
Ya no le hacen falta ni las Siete Magníficas. Este lunes el Nasdaq 100 superó la barrera psicológica de los 23.200 puntos por primera vez en su historia. Un avance de las acciones tecnológicas que han supuesto la ruptura de la tendencia en la que se había instaurado el mercado en los últimos meses, especialmente, tras el Día de la Liberación de Donald Trump: la bolsa europea ya no es más rentable que la estadounidense en el año. El Nasdaq 100 avanza en los casi ocho meses de ejercicio más de un 10,5%, por delante del 7,7% que renta el EuroStoxx 50.
Ese coqueteo del mercado estadounidense con los máximos históricos llega en pleno fragor de la temporada de resultados del segundo trimestre en la que los analistas buscan escudriñar el verdadero impacto que ya están teniendo los aranceles en las cuentas de resultados de algunas de las mayores empresas del planeta. Hasta ahora, la desescalada dialéctica en torno a estos gravámenes ha impulsado las bolsas, que han pasado de un excesivo pesimismo a principios de abril a la complacencia actual.
Según datos de FactSet, las estimaciones de los analistas contemplan un crecimiento de los beneficios por acción de las empresas del S&P 500 del 5% en el trimestre, lo que marcaría el ritmo más lento de crecimiento desde el cuarto trimestre de 2023. Además, se espera que solo seis de los 11 sectores del S&P 500 registren un aumento en las ganancias para el segundo trimestre, el menor número desde el primer trimestre de 2023. Por sectores, comunicación y tecnología, las gran beneficiadas, según los expertos, y la energía, la industria que peor podría hacerlo.
De momento, los profit warnings anunciados por las empresas están por debajo de la media histórica.
A día de hoy, pocas empresas han presentado, aunque las entidades bancarias sí que han ofrecido su visión del semestre con unas cuentas semestrales en las que experimentaron un incremento de los ingresos por operaciones, aunque admiten haber asumido efectos "indeseados" por los vaivenes del mercado provocados por la Casa Blanca trumpista.
"En términos generales, todos parecen aceptar mejor la incertidumbre actual", comentó durante la publicación de cuentas el director ejecutivo de Morgan Stanley, Ted Pick. Sin embargo, a pesar del impulso reciente del mercado, el director ejecutivo de JPMorgan, Jamie Dimon, asume que "persisten riesgos significativos, incluidos los aranceles y la incertidumbre comercial, el empeoramiento de las condiciones geopolíticas, los altos déficits fiscales y los precios elevados de los activos". Y Jane Fraser, de Citigroup, añade que "la volatilidad probablemente será una característica, no un defecto del nuevo panorama global".
Así, el consejero delegado de Goldman Sachs, David Salomon, llegó a reconocer ante los analistas que "los clientes y los mercados están respondiendo" a las políticas de Trump, pero también avisó de que "los avances, rara vez, se producen en línea recta".
Europa, un mercado a dos velocidades
Y es que la narrativa de los mercados en lo que va de 2025 presenta un panorama complejo con el Nasdaq superando ya al EuroStoxx 50 aunque lejos todavía de algunos otros selectivos europeos, como es el caso del Dax alemán o el Ibex 35, que logran todavía rentabilidades superiores al 20% en el año, diez puntos porcentuales más que sus contrapartes americanas.
Parte del impulso, dicen los expertos, podría deberse a un pronóstico de ganancias menos optimista sobre las compañías de gran capitalización del que están presentando las compañías. De hecho, las estimaciones del modelo de Bank of America sugieren que la brecha entre el crecimiento de los beneficios de las Siete Magníficas y el resto del S&P 500 se reducirá drásticamente en los próximos trimestres, con un posible convergencia hacia finales del próximo año. Así, el PER(veces que se recoge el beneficio en el precio de la acción) del S&P 500 es de 22,4 veces, lo que invita a los inversores a ser cautos de cara, sobre todo, a las primeras semanas de presentación de resultados cuando Tesla y Alphabet darán las primeras pistas sobre cómo le está yendo a las grandes tecnológicas en este segundo asalto del año.
Desde WisdomTree indican que la llamada prima de riesgo de acciones (el rendimiento adicional que pueden obtener los inversores al invertir en acciones en lugar de en bonos del Tesoro estadounidense) es de solo 2,16 puntos porcentuales, el nivel más bajo desde principios de la década de 2000.
Sea como fuere, el papel de los aranceles está siendo crucial para las empresas estadounidenses y, aunque los mercados parecen asumir que el presidente Trump suavizará su postura en el resto de acuerdos que todavía faltan por concretar -entre ellos, el pacto con la UE-, el riesgo de estanflación en EEUU "es real especialmente si el aumento de los precios de bienes y servicios se transmite a un mercado laboral tenso", dice David Rees, responsable de economía global de Schroders.
Una postura que trasmite, a su vez, incertidumbre a una Fed que todavía no ha dado ningún paso para reducir la presión monetaria ante el miedo de que se desaten nuevas rondas inflacionarias, ya que los aranceles estadounidenses apenas han comenzado a impulsar la presión de precios, lo que la hace reacia a recortar los tipos a corto plazo.
Mientras tanto, el buen comportamiento de la inflación en la eurozona justifica nuevos recortes de tipos por parte del BCE, y solo una postura política neutral plantea dudas sobre la necesidad de nuevos recortes. El mercado, de momento, sigue su curso pendiente de lo que le importa: las empresas.