Bolsa, mercados y cotizaciones

Por qué el petróleo y los mercados no están en 'llamas' ante el posible colapso de Ormuz tras el ataque de EEUU a Irán

  • El 20% del petróleo global navega a través del Estrecho de Ormuz
  • Pero las probabilidades de un cierre siguen siendo relativamente bajas
  • El mundo es hoy diferente: EEUU es el mayor productor y hay otras rutas alternativas
 

La entrada de lleno de EEUU en la guerra entre Israel e Irán podría parecer un punto de inflexión en la batalla de Oriente Próximo que debería estar hundiendo a los mercados. El riesgo de un cierre del Estrecho de Ormuz, controlado parcialmente por Irán, y el riesgo de una mayor escalada bélica debería, en principio, asustar a los inversores en renta variable y motivar a los alcistas del petróleo a apostar por un crudo por encima de los 100 dólares. Sin embargo, los inversores, en general, restan importancia a la escalada, el petróleo cotiza plano, el oro se desinfla y muchos estrategas consideran que el conflicto está contenido, e incluso se muestran optimistas respecto a algunos activos de riesgo.

Un resumen muy resumido es el siguiente: el petróleo cotiza plano (debería estar disparándose), el oro cae con intensidad (cuando debería estar subiendo como activo refugio) y las bolsas corrigen levemente (cuando deberían estar cayendo a plomo al ser consideradas un activo de riesgo muy vulnerable a cualquier conflicto bélico que pueda poner en riesgo sus resultados).

Sin embargo, la realidad es bastante diferente. Esta madrugada, el índice MSCI World, que pondera a más de 1.000 empresas de gran y mediana capitalización de 23 mercados desarrollados, cotizaba con leves pérdidas del 0,12%. Los activos refugio también cotizan de forma mixta: el yen japonés se debilita un 0,64 % frente al dólar, mientras que el precio del oro al contado cae un 1% hasta los 3.360 dólares por onza. El índice del dólar, que compara el dólar estadounidense con una cesta de divisas, subió un 0,35%.

En general, las reacciones del mercado tras los ataques estadounidenses han sido menos agresivas, especialmente en comparación con hace poco más de una semana, cuando Israel lanzó ataques aéreos contra Irán. "Los mercados ven el ataque a Irán como un alivio, ahora que la amenaza nuclear ha desaparecido para la región", declara Dan Ives, director general de Wedbush, añadiendo que ve riesgos mínimos de que el conflicto entre Irán e Israel se extienda al resto de la región y, en consecuencia, quede más aislado.

Aunque no debe subestimarse la gravedad de los últimos acontecimientos, otros expertos del sector coincidieron en que no se consideran un riesgo sistémico para los mercados globales. El sábado, el presidente estadounidense, Donald Trump, declaró que EEUU había atacado instalaciones nucleares iraníes. Los operadores siguen de cerca cualquier posible contramedida de Irán tras los ataques estadounidenses a sus instalaciones nucleares.

Posible cierre de Ormuz por parte de Irán

Es lógico que con la entrada de EEUU en el conflicto hayan resurgido los temores a que Teherán pueda responder cerrando el estrecho de Ormuz, una arteria por la que transita cerca del 20% del comercio mundial de petróleo. El Parlamento de Irán ha aprobado este cierre de Ormuz. Sin embargo, los analistas a los que ha tenido acceso elEconomista.es a través de varios informes y otros expertos citados por la CNBC consideran improbable que Irán llegue a bloquear esta vía estratégica. Por otro lado, cada vez son más los expertos que admiten que el mercado de petróleo ya no es el mismo. Hace 20 años, un cierre del Estrecho de Ormuz habría sido fatal para el crudo global y las economías importadoras. Pero hoy, con EEUU como mayor productor de petróleo del mundo y otros países americanos (Canadá, Guyana, Argentina...), el petróleo (su oferta) está mucho más diversificado. El crudo que sale de EEUU o Canadá no tiene que pasar por el Estrecho de Ormuz.

Por otro lado, Ellen Wald, presidenta de Transversal Consulting, señaló que "no hay ningún beneficio neto" en cerrar el estrecho, ya que perjudicaría a sus propios aliados, como China, su principal comprador de crudo. Además, recordó que una interrupción grave de los suministros elevaría el precio del petróleo, lo cual también iría en contra de los intereses de Pekín.

Otros expertos refuerzan esta visión. Anas Alhajji, de Energy Outlook Advisors, explica que la mayoría de los bienes de consumo diario de Irán llegan por esa misma ruta, lo que haría que "sus amigos sufran más que sus enemigos" en caso de cierre. Además, el estrecho, que en gran parte está bajo jurisdicción de Omán, sería físicamente muy difícil de bloquear. "Está lo suficientemente abierto como para que los iraníes no puedan cerrarlo", dijo Alhajji. En la misma línea, Helima Croft de RBC Capital Markets reconoció que Irán podría intentar tácticas como colocar minas o atacar barcos, pero un bloqueo completo sería insostenible, sobre todo por la presencia de la Quinta Flota de EEUU en Baréin. Aun así, como advirtió Amena Bakr de Kpler, el contexto actual es tan extremo que no se puede descartar por completo un escenario así.

