
La devaluación del 10% de la libra beneficia a las cuentas de las exportadoras. Si la respuesta es un 'sí' a la UE, el inversor en euros ganará con la recuperación de la divisa.
Restan dos meses exactos para que Reino Unido celebre un referéndum en el que se decidirá su permanencia en el seno de la Unión Europea. La votación tendrá lugar el próximo 23 de junio y, por el momento, es llamativo cómo reina la tranquilidad por el resultado en los salones de té británicos, cuando las últimas encuestas recogidas por Bloomberg conceden un 40 por ciento de posibilidades al sí a la salida, por sólo un 51 por ciento de partidarios de permanecer. "Los británicos son muy conservadores y su voto estará del lado de quedarse en la UE", reconocía desde Londres Stephen Thariyan, responsable global de crédito de Henderson Global Investors. "La cuestión es que una gran parte de esta situación ya ha sido descontada por el mercado", apunta.
El concepto de Brexit ha sido introducido en el vocabulario financiero diario como en su momento lo hiciera el término Grexit, aunque con connotaciones bien distintas. "Es, actualmente, el mayor riesgo para la estabilidad financiera de nuestro país", reconocía el Banco de Inglaterra que ve peligrar, como muchas firmas de análisis, el crecimiento de la economía británica, con la diferencia, en esta ocasión, de que el impacto perduraría en el tiempo. Y es que se trata de "la primera vez desde que se iniciara el proyecto en 1950 que Europa podría dar un paso atrás, al crear posibles escenarios de desintegración y cuyo impacto es imposible determinar", aseguran desde la gestora gala AXA.
No sólo, dicen desde Lombard Odier, "dañaría la entrada de capitales extranjeros" para la que es la puerta de entrada a Europa de EEUU, sino que podría provocar, incluso, "el estallido de una burbuja inmobiliaria", considerando que un 20 por ciento del PIB de Reino Unido es fruto de actividades inmobiliarias y financieras, dentro de una economía basada en un 80 por ciento en los servicios. Es más, "entre un 10 y un 20 por ciento de compañías de Reino Unido piden prestado a la AIB (Alianza de Bancos Irlandesa). Si nos vamos de la Unión Europea, ellos también se irán", afirma Thariyan.
El 'abaratamiento' de la libra
La divisa británica se ha depreciado un 10,8 por ciento frente al euro desde los máximos que marcara en noviembre y esto puede ser aprovechado por aquellas firmas que tienen parte de su facturación fuera de Reino Unido, tanto por la caída actual como por la previsible subida de la libra si en la consulta resulta vencedor el sí. Fuentes del mercado reconocen que las posiciones cortas sobre ella son importantes, aunque no extremas. De ahí que, a medida que se acerque la fecha, distintos bancos de inversión no descartan que se acerque a la paridad con el euro. Las previsiones de Bloomberg son algo menos drásticas y hablan, por contra, de un repunte hasta los 1,35 euros al cambio en 2017, un 6 por ciento por encima de su actual nivel en 1,27.
