
"Hemos asistido a una depreciación de la libra, al estancamiento del sector inmobiliario y hemos visto un impacto sobre el turismo", recuerda Aurelio García del Barrio, profesor del IEB, al hacer recuento de las consecuencias del Brexit cuando se cumplen tres meses del referéndum en el que los británicos decidieron sacar a Reino Unido de la Unión Europea. La lista de secuelas no acaba ahí y, según explica Victoria Torre, de Self Bank, algunas más "surgirán más adelante, cuando se establezca cuál será el marco en el que produzca la salida".
Para que esto ocurra, Beatriz Catalán, gestora de Ibercaja, explica que "restan al menos dos años", tras los que, "según cómo se acuerde, la caída de la inversión y de la demanda privada podría provocar una recesión en Reino Unido y en Europa". De momento, "ha sorprendido la resistencia de la economía de las islas", incide Victoria Torre, y, como señala Hernán Sánchez, analista de CMC Markets, uno de los principales efectos es "el mejor comportamiento de las compañías británicas en los mercados".
De hecho, el Ftse 100 de Londres fue el primero entre los índices de referencia en borrar las pérdidas que generó el pánico que desató el Brexit en el corto plazo en todos los mercados. Lo hizo incluso antes de que terminara junio. Le siguieron el Dax 30 alemán, el S&P 500 y, más tarde, otros como el Ibex 35. Hoy, el índice británico ya gana más de un 9% desde el día de la consulta en la que se decidió la ruptura de Reino Unido con la Europa comunitaria, con mineras y farmacéuticas como grandes ganadoras.
Hay varias razones en las que se asienta este mejor comportamiento. Por un lado, porque la depreciación de la libra "beneficia a empresas que exportan sus productos al exterior", comenta Antonio Sales, experto de XTB. "Una depreciación de la moneda nacional las hace ser más competitivas frente a las de otras naciones", continúa.
Es por eso que compañías del sector farmacéutico que cotizan en Reino Unido pero obtienen la mayor parte de sus ingresos lejos de las fronteras británicas se apuntan revalorizaciones cercanas al 30%. "Casi todas ellas tienen gastos en libras e ingresos en euros y dólares, con lo que el efecto es claramente positivo", dice Diego Jiménez-Albarracín, de Deutsche Bank. Es el caso de Shire y AstraZeneca. La primera ha llegado a tocar su nivel más elevado desde agosto de 2015. Para la segunda, el hito va más allá. El pasado mes de agosto coronó sus máximos históricos al tocar las 52,20 libras.
"Hemos visto, además, como ciertos valores del sector de consumo estable: alimentación, bebidas, cuidado personal... han alcanzado máximos en estos meses después del Brexit", destaca Beatriz Catalán. También el lujo ha reaccionado positivamente. Burberry, por ejemplo, gana un 26%. El mercado celebra que la libra sea ahora más atractiva para los consumidores chinos, que representan el 30% del mercado mundial del lujo y que han visto como el yuan caía frente al euro en los últimos meses, encareciendo su relación con las principales firmas francesas.
Por otra parte, tras el Brexit se multiplicó el requerimiento de activos refugio. El oro volvió a ser para muchos la alternativa más preciada ante la tempestad y creció la demanda de mineras cotizadas en Londres, que "son consideradas un vehículo para invertir en oro, al dedicarse a extraerlo", señalan desde UBS. Entre ellas, Fresnillo repunta más de un 45% y otras como Glencore o Anglo American lo hacen más de un 30%.
Sin embargo, mientras el sector farmacéutico, el del consumo y el de la minería se han beneficiado y han tirado del Ftse 100, el Brexit también tiene su catálogo de damnificados. "Las aerolíneas han vivido y van a vivir mucha volatilidad por la problemática que ha surgido respecto a los espacios aéreos, la posible desaceleración de la economía y la debilidad de la libra", observa Lorenzo Serratosa, director ejecutivo de KAU Markets. IAG y EasyJet son las que más están sufriendo estas incertidumbres en bolsa mientras los analistas han recortado las estimaciones de beneficios. En el caso de la angloespañola, un 17% para 2016 y un 30% para 2017.
Los riesgos también pesan sobre el sector financiero, que va "a perder el pasaporte del sistema bancario que hasta ahora le ha permitido operar en la Unión Europea", señala José Lagarto, analista de Orey Financial. Los bancos tampoco agradecen "la bajada de tipos del Banco de Inglaterra", añade Beatriz Catalán. Asimismo, "la actividad del sector inmobiliario británico se ha frenado", recalca Aurelio García del Barrio, dejando víctimas en bolsa como Taylor Wimpey, Travis Perkins o British Land.