
El futuro de O2, la filial británica de Telefónica, continúa en el aire. Si hace algo más de dos semanas la Comisión Europea vetaba su venta a Hutchinson, el viernes se especulaba con la posibilidad de que la española finalmente optase por integrarla dentro del grupo.
Algo que, en opinión de Sabadell, no sería suficiente para reducir su abultado endeudamiento. "Exigiría medidas de desapalancamiento de 8.000 millones de euros, más allá de la OPV de Telxius, el tramo de dividendo en scrip y una posible venta de minoritarios".
A pesar de la buena evolución operativa de O2 en el primer trimestre del año, explican, el fuerte apalancamiento de Telefónica, de 3,02 veces, "su venta sería el paso más contundente hacia la reducción de deuda de la compañía" explica el equipo de análisis de la entidad.
"Creemos que el gran interés que despierta este activo entre otros operadores (Liberty, Sky, Iliad) e incluso entre fondos de inversión, implicaría valoraciones del activo atractivas para Telefónica que justificarían su venta", señalan.
Según los propios cálculos de esta firma, una integración de O2 en Telefónica representaría un 12,5% del ebitda (beneficio antes de intereses e impuestos). Sin embargo, con la venta de O2 a Hutchinson la idea era captar 13.470 millones de euros.
Telxius, su baza para lograr financiación
Hasta conocer el destino final de esta filial, Telefónica encontrará un balón de oxígeno en la salida a bolsa de Telxius, que se espera que debute a mediados de julio. Según el precio al que cotizan las empresas comparables, el grupo en el que la teleco está agrupando infraestructuras de telecomunicaciones podría tener un valor de mercado cercano a los 5.000 millones de euros.