Bolsa, mercados y cotizaciones

Invertir en deuda y conciliar el sueño

El precio de los bonos soberanos se ha desplomado con la llegada de un nuevo escenario, en el que se descuenta mayor crecimiento económico, inflación y subida de tipos en Estados Unidos. Sin embargo, el universo de la renta fija es muy amplio y los expertos aún encuentran oportunidades dentro de él, como los bonos flotantes, el corporativo americano, la deuda australiana o los emergentes.

No es un mal sueño. La tormenta de la renta fija, que muchos vaticinaban desde hace años, ya se ha desatado tras la victoria de Donald Trump. Las políticas expansivas del republicano anticipan un escenario de crecimiento económico e inflación, que traerá consigo una normalización en el precio oficial del dinero a ambos lados del Atlántico antes de lo que el propio mercado esperaba. La reacción a este mensaje ha sido una venta masiva de deuda pública, que ha desplomado sus precios causando notables pérdidas en las carteras de los inversores. Sin embargo, dentro del universo de la renta fija, hay vida más allá del papel que emiten los Estados y, aunque parezca mentira, aún se puede ganar dinero invirtiendo en otros tipos de deuda.

Lo primero que se debe tener claro, dicen los expertos, es que la corrección vista en los últimos días no será algo puntual. "Creemos que no es un episodio de risk off, sino que se trata de una repreciación de los niveles, de modo que nos moveremos en rangos superiores a los vistos este año" apunta Francisco Sainz, director de gestión de Imantia.

Hablamos, por ejemplo, de niveles del 2-2,5 por ciento en el caso del bono español, según Gonzalo Ramírez Celaya, director de renta fija y estructurados de Tressis, que desaconseja la deuda soberana para el particular por tener "más riesgo que un high yield [deuda de alto rendimiento y elevada probabilidad de impago], ya que sus movimientos son más bruscos y las volatilidades altísimas".

Para Ramírez, en un entorno de subida de tipos de interés, este tipo de deuda, con cupones más altos debido a su mayor riesgo, soporta mejor el golpe que el papel con grado de inversión, básicamente porque "una subida sobre un cupón alto hace menos daño que sobre uno bajo". Es por ello que encuentra sentido en invertir en high yield con duraciones cortas, de entre 3 o 4 años, en Europa, además de en bonos con cupón variable "que, a diferencia de los flotantes, en los que el cupón fluctúa en relación a un índice, los variables ofrecen un cupón fijo que luego pasa a ser flotante".

Este último tipo, flotante, se recomienda más en el caso de querer invertir en Estados Unidos, ya que se da prácticamente por hecho que Janet Yellen, al frente de la Reserva Federal (Fed), moverá los tipos en diciembre. "Hay que irse posicionando en bonos flotantes, que lo hacen bien en entornos de tipos al alza", explica María Morales, gestora de Merchrenta Luxemburgo, que se sitúa entre los más rentables de su categoría, al ganar casi un 4 por ciento este año. Para los inversores en dólares, los bonos flotantes se han beneficiado en gran medida de la recalificación del riesgo en los mercados monetarios. "Dado que el libor en dólares ha subido hasta cerca del 0,9 por ciento en lo que va de año, también lo han hecho los cupones de todas las carteras del mercado de bonos flotantes en dólares sin que ello haya afectado a su valor de mercado. Nuevas subidas de tipos por parte de la Fed podrían dar pie a aumentos subsiguientes de la tasa libor", apunta James Tomlins, de M&G Investments.

Dentro de EEUU, además de los bonos flotantes, Morales, que aconseja ser prudente con las duraciones, porque, como el resto, cree que "seguirá la tensión en los tipos de interés", añade que "el mercado de bonos en dólares es otra buena alternativa, ya que su ciclo de tipos va más adelantado y se pueden encontrar emisiones con rentabilidad y con diferenciales superiores al mismo emisor denominado en euros". A nivel sectorial, continúa, se decanta por los bonos financieros, que se ven beneficiados por las curvas de tipos con mayor pendiente y, más en concreto, "por la deuda subordinada bancaria y los bonos híbridos corporativos".

Otras vías para diversificar

Fuera de Europa y de EEUU, desde Banca March ven oportunidades en otras latitudes, aunque recomiendan dedicar un peso limitado de la cartera, por tener mayor riesgo. "Australia ofrece rentabilidades bastante más atractivas, con una moneda que tenderá a estabilizarse por la mejor evolución de las materias primas y de su economía", opina Rose Marie Boudeguer, la directora del servicio de estudios de esta firma. "Otro ejemplo son los bonos emergentes", continúa, "que han sufrido un castigo excesivo por la apreciación del dólar y el aumento de los tipos de interés de la curva americana en los últimos días". Las caídas, opina, han sido indiscriminadas y sin tener en cuenta los fundamentales y el ciclo de cada país. "Una exposición a bonos emergentes de economías menos expuestas a los riesgos de la política americana (o más favorecidas por ella, como los productores de commodities usadas para la construcción) pueden ser una buena idea".

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