El ministro de Asuntos Exteriores iraní advirtió que su país se reservaba "todas las opciones" para defender su soberanía. Según medios estatales iraníes, tal y como se señalaba anteriormente, el parlamento iraní también aprobó el cierre del Estrecho de Ormuz, por donde pasan, cabe insistir, diariamente unos 20 millones de barriles de petróleo y productos derivados. "Todo depende de cómo responda Irán", declaró Peter Boockvar, director de inversiones de Bleakley Financial Group. "Si aceptan el fin de sus aspiraciones nucleares militares… entonces este podría ser el fin del conflicto y los mercados estarán bien", declaró a la CNBC. Boockvar no cree que Irán vaya a interrumpir el suministro mundial de petróleo.

El peor escenario para los mercados se daría si Irán cerrara el Estrecho, lo cual es improbable, afirmó Marko Papic, estratega jefe de GeoMacro Strategy. "Si lo hacen, los precios del petróleo superarán los 100 dólares, el miedo y el pánico se apoderarán de ellos, las acciones caerán un mínimo de aproximadamente un 10% y los inversores se apresurarán a buscar refugio", añade.

Calma en los terminales de los inversores

Sin embargo, los mercados están ahora en calma dadas las "limitadas herramientas" que Teherán tiene a su disposición para tomar represalias, añadió Papic. La idea de cerrar la vía fluvial de Ormuz ha sido una retórica recurrente desde Irán, pero nunca se ha concretado, y los expertos destacan su improbabilidad.

En 2018, Irán advirtió que podría bloquear el Estrecho de Ormuz después de que EEUU se retirara del acuerdo nuclear y restableciera las sanciones. Amenazas similares se hicieron en 2011 y 2012, cuando altos funcionarios iraníes, incluido el entonces vicepresidente Mohammad-Reza Rahimi, afirmaron que la vía fluvial podría cerrarse si las naciones occidentales imponían más sanciones a las exportaciones de petróleo iraní debido a sus actividades nucleares.

"Teherán entiende que, si cerraran el Estrecho, las represalias de EEUU serían rápidas, punitivas y brutales", añade Papic. En la misma línea, el fundador de Yardeni Research, Ed Yardeni, afirmó que los últimos acontecimientos no han debilitado su convicción en el mercado alcista estadounidense.

"Geopolíticamente, creemos que Trump acaba de restablecer la capacidad de disuasión militar de EEUU, aumentando así la credibilidad de su mantra de 'paz a través de la fuerza'", declaró, añadiendo que su objetivo es que el S&P 500 alcance los 6.500 puntos para finales de 2025. Aunque predecir los acontecimientos geopolíticos en Oriente Medio es una "traición", Yardeni cree que la región se enfrenta a una "transformación radical", ahora que las instalaciones nucleares iraníes han sido destruidas.

Donovan (UBS): "Los inversores deben tener cuidado con las reacciones exageradas"

"Nuestra duda y la de muchos analistas es si Irán tiene actualmente, con la debilidad que viene mostrando, capacidad para adoptar una medida tan drástica, medida que también le perjudicaría directamente, al imposibilitar la salida de sus exportaciones de crudo", añaden desde Link Securities sobre el eventual cierre del estrecho.

"Vivimos en un mundo de polarización política y economía de frases hechas. Esto fomenta el sensacionalismo. Los generales de salón ofrecerán opiniones extremas sobre los ataques estadounidenses a Irán. Es probable que tanto los partidarios como los detractores de los ataques dramaticen los acontecimientos. Los inversores deben tener cuidado con las reacciones exageradas", escribe este lunes Paul Donovan, economista jefe en UBS.

En línea con sus colegas de otras casas de análisis, Donovan reconoce que las principales preocupaciones de los inversores son el suministro de petróleo y el transporte marítimo no petrolero. Sin embargo, continúa, aunque ha habido amenazas ocasionales de cerrar el estrecho de Ormuz, Irán necesita ingresos del petróleo y no necesita la ira de los países exportadores del Golfo. "Los ataques a la navegación por parte de grupos terroristas podrían ser más probables. Sin embargo, los impuestos comerciales estadounidenses (los aranceles) suponen una amenaza mucho mayor para los volúmenes de transporte marítimo que los acontecimientos en el golfo", plantea.

Días atrás, antes de que Trump ordenase los ataques contra instalaciones nucleares, el estratega Andreas Steno Larsen tiraba de la historia para exponer una visión similar. En su análisis, el analista nórdico, recordaba cómo la crisis de los misiles de Cuba en los años 60, que tuvo al mundo en vilo durante días ofrece una lección valiosa a los inversores. Nunca durante la Guerra Fría el miedo a una guerra nuclear entre EEUU y la URSS fue mayor. Sin embargo, en apenas dos semanas Washington y Moscú destensaron la situación y el mercado recuperó lo perdido.

"Las crisis geopolíticas suelen dominar los titulares, pero rara vez dejan una cicatriz duradera en los mercados financieros, a menos, claro está, que nos adentremos de verdad en una catástrofe mundial", subraya Steno Larsen. "De hecho, la historia demuestra que la inmensa mayoría de las escaladas militares y las conmociones políticas han resultado ser oportunidades de compra más que caídas sostenidas", alicataba.

Si bien hay algunas excepciones notables -la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Corea y el 11-S-, éstas se ven ampliamente superadas en número por los casos en los que los mercados cayeron brevemente por el miedo, para recuperarse con la misma rapidez una vez que el peor escenario no se cumplió, sostenía el analista. "El patrón histórico es claro: el pánico vende, pero el capital paciente gana", insistía. Parece que, de momento, los inversores hacen caso.

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