
Aunque ahora se busque la solución con una tregua de 90 días, el daño ya está hecho. Los aranceles de EEUU, de momento del 10% para las importaciones procedentes de todos los países y del 125% para los originarios de China, mermarán en un 9% los beneficios por acción de las empresas del S&P 500 en un golpe a la economía norteamericana que podría llevarse por delante un 1,5% del PIB, según los cálculos de los economistas de Bank of America.
El impacto directo estimado de los aranceles y las represalias de China -ha activado tarifas del 84% como contramedida a productos estadounidenses- será de aproximadamente el 15%, suponiendo una elasticidad unitaria, sin impacto de divisas y sin repercusión en los precios. Algo que podría empeorar en medio de una escalada comercial entre las dos mayores economías del mundo.
Dicho esto, los expertos del banco de inversión exponen que "el PIB real ha sido históricamente un motor más importante del BPA que el PIB nominal" y así justifican el cálculo que resulta en que la beta del BPA del S&P 500 con respecto del PIB real de EEUU de 5,8 veces. En virtud de estos números, por cada retroceso de un punto porcentual en el crecimiento de la actividad económica del país, el repunte de las ganancias por título de las mayores empresas estadounidense se ve afectado en "unos 5 o 6 puntos", en igualdad de condiciones.
El apalancamiento operativo tiene efectos en ambos sentidos y es más pronunciado en sectores con un fuerte peso en el tejido productivo de la nación norteamericana como son la energía, consumo discrecional, industria, materiales y tecnología.
En un momento en el que la claridad es más una quimera que una realidad tangible por la impredecibilidad de las políticas de Trump, las empresas tienden a paralizar cualquier movimiento que suponga un gasto.
Inicio de la temporada de resultados
A pesar de ello, de acuerdo a los cálculos de los expertos de Bloomberg Intelligence, durante el primer trimestre fiscal el crecimiento interanual estimado de los beneficios del S&P 500 será de algo más de un 6,7%, frente al 11,1% pronosticado tras la victoria electoral de Trump en noviembre. En 2025, la proyección de ganancias es de algo más de un 9%.
Este próximo viernes, comienza la temporada de resultados con las cuentas de los grandes bancos de EEUU, entre ellos, JP Morgan, Citigroup o Wells Fargo. De las 'Siete Magníficas' se prevé que los ingresos netos alcancen su nivel más bajo desde el primer trimestre de 2023.
Un golpe para el consumo
Dicho esto, ya se dan algunas pinceladas sectoriales. Bryan Spillane, analista de bienes de consumo básico de Bank of America, entiende que en la lectura de los resultados del primer trimestre fiscal de 2025 muchas empresas de la industria todavía no habrán recogido el impacto de los aranceles en cuentas aunque sí que espera "unos ingresos por debajo de las expectativas" tras varios ajustes en las últimas semanas en las estimaciones.
"El ajuste del gasto de los hogares está subiendo la curva de ingresos, la incertidumbre entre los grupos de migrantes/inmigrantes y los factores exógenos (clima, incendios) están influyendo. Actualmente vemos más riesgo para las ventas y las ganancias", apostilla.
A nivel global y tomando como referencia las expectativas de beneficios para el sector en 2025 de principios de año, el sentimiento del mercado ha cambiado al revisar sus proyecciones de ganancias netas a la baja en más de un 5%, mientras que han mejorado en algo más del 1% para el conjunto del S&P 500.
Una cuesta abajo sobre la que también planea el futuro de la industria inmobiliaria. En este segmento, y debido al descenso del precio neto, junto con la inflación de los terrenos, la presión sobre los márgenes de los constructores no deja de crecer, advierte otro de los expertos de la entidad, Rafe Jadrosich.
"Los ingresos de las empresas de productos de construcción y de reparación y remodelación probablemente disminuirán en el primer trimestre de 2025, a medida que los propietarios siguen aplazando proyectos discrecionales de alto coste", concluye Jadrosich.