
Nunca un depósito bancario había rentado tan poco. El interés de dejar el dinero cautivo un año apenas ronda el 0,28%, que es lo que entregan los bancos con mayor cuota de mercado en este segmento de media en España. Lejos de que sus bajas rentabilidades desincentiven a los hogares de invertir en el que durante años ha sido el producto de ahorro por excelencia, éstos siguen guardando dinero en él mientras los inversores profesionales hace tiempo que empezaron a darle la espalda.
Los últimos datos publicados por el Banco de España (BdE) correspondientes al mes de abril ponen de relevancia que, por segundo mes consecutivo, sale dinero de los depósitos. Poco, 3.800 millones de euros, pero sale. En total quedan 1,447 billones de euros en este activo. De ellos, los hogares tienen la mayor parte.
Por segundo mes consecutivo en lo que va de año, las familias españolas han introducido parte de su ahorro en plazos fijos. En abril introdujeron otros 2.177 millones de euros, hasta aglutinar ya 741.795 millones en imposiciones a plazo fijo. Es el nivel más alto desde 2013, el año en que el BdE recomendó a las entidades españolas limitar el interés de estos activos, por entonces disparado ante las dificultades que encontraba el sector para financiarse en los mercados, hasta el 1,75% en los vencimientos a un año.
Entonces, aún así, rentaban un punto y medio más que ahora. Eso explica, en parte, que mientras los hogares españoles prefieren continuar anclados en este activo conservador, los inversores profesionales empiecen a mirar hacia otro lado. La necesidad de rentabilizar el patrimonio de sus partícipes justifica que, por segundo mes consecutivo, tanto las instituciones de inversión colectiva como los seguros y fondos de pensiones hayan reducido el dinero que destinan a los depósitos bancarios (ver gráfico).
Aunque hoy la ausencia de inflación en España permite que el ahorrador no pierda poder adquisitivo guardando su dinero en un depósito, si ésta repunta, como prevé la Comisión Europea, el escenario cambia. Si alcanza el 1,4% pronosticado desde Bruselas, el retorno real de invertir en un depósito, es decir, descontada la inflación, será negativo. En otras palabras, perderá dinero.
Y no, no existen visos de que se produzca un cambio de tendencia en la oferta comercial del sector. En un entorno de tipos de interés bajos la banca adapta la remuneración que entrega por el pasivo al contexto de mercado. Solo estableciendo una mayor vinculación con la entidad -ya sea contratando un fondo, domiciliando la nómina o incluso contratando un seguro- se puede aspirar a conseguir rentabilidades superiores. Al menos, en la apariencia... Porque si echa números muchas veces obtendrá lo comido por lo servido.