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El éxito del euro amenaza a Europa: el mercado da por hecho que su ascenso sacudirá al BCE y que Lagarde no podrá pararlo

  • El BCE dijo que 1,2 dólares por euro es "problemático"
  • El mercado da por hecho que se superará esta cifra
  • La Fed asediada y el fin del excepcionalismo de EEUU son las causas
Euro-Dólar (iStoc)

Tras una sucesión de interminables caídas frente al euro, el dólar parece haber encontrado un refugio seguro. Si bien es cierto que en los últimos 30 días la moneda paneuropea se revaloriza un 1,74%, la realidad es que esto está muy lejos de los acelerados avances del arranque de 2025. Solo en lo que llevamos de año el euro ha ganado un 12% frente al dólar, un movimiento histórico que ha alertado incluso al propio BCE. Sin embargo, este alto en el camino, dejando el cambio en los 1,17 dólares, podría ser solo eso, una tregua temporal. Cada vez más inversores y expertos están dando por hecho que en los próximos meses acontecerá un segundo round donde la distancia se expande todavía más… y el BCE se vea obligado a actuar, deteniendo el proceso.

Esto es lo que defienden los analistas de Commerzbank, que explican en un reciente informe que "la historia no ha terminado en el EUR-USD". Thu Lan Nguyen, analista de la firma germana, explica que se han visto obligados a replantear por completo sus previsiones, anticipando una escala muy fuerte del euro en la segunda mitad del año solo frenada por la acción del BCE. Sin embargo, explican que "si bien es posible que veamos recortes drásticos de los tipos de interés, el banco central finalmente no podrá evitar la apreciación porque el problema no vendría enteramente de la diferencia entre los tipos de interés de cada banco".

Según sus estimaciones para septiembre la situación estaría más o menos estable, con el euro cotizando en los 1,18 dólares pero en la recta final del año se dispararía hasta los 1,2 dólares y este proceso seguiría aumentando inexorablemente hasta penetrar la frontera de los 1,25 dólares en el verano de 2026. Siguiendo los mismos argumentos son incluso más agresivos desde BCA Research con un último informe en el que creen que conquistará los mencionados 1,25, pero que no se quedará ahí, sino que tomará los 1,4 dólares. El consenso del mercado de Bloomberg es mucho menos ambicioso pero desde luego va en la misma dirección. Según el mismo el año finalizará en los 1,17 actuales, pero en 2026 se sobrepasarían los 1,21 dólares. A raíz de entonces los años posteriores se mantendrían siempre en niveles similares.

Estos niveles, que muestran una versión conservadora fruto de unir todas las perspectivas de los analistas, ya serían cifras que incomodarían seriamente al BCE, al menos según han expresado directamente los mayores altos cargos de la institución. Luis de Guindos, vicepresidente, explicaba en Sintra que "superar los 1,2 dólares sería ya algo problemático" si subiera más de eso "sería complicado". El motivo es claro, un euro fortalecido abarata las importaciones, generando deflación importada y, al mismo tiempo, debilita las exportaciones, es decir, golpea de forma sensible la economía europea. Un cóctel que, en conjunto se traduce en una espiral de precios más bajos y amenaza de la actividad que forzaría al BCE a bajar los tipos.

Tomasz Wieladek, economista jefe europeo de renta fija en T. Rowe Price decía en una entrevista con Financial Times que "el BCE probablemente esperaba una apreciación lenta". La velocidad actual les habría pillado en fuera de juego "está llegando dinero a Europa demasiado rápido para su tranquilidad y si el euro supera los 1,25 dólares el BCE podría tener que recortar los tipos medio punto para mitigar su impacto sobre la inflación y la economía".

Pero, para entender por qué ni siquiera una acción del BCE podría detener esta espiral, hay que entender primero la naturaleza de la caída del dólar. Esta ha venido de dos frentes, un colapso de la confianza en el billete verde por las políticas de la Casa Blanca y una reciente desconfianza en la estabilidad de la Reserva Federal entre constantes ataques de Donald Trump e incluso la propuesta ya sobre la mesa de una destitución usando como excusa una reforma de su sede. En resumen, no es que la trayectoria de los tipos de interés de los bancos centrales sea la clave para explicar el fenómeno y, por lo tanto, la apreciación es un fenómeno mucho más difícil de contener, para desgracia del BCE.

