Bolsa, mercados y cotizaciones

América Latina vuelve a sumar en el mapa de resultados del Ibex 35

El lastre que supuso la región para las firmas españolas se ha diluido ante la subida de divisas como el real y el cambio de gobierno en Brasil y Argentina.

Es hora de desempolvar el mapa de América Latina. Durante meses los pergaminos en los que las cotizadas españolas señalaban sus inversiones al otro lado del charco se guardaban en el armario. El comportamiento de sus mercados, la caída de sus divisas y las bajadas de sus bolsas eran un lastre para el Ibex 35. Pero ahora parece que Latinoamérica vuelve al foco inversor.

"La tesis de inversión en emergentes estaba latente, pero se había chafado en cierto sentido", apunta Alejandro Varela, gestor de Renta 4, básicamente por dos motivos que antes jugaban en contra de Latinomérica y ahora vuelven a estar de su lado: la recuperación de las materias primas para una región muy vinculada al ciclo económico y a la exportación de commodities; y, en segundo término, gracias al cambio de gobierno en algunos de las principales economías de la zona, como Argentina y Brasil. No podría decirse que ahora América Latina vuelve a dar alas al Ibex, pero sí, al menos, que su exposición a la región ha dejado de ser un lastre que penaliza a las firmas españolas.

El primer ejemplo de que la percepción hacia emergentes está cambiando fue la encuesta a gestores publicada este mismo mes por Bank of America Merrill Lynch. Los encuestados confirmaron la gran rotación hacia emergentes, frente a la renta variable, sobre todo, la estadounidense. Situaban, de hecho, la inversión en regiones en desarrollo en la primera de las opciones que más había aumentado con respecto a agosto y, además, hacían pública su preocupación por un aspecto muy relevante, sobre todo, para México: la victoria de Donald Trump era señalada como el segundo de los principales riesgos que identifican en el mercado, sólo por detrás de la desintegración de la Unión Europea.

Para entender que Latinoamérica ha pasado a sumar en la bolsa española basta con ver cómo el Ibex cae menos de la mitad que el Mib italiano en el año, siendo ambos los dos ejemplos más evidentes de la bancarización del mercado en Europa. Y sí, contando con el más que plausible rescate a Monte dei Paschi di Siena, que lógicamente ha penalizado más si cabe a los vecinos de la bota.

La presencia de compañías españolas en Latinoamérica no sólo engloba a las grandes firmas, como Telefónica y Banco Santander -con un 55 por ciento y un 40 por ciento de su negocio allí-, sino también a BBVA, con un 30 por ciento de los ingresos procedentes de México; para Sacyr este porcentaje alcanza el 41,6 por ciento, según datos reportados por Bloomberg, mientras que otras cotizadas como Abertis, Mapfre, Gas Natural y Dia ya reciben el 30 por ciento de sus ingresos de Latinoamérica. Brasil, primera economía del Cono Sur, es el principal mercado, pero existen otros como México, Argentina y Chile que también, como el país de la samba, empiezan a dar síntomas de mejora.

Brasil

Para explicar la situación actual del país, es necesario entender de donde venimos. En septiembre del año pasado, el real brasileño marcaba mínimos frente al euro, tras sufrir una depreciación del 38 por ciento. Desde entonces, la divisa brasileña ha rebotado un 30 por ciento -un 20 por ciento sólo este año, lo que la convierte en la moneda más alcista del año frente al dólar- y, a día de hoy, un real equivale a unos 27 céntimos de euro. Al tiempo, el índice Bovespa calcaba el mismo gráfico que la divisa: caída del 35 por ciento desde máximos de mayo hasta los mínimos de enero y, desde entonces, ha subido más de un 55 por ciento, superando, incluso, los niveles del 2015. De hecho, las filiales del Santander y Telefónica en el país suben un 67 por ciento y un 35 por ciento, respectivamente, llevando, además, a la entidad de los Botín a máximos históricos, por encima de los 22 reales por acción.

