
Que los mercados no se hayan vuelto locos y que los analistas llamen a la calma no significa que el futuro de Oriente Medio penda de un hilo. La tensión es máxima y cualquier gesto o escaramuza puede multiplicar los riesgos en una región clave para el suministro energético mundial. Aunque ni a Irán ni a EEUU, en puridad, les conviene un shock en el mercado del petróleo, en este punto es innegable que cualquier chispa puede incendiar la situación (el parlamento de Irán ha aprobado el cierre de Ormuz). Aunque Washington ha intentado focalizar sus ataques contra el régimen iraní en las instalaciones nucleares, el paso dado lo cambia todo y ya tiene sus primeras consecuencias, también en el transporte marítimo, donde los grandes buques que transitan esta arteria vital para el comercio internacional muestran con su comportamiento los riesgos a los que se enfrenta la economía global
Dos superpetroleros, cada uno con capacidad para transportar unos dos millones de barriles de crudo, han dado un giro de 180 grados, dibujando una clara U, en el estrecho de Ormuz después de que los ataques aéreos de EEUU hayan aumentado exponencialmente los temores de que la ruta se convierta en una verdadera ratonera para cualquier buque que la atraviesa, tanto por las bombas aéreas de EEUU e Israel como por algún tipo de represalia por parte de Teherán. Pese a todo, los mercados parecen mantener una extraña calma que tiene explicación, pero también genera dudas entre los analistas.
El Coswisdom Lake y el South Loyalty entraron en la vía navegable y cambiaron bruscamente de rumbo este domingo, según los datos de seguimiento de buques recopilados por Bloomberg. Los dos cargueros vacíos navegaron luego hacia el sur, alejándose de la desembocadura del Golfo Pérsico. Desde los ataques aéreos israelíes del 13 de junio, los sistemas electrónicos y las señales de los buques están cada vez más mostrando más interferencias en el Golfo Pérsico.
A pesar de las interferencias y de los buques que intentan alejarse de la costa iraní, de momento, los petroleros y los buques metaneros han estado circulando por el estrecho tras los ataques estadounidenses. Sin embargo, el giro de estos dos megabuques ofrece una primera señala de preocupación en una zona altamente sensible para los mercados energéticos.
Los armadores y comerciantes están muy atentos a las señales de que la escalada en Oriente Medio afecte a los movimientos y flujos. A primera hora del domingo, el Ministerio de Transporte Marítimo griego emitió una notificación en la que aconsejaba a sus buques reevaluar los movimientos a través de Ormuz y refugiarse en puertos seguros hasta que se calme la situación.
Es posible que los buques prefieran estacionarse fuera de la vía navegable si prevén una espera a su llegada al puerto de carga, dadas las mayores tensiones. Los precios de referencia para el flete de los petroleros ya habían subido cerca de un 90% antes de los ataques del fin de semana. Los derivados de los fletes parecieron dispararse este domingo por la noche. Dentro de la 'calma' generalizada del mercado, esto son indicios de que todo puede cambiar de un momento a otro.
La importancia del Estrecho de Ormuz
El estrecho de Ormuz, situado entre Omán e Irán, conecta el Golfo Pérsico con el Golfo de Omán y el Mar Arábigo. El estrecho es lo suficientemente profundo y ancho como para acoger a los mayores petroleros del mundo, y es uno de los puntos de estrangulamiento petrolífero más importantes del mundo. Por él fluyen grandes volúmenes de petróleo, y existen muy pocas opciones alternativas para sacarlo del estrecho si se cierra. En 2024, el flujo de petróleo a través del estrecho alcanzó una media de 20 millones de barriles al día (b/d), o el equivalente a cerca del 20% del consumo mundial de líquidos de petróleo, según cifras del Departamento de Energía de EEUU. En el primer trimestre de 2025, el flujo total de petróleo a través del estrecho de Ormuz se mantuvo relativamente estable en comparación con 2024.
Como advierten los funcionarios del Departamento de Energía estadounidense, "la imposibilidad del petróleo de transitar por un cuello de botella importante, incluso temporalmente, puede generar retrasos sustanciales en el suministro y elevar los costos de envío, lo que podría incrementar los precios mundiales de la energía. Si bien la mayoría de los cuellos de botella pueden sortearse utilizando otras rutas, lo que a menudo aumenta considerablemente el tiempo de tránsito, algunos cuellos de botella carecen de alternativas prácticas".
