Bolsa, mercados y cotizaciones

Los beneficios de Wall Street crecen a pesar de la presión comercial de Trump: ¿dónde estará el próximo terremoto?

  • Los recortes fiscales, la desregulación y un impulso a la industria...
  • ... serán los catalizadores de las empresas en los años que vienen
  • Las elecciones de medio mandato de 2026, en el foco de los expertos

El 1 de agosto, en pleno verano, Trump tiene decidido aplicar sí o sí los aranceles del 30% a las importaciones procedentes, entre otros territorios, de la Unión Europea. Bruselas y Washington no han logrado (de momento) cerrar un principio de acuerdo comercial entre los que hace no tanto tiempo fueron socios predilectos. En el caso del impuesto a los Veintisiete, la administración republicana impondrá el 10% de gravamen general y un 20% de penalización extraordinaria.

Pero esta fanfarronería de Trump cada vez tensa menos a los inversores y así han demostrado sus apuestas. De las caídas en bolsa de principios de abril cuando enseñó al mundo desde los jardines de la Casa Blanca la tabla de aranceles, poco queda. Ahora, los inversores muestran resiliencia y las cotizaciones están prácticamente intactas: el Ibex 35 lucha estos días por recuperar los 14.000 puntos. Las principales plazas del Viejo Continente, también muestran fortaleza relativa: el EuroStoxx 50 perdió un 1,5% en la semana y las bolsa de París, Fráncfort y Milán cedieron en el entorno del 0,7% y 1%.

Pero en Wall Street ya ha comentado la temporada de resultados del primer semestre y en esto está la clave de todo: en qué están diciendo las empresas tras presentar unas cuentas que, de lleno, recogen el impacto de la guerra arancelaria iniciada hace cosa de tres meses. Hasta ahora, la desescalada dialéctica en torno a estos gravámenes ha impulsado las bolsas, que han pasado de un excesivo pesimismo a principios de abril a la complacencia actual.

Los bancos más grandes, tradicionalmente los primeros en presentar cuentas, han experimentado entre enero y julio un incremento de los ingresos por operaciones, pero admiten haber asumido efectos "indeseados" por los vaivenes del mercado provocados, en esencia, por Trump.

"En términos generales, todos parecen aceptar mejor la incertidumbre actual", comentó durante la publicación de cuentas el director ejecutivo de Morgan Stanley, Ted Pick. Sin embargo, a pesar del impulso reciente del mercado, el director ejecutivo de JPMorgan, Jamie Dimon, asume que "persisten riesgos significativos, incluidos los aranceles y la incertidumbre comercial, el empeoramiento de las condiciones geopolíticas, los altos déficits fiscales y los precios elevados de los activos".

El caso es que para Natalia Aguirre, directora de Análisis y Estrategia de Renta 4 Banco, todavía se necesita "tener claridad sobre el futuro y ver dónde quedan los aranceles para poder prever lo que pueda pasar en el mercado".

"En estos momentos, la gente no está muy invertida, lo que podría ayudar a recuperarse de una posible corrección", añade el director de inversiones de atl Capital, Ignacio Cantos, quien avanza la posible imposición final de un arancel "general" del 10% que permita a EEUU "subsanar", en parte, el déficit presupuestario aunque avisa: "no será suficiente".

De momento, los profit warnings anunciados por las empresas están por debajo de la media histórica. Eso sí, tanto el dólar como la deuda estadounidense se mantienen débiles. Una posición inversora que, al tiempo, respalda la teoría de que la verdadera preocupación del mercado está en la situación del déficit de la primera potencia económica del mundo.

Según datos de FactSet, las estimaciones de los analistas contemplan un crecimiento de los beneficios por acción de las empresas del S&P 500 del 5% en el trimestre, lo que marcaría el ritmo más lento de crecimiento desde el cuarto trimestre de 2023. A pesar de esto, el índice rey de Wall Street está ya a menos de un 3% del EuroStoxx 50 en el año.

Promesas por cumplir

Más allá de los números está la política. El 4 de julio pasó. Estados Unidos celebró su tradicional Día de la Independencia y Trump alumbró el entendido como gran proyecto de ley de su segunda legislatura. La hoja de ruta fiscal que aumentará enormemente la deuda pública del país y dejará sin el seguro médico básico a 12 millones de ciudadanos de bajos ingresos.

La Big Beautiful Bill recoge en sus 900 páginas exenciones fiscales, recortes de gastos y otras prioridades del partido republicano como el incremento de los fondos para el Departamento de Defensa y las deportaciones de migrantes.

Esta es otras de las claves sobre la que pivota este momentum del mercado: cómo pretende Trump acompasar una agenda de liberalización económica y rebaja de impuestos con el saneamiento de las cuentas públicas del país.

EEUU cerró el año fiscal 2023 con un déficit fiscal de 1,7 billones de dólares, es decir, del 6,3% del PIB y los expertos calculan que las políticas fiscales de Trump, de mantenerse en el tiempo, incrementarían el descubierto de las cuentas públicas en una horquilla que va del 7% al 9% del PIB de manera sostenida si no hacen recortes en el gasto público. "Si se mantiene en el tiempo este déficit, va a ser un problema para todos", comentan desde el equipo de análisis de Dunas Capital.

En campaña electoral, el republicano presentó su visión para liberalizar la economía estadounidense combinando recortes fiscales, una desregulación agresiva, un impulso a la producción energética nacional y un replanteamiento del rol del Estado en la economía. Prometió reducir significativamente los impuestos tanto para individuos como para empresas planteando una menor presión fiscal para las pequeñas empresas y anunció su intención de eliminar una gran cantidad de normas federales que, en su visión, entorpecen el crecimiento económico y la inversión. Creó el Departamento de Eficiencia Gubernamental dirigido por Elon Musk que lo abandonó a los meses.

Ahora, a medida que se acercan las elecciones de medio término de 2026, la presión sobre la administración para mostrar resultados concretos se intensifica porque muchos de los compromisos adquiridos ante el electorado aún no se han traducido en acciones efectivas o resultados tangibles para la mayoría de los estadounidenses.

"La posición de Trump de cara a las elecciones es sólida. El tema presupuestario nunca ha sido fundamental entre su electorado. Incluso si llega la recesión, está preparando todo para poder echarle la culpa a la Reserva Federal", comenta Alexis Ortega, profesor de finanzas en EAE Business School.

"Las midterms no solo determinarán el control del Congreso, sino también si el presidente podrá avanzar con el resto de su programa durante los dos años finales de su mandato. La historia reciente le sirve de advertencia: en 2018, Trump perdió la mayoría en la Cámara de Representantes tras una serie de promesas legislativas incumplidas, lo que paralizó gran parte de su agenda.

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