La recuperación de la bolsa brasileña coincide prácticamente en tiempo con la recuperación de las materias primas que comenzara el pasado 11 de febrero. Pero hay mucho más. 2015 fue el año de la peor recesión de Brasil de las últimas dos décadas (al caer el PIB un 3,8 por ciento) y 2016 cerrará en negativo por segundo año consecutivo, con una caída del 3 por ciento de su economía. Sin embargo, desde el Fondo Monetario Internacional (FMI), entre otros organismos, esperan que vuelva a crecer un 0,9 por ciento en 2017 a sabiendas, incluso, de que el estado de Río de Janeiro entró en bancarrota a dos meses de los Juegos Olímpicos. Brasil después de ser el país de la recesión, de la crisis política y de la corrupción parece haber tocado fondo.

El desfalco público afectó a todos y cada uno de los cargos del Gobierno brasileño, incluida la propia Dilma Rouseff. Hasta que llegó el denominado impechment y Michael Temer, vicepresidente con Rouseff, subió el último escalón del poder. Sus medidas, mucho más próximas al mercado, "ayudaron a aumentar la confianza en el país", reconocen desde BBVA Research, pese a que sostienen que el trabajo que Temer tiene por delante es muy complicado.

Si en los últimos años la deuda pública del país ha crecido de manera exponencial -sus bonos a 10 años ofrecen una rentabilidad del 12 por ciento, cuatro veces lo que renta la deuda argentina-, los analistas del banco estiman que superará el 78 por ciento del PIB en 2018, básicamente porque Temer está atado de pies y manos. Y eso que la Reserva Federal estadounidense está haciendo un favor a los emergentes (con su deuda denominada en dólares) al mantener, todavía a día de hoy, los tipos estables en el 0,25 por ciento -cuando a comienzos de año la perspectiva era totalmente diferente-. Una de las medidas, comentan desde Robeco, que más ha gustado al mercado es la de congelar el gasto público durante los próximos veinte años. Ahora bien, "dado que la constitución blinda los recortes en esta partida al 90 por ciento", "el Gobierno está obligado a cambiar leyes" para un país en el que, por ejemplo, la deuda privada duplica a la pública, que ya de por sí supera el billón de euros.

¿Qué sucederá a partir de ahora? Con un nuevo Gobierno próximo al capital, Brasil vuelve a tener al mercado de su lado. En lo que afecta directamente a las compañías españolas presentes en el país, la subida del real dejará de restar para empezar a sumar a la hora de convertir su beneficio a euros, lógicamente, gracias a un cambio más favorable. Pero el impacto va más allá. La recesión brasileña provoca, entre otros, una caída de la actividad y del empleo que tiene su reflejo en un aspecto tan cotidiano como el tráfico por carretera. Abertis daba cuenta de ello en los últimos resultados semestrales, en los que hablaba de una caída del tráfico de vehículos pesados de casi el 6 por ciento en las vías de su filial brasileña, Arteris. "Es verdad que en Brasil el tráfico no está creciendo como nos gustaría; sin embargo, creemos que es un país con un enorme potencial", reconocen fuentes de la compañía, quienes esperan que la situación mejore ya en el tercer trimestre de este año. De ahí, los más de 2.000 millones de euros de inversión que tienen planificados para los próximos años. Para compensar el menor número de coches, subieron las tarifas, y aún así los ingresos que reporta Brasil son la mitad que los de España (597 millones), aún teniendo el doble de kilómetros de concesión.

Argentina

Hay firmas, sin embargo, como es el caso de Dia, que reconocen haber sufrido un mayor impacto en sus ventas durante el primer semestre del año por devaluación del peso argentino que por la caída del real. "En Brasil el efecto de la depreciación de la divisa supuso un decrecimiento del 5 por ciento en euros", según fuentes de la cadena, "pero en Argentina este efecto fue aún mayor, con un 38 por ciento de crecimiento de ventas en pesos" que al trasladarlo a euros implicó una caída "del 16 por ciento". Y eso que, como todas las firmas españolas en la región, limitan el impacto de la caída de la moneda "al tener los costes denominados en divisa local". Sólo trasladan el beneficio final a euros. La exposición de Dia a Brasil y Argentina es del 33 por ciento de sus ingresos, según Bloomberg, aunque su crecimiento viene siendo exponencial los últimos años. Y eso que la situación argentina es todavía más compleja.

