
Japón es refugio de inversores. Tras alcanzar un acuerdo "masivo", en palabras del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en materia comercial con la primera nación del planeta, Tokio ha vivido este miércoles una jornada bursátil como pocas que se recuerdan en el pasado reciente en el parqué nipón: subidas del 3% para el selectivo Nikkei 225 que lo colocan a menos de un 2,5% de los máximos históricos recientes del índice cosechados en febrero de 2024 sobre los 39.098,68 puntos.
Ha dicho Trump en su red social Truth Social que lo pactado con Japón es "tal vez (el acuerdo) más grande de la historia" entre las dos naciones. Tokio se lleva un arancel, que será recíproco, del 15% para todas sus exportaciones a Estados Unidos. A cambio, los asiáticos "invertirán 550.000 millones de dólares en EEUU" que, según Trump, "recibirá el 90% de las ganancias". Para el republicado, quizás "lo más importante" es que Japón abrirá un país al comercio "incluyendo automóviles, camiones, arroz y muchos otros productos agrícolas".
Según ha trascendido en medios estadounidenses, el acuerdo entre Washington y Tokio también incluye la creación de una joint venture para la exportación de gas natural licuado en Alaska. Shingeru Ishiba, el primer ministro de Japón (en horas bajas tras perder hace unos días la mayoría en la Cámara Alta del Parlamento nacional) ha insistido ante la prensa de su país que su Gobierno "estaba decidido a proteger los intereses nacionales".
A pesar de que el arancel para una gran parte de las exportaciones japonesas a EEUU será del 15%, los específicos para el comercio de aluminio, acero y cobre se mantienen en el 50% y entrarán en vigor, si no hay un nuevo movimiento sorpresa por parte de la Casa Blanca, el próximo 1 de agosto. Según consta en los registros, a cierre de 2024 el déficit comercial de Estados Unidos con Japón fue de 68.000 millones de dólares.
La gran 'bola' de deuda
Así las cosas, el gran problema de Japón sigue siendo su descomunal deuda, disparada hasta alcanzar los casi 9 billones de dólares, más del doble del tamaño de su economía. Las empresas, afectadas por los aranceles, claman por ayudas públicas mientras que los hogares piden a gritos bajadas de impuestos. ¿Qué sucede? Que ninguno de estos deseos puede hacerse realidad.
Los límites de gasto están acotados. El Banco de Japón se está pensando acabar con los tipos de interés negativos y subirlos a golpe de reunión, lo que limitará el poder de endeudamiento del Gobierno nipón. Así, los rendimientos de los bonos a 30 años alcanzaban en mayo máximos históricos y la débil demanda del papel a 40 años mantiene a los inversores en vilo.
El primer ministro, de momento, ha rechazado implementar recortes fiscales a cargo de más emisión de deuda y ha dicho que la situación de país "no es buena". Algo que ha acabado con las calles protestando y los ciudadanos haciendo perder en las urnas parte del poder político que tenía hasta ahora el Partido Liberal Democrático gobernante. De hecho, Ishiba llegó a decir que la situación financiera de Japón es ahora "peor que la de Grecia" allá por 2008.
Pero, a pesar de todo, los expertos aseguran que Japón no se encamina a una crisis financiera inminente. La mayor parte del pasivo está en manos del Banco de Japón y compañías nacionales, lo que reduce el riesgo de una venta acelerada y masiva de papel.
¿Cuáles son las oportunidades para el inversor?
En el año, la bolsa japonesa se coloca entre las de peor rendimiento de todo Asia junto al continental chino CSI 300. El selectivo de la renta variable nipona gana en el año más de un 3%, por debajo del 4,7% de rentabilidad que acumula el índice del gigante asiático, y muy lejos del 32% que se revaloriza el Kospi de Corea del Sur.
En este contexto, hay opciones para el inversor. Kajima es una de las empresas que, según el consenso de mercado de FactSet, recoge un mayor interés por parte de los analistas en este momento. El gigante de la construcción, ingeniería y bienes inmobiliarios acumula una subida en bolsa en el año del 23% y el potencial de aquí en adelante contempla que sume un 9,5% más. Su fortaleza radica en la ola de inversiones públicas en infraestructuras verdes, convirtiéndola en una apuesta segura para la transición energética. En ese campo, Marubeni, un titán con negocios en energía, alimentos y metales, ofrece un potencial de casi el 16% con un PER (veces que el beneficio se recoge en el precio de la acción) de 9,8 veces beneficiada por el auge de las materias primas.
Siguiendo el hilo tecnológico, NEC brilla en TI, 5G, IA y ciberseguridad. Valorada en 31.700 millones de euros, su subida en el año del 38,2% en 2025 refleja el boom de la digitalización. Tiene un potencial del 7,5% y un PER de 24,4 veces. Es la compañía que impulsa la nube híbrida en un Japón cada vez más conectado. Y en el terreno farmacéutico, Daiichi Sankyo, enfocada en oncología y cardiovascular, aunque ha caído un 23,7% en estos meses de 2025, es una de las grandes apuestas de los analistas que contemplan un rebote a 12 meses vista del 60,3%, gracias a su prometedor pipeline de anticuerpos conjugados que podrían revolucionar los tratamientos contra el cáncer.
Otras opciones a valorar incluir en cartera por múltiplos podrían ser Mitsubishi Heavy Industries, posible beneficiada por el boom en defensa geopolítica y turbinas de hidrógeno y TDK, experta en componentes electrónicos, baterías y sensores, que podrían apoyar una revalorización en el corto plazo en la demanda de vehículos eléctricos y el internet de las cosas.
Así, desde UBS dicen que las mayores oportunidades en la renta variable de Japón parten del sector de consumo, el inmobiliario y la tecnología. Industrias que se negocian a un PER similar al del último lustro, en el entorno de las 23 veces para el conjunto del Nikkei 225.
Además, existen fondos que no lo están haciendo mal aunque, de momento, no consiguen batir al índice. Es el caso del vehículo de renta variable nipona de JP Morgan AM, el JPM Japan Equity I2 (acc) EUR (3,69% de subida en el año) o el abrdn-Japan Sustainable Eqty L Acc EUR de Aberdeen que gana un 1,77% en lo que va de 2025. Entre las principales posiciones de sendos fondos se encuentran compañías como la aseguradora Mitsubishi Financials, Sony, Tokio Marine Holdings o Nintendo.