
La profunda recesión que atraviesa Rusia ha sido uno de los principales focos desestabilizadores a nivel global en 2015.
Una economía fuertemente golpeada por las sanciones internacionales tras el conflicto de Ucrania -que redujeron sensiblemente las posibilidades de financiación externa a las grandes empresas y bancos-, la debacle del precio del petróleo ante la gran dependencia del país y el hundimiento del rublo (este mes se cumplió un año desde que, por primera vez tras la caída del telón de acero, la divisa comenzó a flotar libremente). Y es que cerca de la mitad de los ingresos del Gobierno de Rusia provienen de las exportaciones de petróleo y gas. Según las previsiones del FMI, el PIB se contraerá un 3,8 por ciento este año y un 1 por ciento en 2016. La inflación, uno de los principales lastres de Rusia, se disparó hasta el 15,7 por ciento en septiembre, alcanzando máximos de los últimos trece años pese que Banco Central de Rusia llegó a subir los tipos de interés hasta el 17 por ciento en un intento por detener la escalada -actualmente la tasa de referencia se sitúa en el 11 por ciento-. Con todo, se prevé que el crecimiento vuelva a partir de 2017, en un margen de entre el 1 y el 1,5 por ciento, según el organismo presidido por Lagarde. ?La debilidad del rublo ha ayudado a los exportadores de gas y petróleo, metales y minería, a mejorar su competitividad, ya que sus costes son en moneda local y sus ingresos en dólares?, comenta Miguel Ángel Rodríguez, de Ethical Finantial Bank.
Fortalezas y debilidades
Entre los puntos fuertes de la región destacan su bajo nivel de endeudamiento público y privado, sus grandes reservas (más de 500.000 millones de dólares) y un saldo por cuenta corriente positivo. Como aspectos negativos, desde Lombard Odier, señalan, ?la creciente deuda externa en moneda extranjera, un déficit presupuestario que empeora y unos niveles de crecimiento muy deprimidos?. Y es que a la estela de la crisis del rublo -que se ha depreciado un 10,6 por ciento frente al dólar desde enero- el peso de la deuda externa de Rusia ha sufrido un duro revés. ?Aunque el nivel de deuda externa rusa denominada en monedas extranjeras se ha reducido en más de 100.000 millones de dólares desde principios de 2014, su cuota en el PIB ha aumentado por encima del 30 por ciento?, explican desde la firma suiza. A pesar de que las alertas siguen activas, los analistas confían en que el país habría superado lo peor, siempre eso sí, que no se produzcan nuevas recaídas de los precios del petróleo. Además, señalan que la región ha iniciado una tendencia débil hacia la estabilización. Aunque las perspectivas siguen siendo sombrías, ?las reformas económicas del Gobierno podrían ser una señal de una futura recuperación de la inversión?, apuntan desde Fidelity. ?El aspecto positivo es que el rublo ha tocado fondo. Por lo tanto, la inflación debería disminuir, capacitando al banco central para adoptar una postura expansiva, dentro de sus límites?, aseguran los expertos de Lombard Odier. ?Cuestiones políticas y geopolíticas son el mayor riesgo exógeno bajista que amenaza la economía?, rematan.
¿Llegó el fin de las sanciones?
En la actualidad, Rusia se perfila como uno de los grandes beneficiados por el clima de tensiones geopolíticas. El principal índice de la Bolsa de Moscú, el Micex, se ha revalorizado un 4,4 por ciento desde el pasado 13 de noviembre, coincidiendo con los atentados de París, superando la barrera de los 1.800 puntos, niveles no vistos desde el mes de marzo. En lo que va de año, el índice sube más de un 30 por ciento. Los mercados han empezado a descontar que el reciente acuerdo de colaboración con Francia con los ataques militares a Siria, podría suponer el levantamiento de las sanciones económicas y comerciales impuestas por Occidente. Así, desde Goldman Sachs recomiendan ponerse largos en rublos de cara a 2016 y añaden, ?el retorno esperado es de alrededor de un 10 por ciento?, apuntan sobre esta operativa, ya que las divisas relacionadas con el petróleo, ?tienen limitado recorrido a la baja en el medio plazo?.
Oportunidades en la renta fija
Rusia es un refugio en sí mismo, según señalan los expertos consultados por este periódico. Con rating cinco estrellas de MorningStar, una rentabilidad anualizada del 39,7 por ciento y una inversión mínima de 1.000 euros, se sitúa Pioneer Russian Equity. El patrimonio de este fondo invierte en sectores como materiales básicos, financiero y consumo cíclico, con títulos en cartera como la gasista Gazprom (9,27 por ciento del patrimonio), la minorista y el minorista Magnit (9,07 por ciento) o la petrolera Lukoil (8,33 por ciento). Por rentabilidad, le sigue en el ranking, Parvest Equity Russia, con unas ganancias anualizadas del 38,3 por ciento y centrado sobre todo, en el sector de la distribución rusa. Detrás se sitúan con un rating notable alto, Raiffeisen-Russland-Aktien (rating) y Aberdeen Global Russian Equity, con una rentabilidad del 33 y 30 por ciento en ambos casos.