El peso argentino se ha depreciado un 16 por ciento en 2016 y hoy es el equivalente a 0,058 euros. Calderilla. Su desplome vino justificado por una nueva intervención del Gobierno a finales de 2015 sobre los tipos de referencia, que aún con todo se sitúan ligeramente por debajo del 22 por ciento.

Extrapolando la situación que vive el Footsie londinense gracias a la caída de la libra tras el Brexit (es la bolsa más alcista de Europa en el año), el desplome del peso argentino no ha hecho sino llevar a su bolsa e índice de referencia, el Merval, a máximos históricos, con una subida del 40 por ciento sólo este año, gracias, por supuesto, a que mejora la competitividad de sus empresas en el exterior. Y del interior ya se encarga el nuevo (también) Ejecutivo de Mauricio Macri, alejado de los populismos de Cristina Kichner y más próximo al mercado, que deberá liderar, como en Brasil, con la herencia recibida. Con una deuda de casi 300.000 millones de euros, que supone el 60 por ciento del PIB, Macri tiene el compromiso de, ante todo, no aumentar el gasto público. "Todavía es pronto para que podamos evaluar si el estigma de la economía argentina de los últimos años es cambiado por un país totalmente nuevo o, si por el contrario, el nuevo Gobierno no logra controlar la elevada inflación, entre otros aspectos", sostiene Hernán Sánchez, analista de CMC Markets. Fue del 45 por ciento a cierre de junio de este año, cuando en Europa sorteamos tasas propias de una estanflación.

"Cualquier teoría económica al respecto respalda que una leve inflación (no lo que tenemos actualmente en Argentina) ayuda a diluir los costes fijos de las empresas comerciales", recuerdan fuentes internas de Dia, que han visto crecer de una manera muy importante sus ventas, precisamente, por la volatilidad de los precios.

Pero, además, hay una cuestión básica a entender cada vez que se produce un cambio de timón en un Gobierno liderado anteriormente por populistas: el objetivo, ahora, es liberalizar o, en otras palabras, privatizar. Si en Brasil se están tratando de tocar las concesiones petrolíferas para intentar rascar más dinero público de ellas; en Argentina el centro de batalla es el sector energético. Macri trató de liberalizar la luz y el gas del país, lo que hubiera supuesto cuadriplicar y sextuplicar su tarifa, con tal de acabar con el subsidio aprobado por Kichner que supone un 12 por ciento del gasto público, según destacan desde Bankia Estudios -un 3 por ciento del PIB argentino-. Pero el Supremo lo tiró para atrás.

Además de Dia, la firma más expuesta de las grandes, Argentina supone para Telefónica casi el 9 por ciento de sus ingresos y el 2 por ciento representa dentro de las cuentas de Mapfre, cuya presencia exterior se centra, fundamentalmente, en Brasil.

México

Su vinculación con Estados Unidos es tal que su banco central sólo movió tipos en diciembre y se espera que lo haga junto a la Reserva Federal este año; por no hablar de que la caída del 15 por ciento que sufre el peso mexicano desde comienzos de año se justifica por una posible victoria electoral del republicano Donald Trump. "Hay muchos nervios con el discurso beligerante de Trump. La divisa ha reflejado de manera muy clara la incertidumbre de las elecciones porque, entre otras cosas, el 80 por ciento de sus exportaciones provienen de EEUU. Cualquier cambio en el estatus comercial puede tener serias consecuencias y eso es lo que está reflejando la divisa", asegura categórico Varela. Su bolsa, sin embargo, sube un 9 por ciento en el año, una vez más, gracias en parte a que la caída de la divisa hace más competitivas a sus empresas.

"Todo apunta a que la economía repuntará ya en el tercer trimestre gracias a la caída de la divisa y al buen momento del mercado laboral", sostienen desde Bankia Estudios. México es para BBVA lo mismo que Brasil para el Santander: su principal mercado. Un 30 por ciento de los ingresos del grupo provienen ya del país que linda con EEUU.

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