El desenlace de la primera reunión de política monetario del Comité Federal de Mercados Abiertos de la Reserva Federal (FOMC, por sus siglas en inglés) culminó ayer sin grandes novedades, aunque la clave estuvo en los detalles. Janet Yellen y el resto de los nueve funcionarios con derecho a voto, tres de ellos recién estrenados en estos menesteres, respaldaron unánimemente la decisión de mantener los tipos de interés intactos entre el rango del 0,5% y el 0,75%, como estaba previsto por el mercado.
Sin embargo, el seno del FOMC, que en estos momentos cuenta con una mayoría de palomas, como se conoce a los miembros que optan por una política más acomodaticia, atisba señales de que los precios comienzan a repuntar sostenidamente a este lado del Atlántico.
En el comunicado emitido al cierre de la reunión de dos días en Washington D.C, los funcionarios optaron por omitir el "esperamos" antes de señalar que "la inflación subirá al 2% durante el medio plazo". Un movimiento que el mercado interpretó como una forma de telegrafiar que las presiones alcistas comienzan a hacer acto de presencia, sobre todo en los precios subyacentes, aquellos que dejan de lado la energía y los alimentos. De hecho, retiró la referencia al efecto que la caída en los precios de la energía ha tenido en la inflación durante el último año.
Aún así, Yellen y sus chicos optaron por no mostrar los ases bajo la manga después de que en su última reunión de diciembre decidieran implementar la segunda subida de tipos de interés en casi una década. Por aquel entonces, el FOMC contaba con la presencia de Esther George (Fed de Kansas City), Loretta Mester (Fed de Cleveland) y Eric Rosengren (Fed de Boston), tres halcones que apoyaron meses antes la necesidad de continuar adelante con la normalización monetaria. Ahora estos tres funcionarios han sido reemplazados por Charles Evans (Fed de Chicago), Neel Kashkari (Fed de Minneapolis) y Robert Kaplan (Fed de Dallas).
De momento, sin actualización de sus perspectivas económicas ni rueda de prensa de Yellen, algo que no tendrá lugar hasta el próximo encuentro fijado para el próximo 14 y 15 de marzo, el mercado tuvo que conformarse con las declaraciones de algunos de los funcionarios regionales del banco central, muchos de los cuales consideran que la economía se acerca o alcanza ya el pleno empleo.
El documento indicó consciente de que "las métricas referentes a los consumidores y las empresas han mejorado últimamente" no alteró sus riesgos en el horizonte y tampoco indicó cuándo comenzará a reducir su balance de más de 4,2 billones de dólares. Según el FedWatch, que elabora la Bolsa Mercantil de Chicago, (CME), sólo el 13,3% de los operadores espera una subida de tipos para en el encuentro de marzo y sólo se observa una clara mayoría para un subida de 25 puntos básicos en la reunión que culminará el 14 de junio.
Joseph LaVorgna, economista jefe de Deutsche Bank, indicó en una nota a sus clientes que la Fed "continúa en modo de espera", sobre todo intentando confirmar qué medidas económicas del presidente Donald Trump lograrán implementarse en los próximos meses.