"Si la bolsa británica obtiene mejores resultados en el año es por el puro efecto cambiario", apuntan desde Lombard Odier. El FTSE 100 es el mejor selectivo europeo, con ganancias del 1,5 por ciento si se mira su rentabilidad en euros; porque el balance en moneda local le conduce a pérdidas del 4,69 por ciento en 2016. La consecuencia de una libra más débil es que a las empresas británicas les resulta más barato exportar (y un 45 por ciento de las ventas al exterior tienen como destino la Unión Europea) al tiempo que reducen sus costes; mientras que el consumidor británico ve minada su capacidad adquisitiva. Los expertos de Aberdeen son conscientes de que a la bolsa británica la definen dos sectores -el financiero y el vinculado a materias primas- y una circunstancia: el 74 por ciento de los ingresos que registra en su conjunto el Footsie 100 proviene del exterior. Mientras los banqueros de la City claman al cielo previendo poco menos que un desastre que duraría décadas, existen muchas firmas británicas que pueden salir beneficiadas de la actual caída de la libra en caso, claro está, de que el Brexit no se produzca. "Gracias a una moneda mucho más débil, estas firmas expuestas al extranjero tienen mayor capacidad de resistencia ante un lento crecimiento interior", reconocen desde la gestora escocesa. "Esto nos permitiría adoptar posiciones largas en aquellas empresas que obtuvieran un porcentaje alto de ingresos denominados en divisas extranjeras", apuntan desde Henderson. Y lo cierto es que son la mayoría, más allá de firmas británicas puras al cien por cien, las que registran la mayor parte su beneficio fuera de Reino Unido. En elEconomista hemos realizado una selección de seis compañías que cumplen no sólo con el criterio de la diversificación geográfica (los ingresos provienen, como mínimo, en un 45 por ciento allende de sus fronteras); sino que, además, son recomendación de compra, presentan un potencial alcista de, al menos, el 6 por ciento, y un crecimiento de beneficios mínimo de cara a 2018 del 15 por ciento. Además, todas ellas sacarán provecho de una devaluada libra dado que sus cuentas se auditan en dicha divisa. Hay que recordar el viento de cola que supone para las cotizadas de la bolsa londinense que tienen registradas sus cuentas en Irlanda - en euros- gracias a un régimen fiscal mucho más beneficioso para grandes empresas. Dichas compañías son la aerolínea IAG, ARM Holdings -un conglomerado dedicado al smartphone-, la aseguradora Prudential, la multinacional Vodafone, Barclays, y la firma de ingeniería GKN.
Firmas españolas como Ferrovial, Banco Santander y Telefónica también están expuestas a al resultado del referéndum. La más británica de todas ellas es la constructora, con un 36 por ciento de sus ingresos allí.
IAG
La aerolínea, personalizada aquí bajo la enseña de British Airways, reúne todos los atributos necesarios para ser uno de los valores a tener en cuenta si se quiere aprovechar la incertumbre de un Brexit no llevado a término. A pesar de que en el año es uno de los peores títulos del Ibex (con una caída del 19 por ciento), la compañía cotiza también en el mercado británico, donde cuenta con la segunda mejor recomendación de las 100, sólo por detrás de la farmacéutica Shire. Reino Unido representa para el holding un 36 por ciento del volumen de ingresos, hasta los 8.256 millones de euros, mientras que el segundo gran pilar sigue siendo España. De cara a 2018 los expertos estiman que su beneficio neto crecerá un 15 por ciento, hasta los 2.704 millones de euros, y lo hará gracias a un viento de cola que procede de un petróleo aparentemente estable en los 40 dólares, además de la recuperación del turismo derivada de una mejora económica.
El castigo bursátil ha llevado a su PER a cotizar tan sólo 6 veces sus ganancias, con un potencial alcista del 49 por ciento.
ARM Holdings
Es la mente que se encuentra detrás de todo procesador de un smartphone. El negocio de esta firma británica se define como la arquitectura para el mundo digital, que puede ir desde Apple hasta marcas como las chinas Lenovo o ZTE. Y es allí, en el gigante asiático, donde encuentra su principal mercado haciendo del británico algo residual en sus cuentas. A cierre de 2015, Reino Unido aportó tan sólo un 2 por ciento de sus ingresos, hasta los 26,6 millones de euros, lo que convierte a esta compañía en la tercera de todas las cotizadas con nacionalidad británica con menor exposición a su propia casa, según Bloomberg. Si bien a corto plazo los analistas de JP Morgan reconocen ciertos problemas con el crecimiento de los royalties (pago por derechos de autor), consideran que no tendrá un impacto considerable en sus ganancias, que se espera crezcan un 70 por ciento en el trienio -ver gráfico-. "Su diversificación geográfica limita el impacto", apunta Citi.
