
Un tremendo desplome han sufrido las compañías ligadas a las renovables en bolsa desde el pasado 5 de noviembre, cuando el republicano Donald Trump se impuso a Kamala Harris en las presidenciales de EEUU. Como candidato había sido muy claro acerca de su rechazo a la transición energética, así que las cotizadas vinculadas a ella no tardaron en sufrir en bolsa. Desde la victoria, el índice mundial de las energías limpias, el S&P Global Clean Energy Transition Index, se hunde un 14,2%; en cuanto al valor bursátil, ha pasado de alcanzar una capitalización de 812.000 millones de dólares, a estar en los 700.000, según recoge Bloomberg. Dicho de otro modo, ha volatilizado el 14% de su valor bursátil, 112.000 millones de dólares. El Global Clean Energy refleja el comportamiento de las 100 principales compañías del sector a nivel global (incluyendo a las españolas Iberdrola, Acciona Energía y Solaria).
Con el mercado pendiente de conocer el alcance de los anuncios sobre aranceles realizados por Trump este miércoles, no puede olvidarse que el republicano ya anunció en enero la retirada de permisos para nuevos parques eólicos, y en febrero aranceles para las torres eólicas fabricadas en España.
El comportamiento del Global Clean Energy nada tiene que ver con el del índice estadounidense de referencia, el S&P 500, que, incluso después de la corrección que ha vivido, sólo cotiza un 1,4% por debajo del nivel previo a la victoria de Trump; en capitalización, sólo merma un 1% (aunque, eso sí, ese descenso se traduce en una pérdida de 504.000 millones de dólares). Su valor bursátil ha pasado de 50,1 a 49,6 billones (trillion estadounidenses) de dólares desde el 5 de noviembre de 2024.
Según señalan desde UBS, aunque la volatilidad en el sector verde ha aumentado este año debido a la preocupación por el gasto en centros de datos de IA y las regulaciones ambientales, "confiamos en el sólido crecimiento de la demanda de centros de datos". Además, "dado que el Congreso estadounidense, controlado por los republicanos, apoya los créditos fiscales para la energía eólica y solar terrestre, y el desarrollo de energías renovables que generan empleo e ingresos, prevemos que estos créditos se mantendrán", explican. Por otro lado, ven oportunidades a largo plazo en el cobre y los metales de transición debido a las tendencias de electrificación. El índice S&P Global Clean Transition Index recoge todo este universo de empresas, no sólo las dedicadas a la generación de energías alternativas sino también a las que fabrican materiales para la fabricación de paneles solares o vehículos eléctricos, por ejemplo.
Tras la profunda caída que ha sufrido, el índice de las renovables cotiza, por fin, con un PER (multiplicador de beneficios) normalizado, en 14,75 veces: esto quiere decir que cada euro de beneficio estimado para el ejercicio de 2025 se paga a 14,75 euros (el año pasado, un euro de beneficio se pagaba casi a 31 euros). En base a esta ratio, está más barato que el S&P 500, que pese a los descensos aún roza las 21 veces.
Entre los descensos más pronunciados desde el 5 de noviembre, llama la atención el desplome de Sunrun, fabricante de baterías estadounidense, que se deja un 60% de su valor (ahora no llega a los 1.500 millones de dólares de capitalización); Plug Power, que desarrolla pilas de combustible de hidrógeno, cae un 48%; la portuguesa EDP Renovaveis pierde un 40%, igual que el fabricante de módulos fotovoltaicos First Solar.
Entre las españolas, la peor parte se la lleva Solaria, que cae más de un 29% desde la victoria de Trump; Acciona Energía, por su parte, retrocede más de un 14%. E Iberdrola se desmarca, al anotarse una revalorización en bolsa cercana al 11%, y cotizar en zona de máximos históricos.