
Durante los últimos meses la principal preocupación del mercado en torno a Telefónica ha sido su elevado apalancamiento. Para intentar aplacar los problemas la compañía marcó una nueva hoja de ruta hace solo unos días que incluía la supresión del objetivo de deuda, algo que no ha sido bien recibido por Moody's.
La agencia de calificación ha rebajado la nota de la teleco presidida por José María Álvarez-Pallete desde Baa2 a Baa3, lo que deja a la compañía a un solo paso de pasar a ser bono basura, si bien sitúa su perspectiva en estable. "Esta medida se produce por la reciente decisión de Telefónica de revisar su estrategia financiera de tal manera que ahora es improbable que alcance los objetivos de desendeudamiento fijados para diciembre de 2017", explica la nota de Moody's.
Y es que la teleco se fijó como objetivo situar su ratio deuda/ebitda en las 2,35 veces, una posibilidad que los analistas ven como lejana. "Degradar el rating refleja el plan estratégico revisado por la compañía para reducir la deuda a través del crecimiento orgánico del Free Cash Flow y vender solo activos no estratégico de manera oportunista", señala el documento.
Aún así, desde la firma aplauden la decisión de la compañía de recortar su dividendo. Carlos Winzer, analista de Telefónica para Moody's cree que "es un paso en la dirección correcta, ya que permitirá ahorrar dinero y ayudará a reducir la deuda de manera progresiva".
La más pesimista
De este modo, Moody's se sitúa como la agencia de las tres grandes más pesimista con Telefónica, puesto que tanto S&P como Fitch otorgan a la deuda de la empresa una calificación de BBB, lo que supone dejarla dos peldaños por encima del bono basura.