
Los 4,1 euros a los que cotizaban las acciones de IAG a mediados de octubre del año pasado fueron la plataforma de despegue de uno de los vuelos más rentables del Ibex 35 en los últimos seis meses. IAG no ha dejado de coger altura en todo este tiempo hasta duplicar su precio, pero las firmas de inversión consideran que la aerolínea ya ha alcanzado velocidad de crucero. El consenso de analistas adelantó el rally de IAG ya en julio de 2014, cuando volvió a emitir sobre sus títulos el consejo de compra del que ahora considera que ya no es merecedora: desde comienzos de abril se lo ha rebajado a mantener.
Detrás del vertical ascenso de la aerolínea y del respaldo de los expertos durante estos meses ha estado indudablemente el desplome del petróleo. Una caída que comenzó a mediados del pasado ejercicio y que ha llevado al precio del crudo a niveles inimaginables entonces que han repercutido en sus cuentas dado que el queroseno (combustible derivado del petróleo) supone aproximadamente dos tercios de los costes totales de las compañías de este sector.
Junto con el abaratamiento del combustible, IAG ha reunido otras fortalezas que también han favorecido el ascenso del precio de sus acciones hasta sus altos históricos. El equipo de análisis de Bankinter destaca "el esfuerzo en la reestructuración de costes combinado con un aumento del 9,3% de la capacidad media (medida en asientos ofrecidos por kilómetro)" que, en su opinión, "ha dado sus frutos con unos resultados muy satisfactorios y que están siendo reconocidos por el mercado". De hecho, esta firma de inversión explica que "gran parte del ahorro se debe a la estrategia de reposicionamiento de flota, con aviones más eficientes que potencian el ahorro de consumo de combustible y reducen los costes de mantenimiento" y, en menor medida, según concluye, "se explica por la caída del precio del petróleo, cuyo impacto ha sido limitado por las elevadas coberturas".
Lo cierto es que las cifras obtenidas por IAG en 2014 han sido muy explícitas. La aerolínea registró un beneficio neto de 1.000 millones de euros frente a los 140 que ganó en 2013. Cifras que han propiciado que IAG anunciara el reparto del primer dividendo del holding con cargo a 2015, ejercicio para el que se espera que eleve sus ganancias a los 1.500 millones. En otro informe sobre la compañía, Banco Sabadell incluía entre las claves de la aerolínea "la fortaleza del dólar y la libra junto a la mejora económica de España", ya que Iberia y Vueling "suponen un 20% de su capacidad". Precisamente, la adquisición de Vueling es una operación que la mayor parte de las firmas de análisis ha coincidido en calificar de exitosa al abrir el mercado de IAG a los vuelos de bajo coste.
Adquisición inminente: Aer Lingus
Otra adquisición que podría ser inminente es la de la irlandesa Aer Lingus, sobre la que las últimas informaciones apuntan a que estaría pendiente de que Irlanda -el segundo accionista de referencia de la aerolínea con el 25% del capital- apruebe la oferta pública de adquisición (OPA) presentada por IAG hace semanas. Con Aer Lingus, la compañía busca afianzar su posición como enlace entre Europa y Estados Unidos. La otra área geográfica en la que ha ganado peso recientemente ha sido en Oriente Medio gracias a la entrada en su accionariado de Qatar Airways.
Sin embargo, como titula su último informe Cantor Fitzgerald, una de las primeras firmas de análisis que rebajó su recomendación sobre IAG, "todas estas buenas noticias podrían estar ya incluidas en el precio". Junto a ella, han tomado el mismo camino CaixaBank, Intermoney, HSBC? y una de las más influyentes, JPMorgan, cuyos principales argumentos son que "la ecuación riesgo/recompensa se ha deteriorado" y "la voraz competencia de las compañías de bajo coste".