
El petróleo volvió a actuar ayer como el termómetro de las bolsas: los descensos que sufrió el crudo, que llegó a perder un 3% en la sesión -el Brent cotiza en el entorno de los 47 dólares y el West Texas en los 45- hicieron que el sector del oro negro liderase las caídas de las bolsas, un retroceso que ayer fue generalizado, tanto en Europa, como en Estados Unidos.
La Agencia Internacional de la Energía -IEA, por sus siglas en inglés- fue la responsable del deterioro del precio de la materia prima, ya que ayer publicó su último informe sobre la situación de este mercado, que se convirtió en el foco de todas las miradas: la organización cree ahora que el mercado del crudo va a tardar más de lo esperado en equilibrar la oferta y la demanda, explicando que el ajuste acabará a mitad del año que viene. Hace apenas un mes la misma Agencia consideraba que este mismo año ya habría terminado la sobreoferta, responsable de las caídas de los precios del oro negro de los últimos dos años.
"La producción seguirá superando a la demanda al menos durante la primera mitad del año que viene", explicó la IEA, añadiendo que "habrá que esperar un poco más para ver cómo se equilibra el mercado del petróleo". Y es que el consumo de crudo creció durante el tercer trimestre de 2016 al menor ritmo de los últimos dos años, debido a un frenazo en la demanda por parte de China e India, explican. Mientras tanto, la OPEP sigue produciendo a niveles récord, antes de reunirse dentro de dos semanas para debatir establecer un límite en la producción, y así intentar impulsar los precios.
La bolsa sufre con el petróleo
La publicación del informe de la EIA supuso un jarro de agua fría para un mercado estadounidense que acumula una nueva sesión de fuertes caídas. El Dow Jones y S&P 500 se dejaban, a cierre de esta edición, alrededor de un 1,4%, lastrados, fundamentalmente, por el mal comportamento del sector energético, que reaccionó negativamente a la previsión de menores precios del crudo. Esta caída acerca peligrosamente a ambos índices hacia niveles críticos. El Dow Jones rondaba los 18.120 puntos, ligeramente por encima del suelo de los 18.000, mientras que el S&P 500 se instalaba por encima de los 2.120, a un paso del suelo de los 2.100.
Las petroleras estadounidenses cedían, de media, más de un 3%, con Chevron y Exxon, las dos compañías del sector con mayor valor en bolsa del mundo caían alrededor de un 2,5%.
Por otro lado, las entidades financieras seguían sin levantar el vuelo, debido a las menores expectativas de que la Reserva Federal suba tipos en su reunión de septiembre. Las probabilidades que otorgan los mercados a tal movimiento se sitúan en el 22%, la mitad que tras la reunión de Jackson Hole, cuando repuntó hasta el 42% tras interpretar el discurso de Janet Yellen como el izado de bandera hacia la primera subida de tipos en 2016. Goldman Sachs encabezó las caídas del sector, al dejarse un 2,4%.
Situación similar se vivió en el Viejo Continente. El Ibex 35 y el Ftse Mib, los dos índices con mayor presencia de bancos, lideraron las caídas, tras dejarse un 1,61 y un 1,74%, respectivamente. El selectivo español cerró la sesión instalado en los 8.724,2 puntos, lastrado por el mal desempeño de las entidades financieras -cinco de los ocho valores más bajistas fueron del sector, con Banco Sabadell a la cabeza-, ArcelorMittal y de la única petrolera del índice, Repsol, que cedió un 2,46%.
Esta caída no pone en peligro el soporte de los 8.200 puntos. Según Joan Cabrero, director de Estrategias de Ecotrader, "es una corrección dentro de un escenario de reestructuración alcista" que llevará al Ibex hacia las resistencias en 9.360.