Desde Commerzbank explican esto en cuatro puntos clave. "En primer lugar ya se duda del excepcionalismo estadounidense, esa ventaja en crecimiento sobre otros países industrializados ya se diluye por la política arancelaria". En segundo lugar, "la confianza en el dólar como refugio seguro se ha visto dañada por todas estas políticas, no solo por los aranceles, sino por las sanciones a terceros países y los riesgos fiscales".

Los otros dos factores para el banco alemán son "un dólar que podría perder su condición de reserva mundial, algo que aumenta significativamente el coste de usar la moneda en contratos de transacción comercial". Y "una Reserva Federal que podría perder su independencia". Esto último es especialmente clave pues "una mayor influencia de la política es la gran amenaza que pende sobre el dólar".

"Es muy difícil que la Fed pueda escapar a la presión que llega desde la Casa Blanca"

Esto último es particularmente importante. Si bien la semana pasado se habló abiertamente de la destitución de Powell para posteriormente desmentirse a las pocas horas, la polémica está volviendo con fuerza siete días después. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, habló este lunes de que se iniciaría una investigación completa sobre si la Fed estaba teniendo éxito en sus misiones". Según el mismo "si la Agencia Federal de la Aviación, por ejemplo, no cumpliera y tuviera tanto errores, estaríamos analizando que está pasando".

Por su parte desde Commerzbank creen que no es tan importante si Powell deja su cargo prematuramente o no pues el daño ya estaría hecho. "Está claro que su sucesor apoyará una política más expansiva, los dos candidatos, Kevin Warsh y Kevin Gasset, lo han respaldado abiertamente". Por su parte, "también es difícil que la Fed pueda escapar a la presión que llega desde la Casa Blanca". Por lo tanto la firma espera que la Fed realice al menos tres recortes a partir de mayo, cuando llegue el sustituto del presidente actual.

El BCE no puede hacer nada

En ese sentido, el BCE poco puede hacer ante estos problemas porque "los principales problemas vienen todas de las políticas estadounidenses perjudiciales para su propia moneda. El grado de la subida dependerá en gran medida de la Casa Blanca y, lamentablemente, Lagarde y sus compañeros no tienen influencia alguna en ello. Es por ello que dudamos de que puedan evitar una apreciación significativa del euro". Pero la clave, como decían, no son los recortes en sí. A medida que el mercado crea que la Fed va perdiendo su criterio y converge con la casa blanca "el dólar se depreciará bruscamente". Si bien "probablemente Trump dé marcha atrás si ve que la divisa se desploma" desde la firma creen que "existe un riesgo claro de que la credibilidad está tan dañada que simplemente con dar marcha atrás no sea suficiente".

Desde BCA Research añaden que todas las posibles sorpresas macro invitan a pensar en un BCE que deba recortar los tipos dos veces más pero para una Fed que tenga que hacerlo un ritmo mucho mayor. "Algo que impulsará todavía más una mayor fortaleza del euro". Por su parte, mientras en Europa se esperan grandes inversiones (en defensa y infraestructuras) que impulsen la economía de la región y con ella al euro, la firma cree que está pasando todo lo contrario con los planes presupuestarios de EEUU. "Las perspectivas fiscales de EEUU se debilitan con el impacto combinado entre el Big Beautifull Bill y los aranceles, por lo que se prevé que el impulso fiscal de EEUU se convierta en un factor adverso para su moneda".

En resumen, tres factores clave. Una energía más barata en Europa tras años de inestabilidad, un impulso económico propio ante el fin de la austeridad y una economía de EEUU debilitada. Una tormenta perfecta que impedirá que el euro termine su escalada. Eso sí, ven un argumento en la idea de que un exceso de importaciones chinas reubicadas en Europa por los aranceles ejercerá presión y forzará algunos recortes más, algo que daría algo de alivio. En cualquier caso, esto no sería suficiente como para tumbar el auge del euro y los problemas que este podría traer.

Este será, sin duda, uno de los temas centrales que dominarán la reunión del BCE este jueves. Si bien ya se sabe prácticamente con certeza que no habrá recortes de tipos, hay una gran divergencia entre los pasos a seguir a partir de ahora. Todo está muy dividido entre aquellos que temen un reinflación por el plan de gasto alemán y los que creen que el euro obligará incluso a recortar tipos por la amenaza de deflación. La próxima cita empezará a definir el rumbo que tomará el BCE, donde la revalorización de su moneda es una de las grandes incógnitas.

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