Prudential
Reino Unido representó para la aseguradora británica un 26 por ciento de sus ingresos en 2016, hasta los 13.760 millones de euros. Es la segunda de las firmas seleccionadas con menor exposición a su economía, ya que casi la mitad de su negocio está en EEUU. No deja de ser una de las grandes del Footsie -con el puesto 18 por capitalización y es, además, miembro de elMonitor, herramienta que selecciona los mejores valores por fundamental-, a pesar de haber perdido un 13 por ciento en el año (en su cotización en euros). Y es que, dicen desde Citi, los riesgos a los que se enfrenta, lejos del Brexit, se encuentran en su "exposición a la baja rentabilidad de la renta fija en EEUU y a la volatilidad del mercado. Por otro lado, cabe vigilar el potencial de crecimiento de Asia". La decepción para los accionistas, recuerda JP Morgan, viene de la parte del dividendo. "Sus resultados están creciendo a doble dígito y, sin embargo, la firma decidió incrementar sus pagos sólo un 5 por ciento" para hacer de él una retribución estable. Se estima que su beneficio crezca un 26 por ciento en el trienio.
Vodafone
La primera operadora británica cotiza cara (su PER es de 38 veces/ganancias) en parte porque su acción en euros se deja sólo un 2 por ciento en el año, por debajo de su sectorial y mejora la evolución de todas las grandes, tales como Telefónica, Deutsche Telekom o Telecom Italia. Es una situación que se repite en las perspectivas que maneja JP Morgan de cara a 2016 cuando prevé un crecimiento del Ebitda del 5 por ciento y del 2 por ciento sobre sus ingresos; sólo superado en ambos casos por Telefónica. Precisamente, Vodafone saldrá beneficiada, dicen, de la posible venta fallida de O2 en Reino Unido por parte de la española, ya que seguirá siendo el principal operador para un mercado que le reporta el 36 por ciento de sus ingresos. Vodafone se encuentra inmersa, actualmente, en una estrategia denominada more for more que tiene que ver con el aumento de tarifas en España, Italia y Holanda ante la proliferación del 4G y la red de fibra. Su impacto en beneficio se verá en año y medio.
GKN
Se trata de una compañía de mediana capitalización dentro del Footsie (su valor en mercado roza los 6.400 millones de euros) y que, sin embargo, es uno de los líderes mundiales en ingeniería de transportes. GKN se encuentra detrás, por ejemplo, de la fabricación del coche eléctrico o de la tecnología aeroespacial. El sector del automóvil le reporta un 47 por ciento de los ingresos totales del grupo, mientras que la producción de aviones le supone el otro 40 por ciento. La parte restante corresponde al sector de la metalurgia en la que ha debido hacer frente a una caída de precios, pero cuyo impacto se "ha pasado directamente al consumidor final", argumentan desde JP Morgan para estimar un impacto muy moderado en su beneficio. Sin embargo, un petróleo más barato y la recuperación de la industria de la automoción impulsarán su beneficio un 105 por ciento en el trienio, hasta los 559 millones de euros. GKN es, de las seis seleccionadas, aquella que cuenta con una mayor exposición a Reino Unido, pues supone el 55 por ciento de sus ingresos.
Barclays
Supone, es cierto, la apuesta más controvertida y arriesgada. Las duras críticas de la City londinense se sostienen en las tremendas consecuencias que provocaría en los bancos un Brexit tales como la salida de capitales, la caída de los préstamos y un mayor coste de financiación. "Los bancos serían unos de los grandes perdedores. Una de sus repercusiones más inmediatas sería una pérdida de peso relativo de la City, cuya representatividad europea se vería dañada", afirma Jaume Puig, de GVC Gaesco. Y esta idea ha llevado a Barclays a ser el valor más penalizado del sexteto, con pérdidas en 2016 del 26 por ciento (en euros). Esto le ha dejado cotizando a un PER de 10 veces y con un potencial alcista del 26 por ciento. Pero, lo mejor que tiene Barclays es la recuperación que está por venir. Pasará de pérdidas de 446 millones en 2015 a ganar 3.239 millones de euros este año si todo marcha según lo previsto. Su balance por ingresos se distribuye a partes iguales entre Reino Unido y el resto del mundo.