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¿Echa el freno Wall Street? Los beneficios trimestrales del S&P 500 crecerán un 5%, el ritmo más lento desde finales de 2023

  • Las empresas advierten de que la incertidumbre por Trump pasa factura...
  • ... y que los meses que vienen serán complejos por los aranceles 
  • El índice de EEUU está a menos de un 3% de la bolsa europea
Toro frente a la Bolsa de Valores de Nueva York (EEUU). iStock

El toro es cada vez menos bravo. La fatiga arancelaria pasa factura a las empresas de Wall Street en un trimestre condicionado por la tabla de impuestos al comercio del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y las consecuencias de su idas y venidas negociadoras. Según datos de FactSet, los analistas contemplan un crecimiento de los beneficios por acción de las empresas del S&P 500 del 5% a cierre del segundo trimestre fiscal del ejercicio, lo que marcaría el ritmo más lento de crecimiento desde el cuarto trimestre de 2023. A pesar de esto, el índice rey de Wall Street está ya a menos de un 3% del EuroStoxx 50 en el año.

Además, se espera que solo seis de los 11 sectores del S&P 500 registren un aumento en las ganancias para el segundo trimestre, el menor número desde el primer trimestre de 2023. Por sectores, comunicación y tecnología, las gran beneficiadas, según los expertos, y la energía, la industria que peor podría hacerlo.

A día de hoy, los bancos han sido de los pocos en presentar unas cuentas semestrales en las que experimentaron un incremento de los ingresos por operaciones, aunque admiten haber asumido efectos "indeseados" por los vaivenes del mercado provocados por la Casa Blanca trumpista.

"En términos generales, todos parecen aceptar mejor la incertidumbre actual", comentó durante la publicación de cuentas el director ejecutivo de Morgan Stanley, Ted Pick. Sin embargo, a pesar del impulso reciente del mercado, el director ejecutivo de JPMorgan, Jamie Dimon, asume que "persisten riesgos significativos, incluidos los aranceles y la incertidumbre comercial, el empeoramiento de las condiciones geopolíticas, los altos déficits fiscales y los precios elevados de los activos". Y Jane Fraser, de Citigroup, añade que "la volatilidad probablemente será una característica, no un defecto del nuevo panorama global".

Paradójicamente, la volatilidad generada por los aranceles se ha convertido en esta temporada en una fuente de ingresos para las mesas de trading de Wall Street. En este segmento de negocio, por ejemplo, Goldman Sachs reportaba hace unos días una subida de los beneficios del 22% hasta los 3.700 millones de dólares, impulsada por un comercio de acciones disparado hasta máximos históricos. El consejero delegado de la entidad norteamericana, David Salomon, llegó a reconocer que "los clientes y los mercados están respondiendo" a las políticas de Trump, pero también avisó de que "los avances, rara vez, se producen en línea recta".

Y luego está la luz verde a la ley fiscal de la Casa Blanca, bautizada como la Big Beautiful Bill, que genera expectativas mixtas en Wall Street. Si bien la extensión de los recortes fiscales de 2017 proporciona claridad a corto plazo, los analistas advierten sobre las consecuencias a largo. Y es que lo que Trump entiende como medidas de estímulo, podría impulsar modestamente el PIB, pero aumentando drásticamente la deuda, desplazando la inversión privada con el tiempo. Para Michael Green, estratega jefe de Simplify Asset Management, la idea fiscal del Gobierno republicano carece de "efectos estimulantes" de los paquetes de la primera legislatura de Trump. "Hay ventajas fiscales mínimas que benefician a ciertos sectores, pero los aspectos más importantes implican recortes en el apoyo a hogares que ya están en una situación precaria", comenta.

Y es que a pesar de la aparente normalización de la incertidumbre arancelaria, persisten riesgos significativos. Los mercados han experimentado el denominado TACO trade (una estrategia basada en la creencia de que Trump eventualmente retrocedería en sus amenazas arancelarias), lo que ha permito que las acciones se hayan ido a máximos históricos. Sin embargo, para Trump es precisamente este récord del mercado la consecuencia del avance de sus políticas comerciales.

Sea como fuere, ahora la preocupación principal de los ejecutivos se centra en cómo reaccionarán los consumidores si los precios de los bienes se disparan debido a los aranceles. La inflación podría reavivir las presiones de hace unos años, lo que complicaría la política monetaria de la Reserva Federal, ya de por sí en liza por la guerra de Trump con el presidente, Jerome Powell. Como advierte Capital Economics: "Los mercados parecen creer que Trump retrocederá nuevamente, pero no estamos tan seguros".

Finanzas, industria protagonista

De momento, el sector financiero ha sido el protagonista de esta temporada de resultados. Goldman Sachs y Citigroup no solo han superado expectativas, sino que también han demostrado una notable capacidad para adaptarse al entorno que ya de por sí es complicado. Los ingresos combinados de trading e inversión bancaria de los cinco grandes bancos alcanzaron los 33.000 millones de dólares, reflejando aumentos del 17% en trading y 7%, respectivamente.

Además, la recuperación de las operaciones corporativas se aceleró significativamente en mayo y junio. A nivel global, se dieron a conocer hasta 33 operaciones por valor de 5.000 millones de dólares, algo que no ocurría, según la consultora PwC, desde 2020.

Tecnología, la gran esperanza

Así, tras las turbulencias del primer trimestre, el sector tecnológico apunta a una posible recuperación en este segundo asalto financiero del año. "Hemos mejorado nuestra perspectiva hacia el sector tecnológico de cara a la segunda mitad del año y es precisamente en la bolsa de EEUU la que presenta un mayor peso de este sector (en torno a 25%/30% de los principales índices)", dicen en Bankinter.

Para la industria de consumo, el consenso del mercado presenta un panorama mixto, con el segmento discrecional mostrando una mayor fortaleza que el consumo básico. Por ejemplo, Walmart, el minorista más grande de Estados Unidos, espera un crecimiento de ingresos del 4,23% hasta los 168.460 millones de dólares, con las ventas en tienda repuntando algo más de tres puntos porcentuales. A nivel global, el retail norteamericano proyecta una mejoría de las métricas del 4% en el año, alcanzando un volumen de negocio total de algo más de 5,2 billones de dólares.

Al tiempo, sin sorpresas espera pasar esta temporada el sector farmacéutico. Una de las grandes, Johnson & Johnson, redujo la semana pasada a la mitad sus previsiones de costes relacionados con los nuevos aranceles y elevó su pronóstico de ventas y beneficios para todo el año. Un movimiento que disparó a la acción más de un 6% en bolsa en una única sesión. Elly Lilly y Novo Nordisk esperan, a su vez, capitalizar la mejoría de las ventas de medicamentos, con casi 14.000 y 8.000 millones de euros respectivamente, impulsadas por el aumento de ventas de sus soluciones contra la obesidad.

El punto negativo lo pondrá, acorde a estimaciones, el sector energético con los analistas contemplando una contracción de beneficios del 25,5% interanual, según FactSet. Una debilidad que contrasta con el comportamiento del primer trimestre, cuando el sector energético había cobrado impulso con un 11,5% de avance debido a las tensiones geopolíticas en Oriente Medio.

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