
Con la inversión sostenible sufriendo un eclipse, y Trump promulgando desde el primer día medidas anti ESG (acrónimo de lo ambiental, social y de buen gobierno), Lloyd McAllister, responsable de inversión sostenible en Carmignac, comparte con elEconomista.es su visión de lo que está pasando. Ni el presidente de los Estados Unidos va a hacer tanto daño a las empresas verdes, ni los fondos de inversión sostenible están sufriendo tanto.
Estamos viviendo un año difícil para la inversión sostenible. A la naturaleza 'anti ESG' de Trump se han sumado sus aranceles. ¿Cómo impactan esas tasas sobre las empresas de energías limpias y sobre la inversión ESG en Europa?
En Europa el impacto es bastante limitado. El Viejo Continente exporta mucho a EEUU, pero en general la trayectoria de la UE es bastante divergente en términos de inversión sostenible, y tiene un horizonte de largo plazo, mientras que Trump opera con un horizonte temporal semanal. La UE se verá afectada, obviamente, debido a la gran importancia que tiene Estados Unidos a nivel mundial, pero no veo un gran impacto negativo en Europa por las políticas de Trump. Todo lo contrario.
¿En qué sentido?
Las valoraciones de las empresas europeas han vuelto a subir. Las compañías europeas, en cuanto a su asignación de capital, están intentando protegerse de una pérdida de confianza y del declive del excepcionalismo estadounidense. Están tratando fortalecer la resiliencia de su cadena de suministro, protegiéndose de la exposición a EEUU. Y, cuando pensamos en un tema como la transición energética, Trump no está teniendo un impacto en Europa. Desde la perspectiva de la asignación de capital corporativo, no creo que el presidente de los EEUU haya tenido un gran impacto en Europa. Le puede interesar: los gestores dan la espalda a EEUU y se abalanzan sobre la eurozona.
"Los abrumadores beneficios de la transición ecológica prevalecerán, más allá de la política"
Pero el dinero de los inversores sí se ha retirado de los fondos más 'verdes' europeos.
Ese es el tipo de titulares que se ven: "Los fondos sostenibles pierden dinero", "La inversión sostenible se acabó"... Pero de donde ha salido dinero es de los fondos artículo 9, [los más exigentes en ESG, según el Reglamento de la UE], que se refieren a una pequeña parte del mercado, un 4% en Europa.
Desde que tomó posesión, Trump ha anunciado diversas medidas contra las renovables. ¿Con ese empeño anti-ESG y con su apoyo a los combustibles fósiles se está dando un tiro en el pie?
Se está perjudicando a sí mismo en el largo plazo, y a corto plazo está ganando apoyo de parte de sus bases. En última instancia, los abrumadores beneficios de la transición a las energías limpias prevalecerán, independientemente de las decisiones políticas. La economía de la energía limpia es demasiado amplia como para no seguir adelante. El mejor ejemplo es Texas, cuna del petróleo y el gas. Tiene, dada su historia económica, todas las razones del mundo para no apoyar a las renovables, y sin embargo las está desarrollando a un ritmo de los más rápidos en Estados Unidos, simplemente porque tiene sentido económico. Quieren electricidad barata, limpia y fiable, y la están desarrollando. Le puede interesar: no alcanzar el 'net zero' les 'roba' a los inversores un 1,2% de rentabilidad anualizada.
¿Cómo están viviendo los clientes de Carmignac esta ola 'anti-ESG' y todas estas medidas de Trump? ¿Les han preguntado "qué hago ahora con mi inversión verde"?
Durante el primer trimestre de este año, recibimos 36 consultas de clientes sobre ESG. La gran mayoría de ellas tenían que ver con el sector de defensa. También nos plantearon dudas sobre exclusiones y sobre las regulaciones de sostenibilidad. No hubo ninguna sobre Trump.
"No ha sido culpa de la ESG que los países europeos hayan dependido demasiado de EEUU en el campo de la defensa"
¿El sentimiento anti-ESG estadounidense se ha extendido de alguna manera a Europa?
Creo que hay focos de cuestionamiento. Y la inversión sostenible, como cualquier otro tema, pasa por ciclos de madurez y auge [...] Hay una evolución en curso sobre qué significa y cómo llevarla a cabo. Por otro lado, te diría que las áreas de cuestionamiento actuales tampoco son nuevas. Temas como la defensa generan debate cada tres o cuatro años.
¿La inversión en defensa que necesita la UE puede hacerse a través de fondos ESG?
En primer lugar, hay que distinguir entre armas convencionales y controvertidas. En estas últimas [bombas racimo, minas antipersona...] nadie puede invertir, porque son ilegales en muchos de los países donde operamos. Dicho esto, los fondos clasificados según el Reglamento de la UE como artículo 8 [que integran criterios ESG y suponen el 54% del patrimonio en fondos en Europa] sí pueden invertir en defensa. Los artículo 6 [considerados no sostenibles], también. Si sumamos ambas categorías de fondos, el 96% de los activos bajo gestión europeos tienen libertad para invertir en defensa. En el caso de los artículo 9 [los más exigentes] invertir en este sector sí es complicado por varias razones, pero representan un 4% del patrimonio en fondos. Esta idea de que Europa está limitada a la hora de invertir en el sector de defensa por razones ESG es absurda. [...]. Las empresas del sector han estado pagando, creo, 15.000 millones en dividendos, y aumentando su efectivo en 13.000 millones. No son compañías con limitaciones de capital. El problema es que no tenían clientes, y ahora sí, porque los gobiernos quieren invertir en este tema. Pero no ha sido culpa de la ESG que los países europeos hayan dependido demasiado de EEUU en este campo.
¿Qué comportamiento o qué tendencias podemos esperar en los fondos ESG este año?
Creo que, en lo que respecta a la transición energética, se ha producido un cambio de perspectiva. Los inversores se han alejado de la asunción de riesgos tecnológicos. En lugar de ser propietarios de los paneles solares, ahora tienden a serlo de la infraestructura de la que dependerá toda esa nueva tecnología, como son las redes eléctricas. Cuando inviertes en infraestructura energética, el riesgo es mucho menor que cuando lo haces en nuevas tecnologías. La gente se está refugiando en ese tipo de negocios durante este período de incertidumbre.