
El posible repunte de la inflación, el miedo a que el Banco Central Europeo retire los estímulos -o, incluso, a que suba los tipos de interés- antes de lo previsto han desatado el nerviosismo en el mercado de renta fija, provocando que las rentabilidades suban (al revés que en la bolsa, sucede cuando sus precios caen). Se trata de un escenario que no es el más favorecedor cuando la deuda es uno de tus principales lastres, como le ocurre al Ibex 35.
Según datos de Bloomberg, la deuda total de las compañías del principal selectivo de la bolsa española supera los 720.000 millones de euros. De ella, aproximadamente un tercio (unos 244.000 millones) vencen en el próximo trienio. Tales compromisos financieros incluyen toda la financiación, es decir, tanto la obtenida a través del mercado como la bancaria.
Si se pone el foco en las empresas no financieras, entre las más endeudadas del Ibex figuran Telefónica y dos utilities (Iberdrola y Gas Natural). Las tres se encuentran, además, entre las que más vencimientos de deuda afrontan en los próximos tres ejercicios (ver gráfico). Todo pese a que en los últimos años han aprovechado la ventana de liquidez abierta en el mercado para refinanciar deuda a costes más bajos y alargar, al mismo tiempo, los vencimientos.
Hasta 2019, por ejemplo, la teleco tendrá que devolver casi 20.000 millones de euros del principal de su deuda, es decir, casi un 35% de los más de 57.000 millones de euros que posee en compromisos. "Valoramos de forma positiva la reducción de dividendo y la mejora de generación de caja, pero hace falta más", señala el equipo de análisis de Sabadell. "Solo la venta de activos servirá de catalizador en el corto plazo, ya que le permitiría aliviar la presión financiera y enfocarse en los negocios", añaden.
Uno de los hándicap a los que se enfrentan ahora estas compañías (así como el resto con más vencimientos a la vista, como Repsol o Merlin, a las que les vence más del 30% de su deuda en los próximos tres años), es el alza de los rendimientos de la deuda en el mercado secundario motivada por el desplome de sus precios. A pesar de la reducción en los costes de financiación que han sido posibles gracias a las inyecciones de liquidez de los bancos centrales, la tensión de este mercado también se traducirá en que las empresas tengan que pagar más a la hora de refinanciar.
Y hay que tener en cuenta otro factor más. Si la institución que capitanea Mario Draghi reduce el ritmo en la compra de deuda, el famoso tapering con el que tanto especula el mercado, las rentabilidades de la deuda también aumentarían, ya que parte de su programa se centra en adquirir bonos corporativos (además de públicos). Si ese QE aminora su marcha, es probable que los precios también caigan por la menor demanda.
Aún así, si pasa, no será algo drástico, en opinión de los expertos, ya que cuando el BCE comience a retirar los estímulos lo hará de forma progresiva. "La institución va a tener mucho cuidado a la hora de proteger los brotes verdes vistos, por lo que no esperamos una escalada vertical de los rendimientos. Al menos durante un año más las empresas van a poder seguir financiándose a tipos bajos", indica Marian Fernández, de Andbank. Y en caso de ponerse feo, además, "las grandes del Ibex tienen una gran ventaja", continúa, y es "que pueden financiarse en diferentes mercados".
Por otro lado, las mayores expectativas de que el precio del dinero suba antes de lo previsto hace unos meses no solo afectan al mercado de capitales: a las empresas les resultará más caro pedir prestado a los bancos. "Una posible subida de tipos supondría un alza del coste de la deuda para todas las cotizadas, ya que la financiación sería bastante más cara con lo que el coste financiero de capital se dispararía tras venir de un entorno de tipos cero", indica Daniel García, de XTB.
La peculiaridad de la banca
Este contexto no afecta igual a los bancos, que son los que más vencimientos afrontan en el Ibex y uno de los sectores más activos en emisiones en los últimos años. Como recuerda Felipe López-Gálvez, de Self Bank, "el fin del programa de compra de bonos no les afecta, ya que su deuda no la estaba comprando el BCE al estar dirigido solo a empresas no financieras con rating en grado de inversión". Asimismo, el experto reseña que podrían aprovechar los mayores costes de financiación de las empresas en el mercado "y ser ellos directamente los que sustituyan la emisión de bonos por el crédito bancario".
Las entidades financieras, además, serán las más favorecidas por una subida de tipos, ya que mejorarán sus márgenes. Aún así, parte de la deuda que vence en el próximo trienio es suya (ver gráfico). A Bankinter, por ejemplo, con 12.600 millones en compromisos, tendrá que devolver la mitad hasta 2019, es decir, unos 6.800 millones.