Bolsa, mercados y cotizaciones

La corona sueca, líder en divisas: ¿cómo aprovecha el aumento del gasto en defensa?

  • La corona sueca, entre las monedas más alcistas del año
  • El dólar estadounidense se deja un 17% en el año frente a ella
  • El 90% de los contratos en Defensa se adjudican a empresas nacionales
Billete de 500 coronas suecas
Madridicon-related

El mercado de divisas se ha convertido en uno de los más expuestos a las decisiones en materia arancelaria del presidente de EEUU, Donlad Trump. Una tendencia que se ha visto confirmada esta semana con descensos en el dólar estadounidense que aprovecharon mayoritariamente el franco suizo y el yen japonés para revalorizarse.

Sin embargo, más allá del comportamiento de ambas monedas, uno de los denominadores comunes en las caídas del dólar estadounidense de las últimas semanas -y meses- es la consiguiente revalorización de la corona sueca (SEK). De hecho, la moneda escandinava sigue siendo la que mejor rendimiento consigue en lo que va de año frente al dólar, gracias a los flujos de capital que han entrado en Europa y la significativa infravaloración intrínseca de la moneda.

Si bien últimamente ha predominado el discurso de "vender activos estadounidenses", también está cobrando impulso el de "comprar activos europeos", apuntan desde Ebury, la fintech global especializada en pagos internacionales e intercambio de divisas, en su último Informe de previsión sobre las divisas del G10.

Las políticas erráticas del presidente Trump, sumadas al abandono por parte de Estados Unidos de su papel de guardián del orden geopolítico y económico mundial, han minado la confianza de los inversores y el estatus de refugio seguro del país, lo que ha provocado una fuga de capitales. Europa, con su sólida estabilidad institucional y la relativa previsibilidad de las acciones de sus líderes, se ha convertido en el destino natural de este capital.

"La corona se ha visto reforzada por el optimismo en torno al aumento del gasto en defensa de la UE, una evolución especialmente positiva para Suecia, que ocupa el decimocuarto lugar entre los mayores exportadores de armas del mundo", apuntan desde Ebury. El país destina importantes recursos a la innovación y el I+D, y el sector militar contribuye aproximadamente un 2% al PIB. También ha aumentado el gasto en defensa al 2,4% del PIB y tiene como objetivo alcanzar el 3,5% en 2030, algo a destacar si se tiene en cuenta que casi el 90% de los contratos se adjudican a empresas nacionales.

Por ello es una de las divisas más alcistas del año, revalorizándose un 17% frente al dólar desde comienzos de enero, más que cualquier otro activo refugio, como el franco suizo y que otras divisas que se ven favorecidas cuando las aguas bajan revueltas en el mercado por el carry trade, como el yen japonés.

Con este movimiento, la corona logra recuperar parte de lo perdido entre 2021 y 2023. Y es que, la divisa escandinava está significativamente infravalorada si se tiene en cuenta la depreciación del 20% registrada en esos años, lo que deja margen para su recuperación que hunde sus raíces en los sólidos fundamentos macroeconómicos de Suecia, que cuenta con una ratio deuda pública/PIB de las más bajas de Europa -33,5%- y una balanza comercial en terreno positivo.

Corona de Oro en Estocolmo, Suecia
Corona de Oro en Estocolmo, Suecia

Si bien es cierto que su fuerte apreciación este año y la volatilidad del mercado juegan en su contra, también lo es que se encuentra bien posicionada para seguir apreciándose. Así lo entiende el consenso de mercado que pronostica a corto y medio plazo alzas para la divisa escandinava frente al dólar estadounidense.

"Se espera que el rendimiento económico de Suecia supere al de la zona euro y al de Estados Unidos a medio plazo. Cualquier estabilización de los mercados mundiales también podría mejorar la confianza de los inversores, lo que respaldaría aún más a la corona", sentencian desde Ebury desde donde mantienen su previsión de una apreciación sostenida de la corona sueca.

Pendientes de su Banco Central

En una semana en la que inversores y analistas esperan un incremento de la volatilidad, con la reunión de los líderes del G-7 y las decisiones sobre los tipos de interés de la Reserva Federal y el Banco de Japón, es inevitable echar una mirada a la entidad central sueca, que el año pasado ya redujo los tipos de interés del 4% al 2,25%.

Esta flexibilización se está empezando a manifestar gradualmente en la economía, gracias a la eficiencia del mecanismo de transmisión de la política monetaria sueca, potenciada por los cortos plazos de fijación de las hipotecas. Se prevé que el crecimiento económico alcance el 1,5-2% en 2025 y el 2,5-3% en 2026, respaldado por el aumento del consumo, los estímulos fiscales y la mejoría del mercado laboral.

Además, algunos de los indicadores clave de la demanda interna, como las ventas minoristas, están aumentando gradualmente, junto con la confianza empresarial, el valor de la construcción y el PMI manufacturero, maquillando otros indicadores no están resultando tan positivos, como los permisos de construcción, el PMI del sector servicios o la tasa de desempleo, que se mantiene cerca de máximos locales, en el 8,5%.

"La posibilidad de que se produzcan nuevos recortes de tipos es menos clara ahora, tras la sorpresa al alza de la inflación en enero y febrero (+0,6% intermensual)", detallan desde Ebury El retraso en las expectativas de recortes ha respaldado a la corona, aunque, dado que los datos de inflación de marzo y abril no son motivo de preocupación, "prevemos uno o dos recortes adicionales en la segunda mitad del año", señalan y advierten que las diferencias operativas entre el Riksbank y el BCE podría suponer un respaldo adicional para la corona.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky