
El oro es el gran refugio del mundo en tiempos de incertidumbre. Cuando cae el telón de acero, el metal brillante reluce con más fuerza, demostrando que el miedo de los inversores ante la política comercial de Donald Trump está lejos de haber terminado. Sin embargo, con los aranceles ha ocurrido algo realmente extraño. El metal amarillo cayó con fuerza los primeros días y, posteriormente, se ha tornado a las subidas. Ahora, con los mercados vibrando se podría esperar un retroceso del activo refugio por excelencia, pero está pasando todo lo contrario: sigue subiendo. Detrás de este movimiento crece un consenso entre los expertos: la materia prima está dando buena cuenta de que el caos arancelario no ha terminado.
El presidente estadounidense ha supuesto un terremoto para los mercados financieros. En el Día de la Liberación del pasado 2 de abril, el mandatario anunció un paquete de aranceles universal del 10% y otro que variaba entre los países que tuviesen mayor déficit comercial hasta alcanzar el 50%. Estos impuestos a las importaciones se sumaban a los ya decretados anteriormente, como los del 20% a China o los del 25% al aluminio y a los coches.
El shock inicial que provocó la nueva política comercial ha traído el caos, con ventas masivas en Wall Street y los bonos estadounidenses, y huida a otros activos considerados más seguros como el euro o el yen, que sufrieron una elevada revalorización frente al dólar en los primeros compases. Sea por la presión económica del mercado, que estaba encareciendo los bonos del Tesoro norteamericano; por los consejos de asesores como Elon Musk; o por suponer la siguiente estrategia de negociación del republicano, Trump pausó ayer el grueso de los aranceles, dejando solo una tasa universal del 10% y subiendo solo los de China al 125%. También mantiene los impuestos al aluminio, el acero y los vehículos del 25% y parcialmente suspendidos los de Canadá y México de otro 25%.
El oro vence a Wall Street
En esta vorágine, el ganador ha sido el oro. El metal noble lleva una revalorización de casi el 19% en lo que va de año (incluso contando la caída por el huracán arancelario) y vence a las principales plazas financieras. El S&P 500 se deja un 7% desde principios de año; el Euro Stoxx 600 cae un 3%; el Nikkei 225 baja un 12% y el Shanghái Composite, un 1%.
El oro sigue funcionando como activo refugio de referencia del mercado. Aunque las turbulencias arancelarias le hicieron caer un 6%, el metal noble ha vuelto a recuperar casi todo lo perdido y vuelve a situarse por encima de los 3.000 dólares la onza. Este fuerte crecimiento del brillante frente a la renta variable es un indicio de que la euforia de estos días es un disfraz que enmascara el miedo inversor a la alta volatilidad. Prueba de ello es la corrección que se ha vivido este jueves en Wall Street, con el arranque de la jornada teñida en rojo con bajadas del 2%.
Bailes en las últimas semanas
En primer lugar se debe matizar por qué hubo caídas iniciales en el oro con los aranceles. El motivo es que en preparación a los aranceles desde EEUU se procedió a compras masivas que dispararon la materia prima para protegerse por si este metal quedaba también gravado. Marcus Garvey, responsable de estrategia de materias primas de Macquarie, explica que "ha aumentado la demanda de material que pueda trasladarse a Estados Unidos antes de la posible imposición de aranceles, como puede verse claramente en la acumulación de las existencias de oro en este país". De hecho los últimos datos disponibles mostraron unas compras de 330.000 millones de dólares en oro desde EEUU en un solo mes (enero), según datos del Departamento de Comercio; 30.800 millones de dólares más que el mes anterior. Tras comprobarse que no era así los precios cayeron en un clásico 'compra con el rumor, vende con la noticia'.
A partir de entonces hubo subidas que no se han detenido con la tregua, para sorpresa de muchos. Detrás de que el rally continúe está la verdad incómoda de que la incertidumbre sigue y la guerra comercial no ha terminado, pese a que vivamos una desescalada clave. Carsten Menke, analista de Julius Baer explica que "si bien vimos al principio un caos con las compras masivas de oro, derivando en ventas forzadas" ahora "el caos arancelario y los riesgos de crecimiento que trae se han convertido en un un factor cíclico estructural". Desde Renta 4 coinciden en que pese a las buenas noticias "la incertidumbre sigue siendo elevada y el mejor termómetro es el oro". Desde Bankinter lo ven igual alegando que los inversores valoran que "el nivel de incertidumbre sigue históricamente alto y se mantiene parte de los aranceles".
Entonces qué pasará a partir de ahora. El consenso parece indicar que si bien puede esperarse algo de volatilidad con caídas puntuales, la realidad es que los factores estructurales que sostienen el oro se mantiene reforzados, algo que irá elevando poco a poco su valoración. Desde Generali hablan incluso de que, dado que ven una "salida de capitales en activos denominados en dólares" buena parte de ese éxodo se puede ver desviado hacia el metal amarillo "generando un gran aumento de la inversión en oro". Hablando de perspectivas, en Wisdom Tree ven que "con un mundo atrapado en una extrema incertidumbre sin saber a donde irá exactamente la guerra comercial el oro seguirá subiendo. Nuestro pronóstico son los 3.600 dólares la onza, pero no descartamos los 4.000".
Los bancos centrales tienen hambre
La desdolarización y la huida de los activos valorados en esta moneda venía ya jugando un rol clave. Durante 2024, cuando la materia prima se revalorizó un 27% los bancos centrales y sus compras frenéticas fueron el factor clave para explicar su avance. En particular destaca el apetito del Banco Popular de China y otros países como la India. A estos les siguieron otros países como Polonia o Turquía. En 2024, los bancos centrales compraron 1.045 toneladas de oro, un nuevo récord que reafirma el papel del oro como reserva de valor, según el Consejo Mundial del Oro.
Ahora estábamos en otro capítulo totalmente diferente y prueba de ello es el último informe del Consejo Mundial del Oro que dice "el 71% de los bancos centrales planean reducir o mantener sus reservas de oro, lo que indica una disminución de la demanda". Sin embargo desde Generali ahora esperan que este proceso vuelva a acelerarse: "Las erráticas decisiones en los términos de intercambio han mermado el papel del dólar estadounidense y de los bonos del Tesoro de EEUU como refugio seguro". "Es probable que las compras de los bancos centrales vuelvan a acelerarse dado que es imposible encontrar una alternativa a los bonos del Tesoro de EEUU", añade.
Relacionados
- ¿Qué hizo que Trump diese un giro de 180 grados con los aranceles? El mercado toma el control de la Casa Blanca
- El temor a una fuga de capitales en EEUU y un cambio de régimen global acelerado: la teoría que podría explicar la pausa en los aranceles
- El 'culpable' es el oro: Suiza busca una explicación al "incomprensible" castigo comercial de EEUU