolsa y el recorte de dividendo en unas acciones que todavía no han recuperado los niveles de 2014 (cotizaba a 7 euros y pagaba un dividendo bruto de 0,6 euros).
Unos años no obstante convulsos, con eventos como el Brexit (Santander tiene una gran presencia en Reino Unido)o la crisis en Brasil (parte nuclear también del negocio del banco) y en plena época de tipos de interés ultrabajos, lo que afecta a los márgenes del banco. Asimismo, han entrado en vigor nuevas regulaciones, más duras, que han exigido a todo el sector mayores niveles de capital.
En esta época, el banco ha realizado varias ampliaciones de capital para mantener la retribución sin arañar capital bajo la fórmula del scrip dividend, y el accionista ahora tiene que 'conformarse' con la esperanza de que, a medio-largo plazo, Santander consiga poner en valor el esfuerzo que supone quedarse con Banco Popular y ampliar su dominio en el mercado bancario español. De momento, la retribución al accionista volvió a crecer en 2016 un 5% frente al tijeretazo del 66% hace dos años.

En concreto, desde que a finales de 2014 tomara las riendas Ana Botín, el banco ha emitido 2.000 millones de acciones al mercado hasta el actual capital social del banco, que está representado por 14.582.340.701 acciones. La primera operación se llevó a cabo en enero de 2015, cuando Santander amplió capital por 7.500 millones, sacando 1.214 millones acciones nuevas al mercado, representativas del 9,64% del capital, y con la anteriormente mencionada decisión de recortar el dividendo un 66%, de 0,60 euros brutos a 0,20 euros.
Además, realizó tres ampliaciones más realizadas en el marco del programa Santander Dividendo Elección, a través del cual se emitieron 262.578.993, 256.046.919 y 117.859.774 nuevas acciones, representativas del 2,09%, 2,03% y 0,94% del capital, respectivamente. En 2016, llevó a cabo una última ampliación de capital con la emisión de 147.848.122 nuevas, ante la vuelta al pago efectivo del dividendo.
En total, en poco más de dos años el banco ha elevado el capital social casi un 14%. Así, si un pequeño accionista hubiera decidido cobrar en efectivo los últimos dividendos, habría sufrido una dilución del 4%. A estas sucesivas ampliaciones habría que añadirles entre 1.200 y 1.300 millones de acciones más por la compra de Popular, número aproximado al que se podría llegar teniendo en cuenta un descuento entre el 5 y el 10% y los números de la última ampliación de 2015.
Pero lo peor es la destrucción de valor de las acciones del banco. A finales de 2014, la capitalización del banco ascendía a 88.000 millones frente a los 84.000 millones actuales, aproximadamente Santander vale un 4% menos, pero sus acciones en el mismo periodo retroceden alrededor de un 32%. Es decir, el banco ha logrado mantener su valoración bursátil, pero a costa de diluir a sus accionistas.