Desde que estalló el conflicto con las primeras bombas de Israel sobre Irán, el cierre del estrecho de Ormuz por parte de Irán como represalia ha sido más que contemplado por los estrategas geopolíticos. Este escenario se ha barajado como una respuesta a la desesperada de un régimen iraní que ve peligrar su propia existencia. Bloqueando esta vía, que sería una especie de 'morir matando' para el régimen de los ayatolás, se generaría un shock mundial en los mercados energéticos que acabaría afectando a económicamente al resto del mundo (en especial, la inflación) y presionaría a una Administración estadounidense siempre muy sensible al precio de la gasolina para sus ciudadanos. Más cuando Donald Trump ha hecho bandera de evitar los conflictos exteriores que luego tienen repercusiones para el bolsillo de los americanos.
Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos cuentan con infraestructura que permite sortear el Estrecho de Ormuz, lo que podría mitigar en cierta medida cualquier interrupción del tránsito a través del estrecho, señalan desde el Departamento de Energía americano. "Los oleoductos no suelen operar a plena capacidad, y estimamos que aproximadamente 2,6 millones de barriles diarios de capacidad de los oleoductos saudíes y emiratíes podrían estar disponibles para sortear el estrecho de Ormuz en caso de una interrupción del suministro", concretan. Una cifra muy lejana de los 20 millones de barriles referidos.
Sin embargo, por muy presionado que sea vea, Teherán sabe lo dramático que sería este cierre, dada la importancia que tiene el envío de petróleo hacia Asia, especialmente China, para sus arcas. "Estimamos que el 84% del petróleo crudo y condensado y el 83% del gas natural licuado que se movió a través del Estrecho de Ormuz se dirigió a los mercados asiáticos en 2024. China, India, Japón y Corea del Sur fueron los principales destinos del petróleo crudo que se movió a través del Estrecho de Ormuz hacia Asia, lo que representa un 69% combinado de todos los flujos de petróleo crudo y condensado de Ormuz en 2024. Estos mercados probablemente serían los más afectados por las interrupciones del suministro en Ormuz", señalan los funcionarios de EEUU. Es por ello que, ante el miedo a 'perder' a Pekín, su mejor cliente, Teherán se piense mucho este cierre y hasta ahora todo haya sido una cuestión de retórica.
Asia compra más de cuatro quintas partes de todo el crudo producido en Oriente Medio, y el 90% de este pasa por el Estrecho de Ormuz, según datos de Kpler. A continuación, se presentan tres preocupaciones clave para el mercado asiático a medida que se expande el conflicto:
El vínculo entre Irán y China
China, la mayor refinería de petróleo del mundo, obtiene alrededor del 14% de su crudo de Irán, según datos de Kpler. Es probable que los flujos reales sean mayores, con algunas importaciones de la República Islámica camufladas como envíos no solo de Malasia, sino también de los Emiratos Árabes Unidos y Omán, para eludir las sanciones estadounidenses.
Aunque las mayores procesadoras estatales de China buscan evitar incumplir las prohibiciones, el país en su conjunto no reconoce las sanciones unilaterales estadounidenses. Y estos flujos reducidos son vitales para un sector de refinación privado bajo presión.
Con todo, existe una creciente preocupación por la posible interrupción de dichos envíos. Esto ha impulsado la demanda de otros tipos de petróleo que pueden cargarse directamente en la orilla del océano Índico del Estrecho, incluyendo el crudo Murban de Abu Dabi y el crudo omaní. Irán no solo envía crudo, sino que también es un importante exportador de fueloil, que vende principalmente variedades con alto contenido de azufre que se utilizan para el transporte marítimo o como materia prima para refinerías.
Gran parte de ese suministro finalmente llega a centros de reabastecimiento de buques, como Fujairah en los Emiratos Árabes Unidos, Singapur y Malasia. El llamado fueloil de destilación directa, que puede reemplazar al crudo, generalmente se exporta a procesadores relativamente simples y de bajo margen en China, conocidos como "teteras".
Los riesgos del conflicto en Irán
Desde Deutsche Bank apuntan que "además de cerrar el Estrecho de Ormuz, Irán podría atacar otras infraestructuras energéticas en Oriente Medio o activos estadounidenses, lo que podría provocar una mayor escalada, incluso si Israel o Estados Unidos atacaran las instalaciones de exportación de petróleo iraníes. Hasta el momento, las declaraciones iraníes han sido ambiguas sobre la naturaleza de cualquier represalia: el presidente iraní afirmó que Estados Unidos "debe recibir una respuesta por su agresión" y su enviado ante la ONU habló de una "respuesta proporcionada".