Bolsa, mercados y cotizaciones

El mercado espera que Indra vuelva a pagar dividendo 3 años después

  • Las previsiones apuntan a un beneficio de 143 millones el próximo año
  • Se prevé un pago de 12 céntimos con cargo a 2017

En la presentación de sus cuentas de 2015 en marzo la compañía dirigida por Fernando Abril-Martorell, que forma parte de Eco10, sorprendió positivamente al mercado al descubrir unos resultados en los que logró reducir su endeudamiento en 138 millones, hasta 700 millones, un recorte mayor del esperado. Esta mejora dio aire a la compañía en bolsa -subió casi el 16% ese día- y también a su salud financiera, lo que podría permitir que la retribución al accionista vuelva tan pronto como en 2017.

El consenso de expertos recogido por Bloomberg prevé que en marzo de 2018, con cargo a 2017, pague su primer dividendo desde que hace poco menos de un año anunciase que no retribuiría con cargo a las cuentas del ejercicio 2014. Los analistas esperan que con cargo a 2017 distribuya 0,12 euros por título, lo que ofrecería una rentabilidad por dividendo del 1,2%. Sin embargo, algunas casas como BBVA son mucho más optimistas: creen que repartirá 53 céntimos por acción, lo que supondría una rentabilidad del 5,3%. Por su parte, desde Société Générale prevén un pago de 29 céntimos en 2017 y de 34 céntimos en 2018.

Los expertos esperan que se anote ganancias de 143 millones en 2017, por lo que si repartiese 12 céntimos por título con cargo a las cuentas del próximo año su payout (porcentaje del beneficio destinado al dividendo) se quedaría en el 13%, un nivel inferior del 23% de media que repartirán que viene sus competidoras, Atos y Cap Gemini. Desde Haitong, creen que Indra "tomará una aproximación mucho más conservadora hacia su balance contable para proteger su estructura financiera dada la naturaleza volátil del sector".

De la caja a la deuda

Históricamente Indra ha repartido un pago por ejercicio. De hecho, en sus inicios la compañía tenía una capacidad notable para generar caja, lo que hizo que su tesorería alcanzase los 196 millones de euros en el año 2004 y que llegase a repartir dividendos extraordinarios tanto en el 2000 y como en 2005.

Sin embargo, esta tradición de la compañía cambió en los últimos años de presidencia de Javier Monzón en los que la compañía emprendió una estrategia de crecimiento que le llevó a multiplicar su tamaño por dos entre 2006 y 2014, hasta facturar casi 3.000 millones. Este crecimiento vino acompañado de un endeudamiento que se disparó hasta los 700 millones en 2015.

La firma cerró 2015 con una ratio deuda/ebitda de 5,4 veces y los expertos esperan que esta se reduzca significativamente en los próximos ejercicios. El consenso prevé que en 2017 se quede en las 2 veces, en 2018 en las 1,4 veces y que en 2019 caiga por debajo de una vez por primera vez desde 2010. Desde la llegada de Abril-Martorell la compañía ha emprendido un proceso de limpieza que ha sido bien recibido tanto por los analistas como por el mercado: tiene una de sus mejores recomendaciones desde el año 2009 y es la tercera firma más alcista del Ibex en el año, con una subida del 15%. "Creemos que Indra ha progresado bien en su proceso de reestructuración y limpieza, lo que es positivo", reflexionan en Kepler Chevreux.

Proyectos de más margen

Ahora, según señalan fuentes de la compañía, la intención de Indra es centrarse en proyectos que ofrezcan más margen, algo que ya quedó patente cuando Tecnocom arrebató el recuento de las elecciones de diciembre a la firma, una batalla que probablemente vuelva a decantarse de la misma forma en los comicios de junio.

"La nueva directiva está centrando sus esfuerzos en la generación de caja. Creemos que Indra será más pequeña en el futuro pero significativamente más rentable y capaz de producir más caja. Es probable que una aproximación selectiva a los nuevos proyectos proporcione un mejor mix de ventas y también credibilidad", explican desde UBS.

Y es que uno de los pilares que se fijó la compañía para su plan estratégico 2015-2018 es lograr un margen ebit (beneficio bruto) de entre el 10 y el 11% en 2018. "Durante la reciente crisis, parte del crecimiento de la facturación estaba apoyado por la asunción de sobrecostes, lo que obviamente supuso una erosión en el margen operativo", explican desde BBVA.

De este modo, creen que "interrumpir su actividad en esos proyectos tendrá un impacto positivo en la generación de cash flow". Aún así, el consenso espera que la empresa no logre su objetivo de margen para 2018, ya que prevén que la ratio se quede en el 9,1% ese ejercicio.

Por su parte, el equipo de análisis de Société Générale apunta que "aunque todavía hay una larga recuperación por delante, creemos que lo peor ya puede haber pasado en términos de deterioro del margen".

Por su parte, Iván San Félix, analista de Renta 4, cree que "lo que está mejorando bastante es la gestión del circulante. Creo que ahora mismo que pague dividendo no es lo más importante, lo importante es que se vea que la cuenta de pérdidas y ganancias va empezando a recuperarse".

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