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El escudo anti-inflación de Trump se ha caído: el dólar rompe la regla sagrada de los aranceles

  • Trump insistía en que la moneda absorbería los aranceles y haría que los exportadores paguen su precio
  • El billete verde, rompiendo la teoría económica, cae con fuerza
  • Los expertos hablan de que esto abre la puerta a un golpe inflacionario sin precedentes

Un principio clave de la economía está fallando de forma inesperada y, en consecuencia, está dejando expuesto el país a la inflación. Mayores aranceles implican un dólar más fuerte. Todos partían de esta base, pues la teoría monetaria es clara. Tal y como explica el Think Tank, Tax Foundation, "introducir aranceles genera escasez de dólares o más dificultad de adquirirlos y, ante la expectativa de menos importaciones, el dólar se aprecia frente a otras monedas".

Esta apreciación es uno de los escudos económicos que pueden proteger a los ciudadanos estadounidenses del golpe inflacionario que genera esta medida pues, aunque las empresas suban precios por los aranceles, la importación se vuelve más barata. Sin embargo, la realidad es que esta lógica se ha roto por completo y el dólar está atravesando una tormenta.

Donald Trump el día 2 de abril ha asestado un golpe sin precedentes al comercio mundial. El republicano impuso un 34% de aranceles extra al gigante asiático aunque no fue el único, también impuso un 20% a la UE y 24% a Japón. Aunque de media ahora impondrá al mundo entero un 25%. Esta decisión ha seguido a respuestas como la de China, de gravar un 34% los productos norteamericanos y de Canadá de imponer unos gravámenes del 25% a los coches.

El día que se anunciaron los aranceles el billete verde se desplomó un 1,71% frente a su homólogo europeo. El último mes la caída asciende al 3,2%. Estos movimientos han llevado a un cambio de 0,9103. Respecto al resto de divisas la situación es realmente similar Por su parte el índice que recoge la cotización de la moneda frente a una cesta de divisas mundiales marca una ruta muy similar con una caída del 2,2% en escasos días y del 6,2% en lo que va de año.

Desde ING aluden a motivos políticos y en su último informe comentan que "el dólar ya no es un refugio seguro". Según el banco neerlandés estos aranceles escapan de la teoría económica porque ponen en entredicho el sistema comercial global y los inversores "están buscando alternativas seguras en estos momentos". En ese sentido mencionan al euro, que "dada la situación que se está generando puede vivir un gran impulso y es la segunda moneda de mayor liquidez".

En resumen, si bien la teoría económica es clara y apunta a que los aranceles traerían una revalorización de la divisa asociada, aquí entra en juego algo que pocos habían previsto. El dólar, que actúa apoyado por la fortaleza de la economía y de EEUU y su posición de dominio global, ha visto con estos agresivos aranceles como estas dos características se ven afectadas de forma clara. La confianza como refugio se resquebraja ante la rivalidad y los choques que traen los aranceles... y la economía se ve amenazada por un movimiento tan abrupto, gravando prácticamente a todo el planeta.

Esto además viene en un momento crítico a favor de la moneda paneuropea. Pues el viejo continente está preparando una mega emisión de deuda para financiar el enorme gasto de de gasto de Alemania, que se ha liberado parcialmente de su cerrojo constitucional contra el déficit y del rearme europeo de todo el continente. "La moneda europea se perfila como una de las grandes ganadoras ahora mismo, con una enorme emisión de bonos AAA y mayor gasto fiscal que invita a los inversores extranjeros a depositar sus reservas en esta divisa. Podríamos ver mucho capital fluyendo hacia Europa", comentaba Alfonso Peccatiello, CIO de Palinuro Capital. Sin embargo, desde ING señalan a dos 'viejos conocidos como refugios alternativos' como son el yen y el franco suizo. La moneda nipona se revaloriza un 3,2% en solo dos días, mientras el franco suizo hace los propio un 3,8%.

Adiós al escudo anti-inflación

Pero, volviendo al dólar en sí mismo. La firma neerlandesa insiste con que ahora toca esperar una inflación disparada pues "si bien a priori podría evitarse con una revalorización del dólar que compense el efecto arancelario", la realidad es que "de hecho, la moneda se está debilitando por lo que claramente esto no va a funcionar".

Los analistas de Gavekal Research explican que la caída del dólar no solo tiene que ver con la desconfianza en EEUU y el flujo de dinero abandonando el país en busca de otros activos. Según la firma este es el resultado de años de una sobreexposición del mercado hacia los dólares. "La explicación de que no funcione la 'apreciación automática' es realmente sencilla, el mundo ha sobreponderado los activos en dólares y por tanto la repentina imposición de estos aranceles ha provocado que, de golpe, la economía de EEUU sea menos competitiva, y ha pasado de golpe para muchos de ser un destino de capital a una fuente de capital".

En consecuencia la firma considera que esto condena a una elevada inflación a EEUU dado que "ya no se podrá cumplir la promesa de que serán los países que reciben los aranceles los que paguen la situación en vez de los consumidores". En ese sentido, los analistas de Julius Baer puntualizan que esto se mezcla con una Reserva Federal que ahora, ante un golpe económico, estaría obligada a recortar los tipos de interés. Según el banco helvético "los crecientes riesgos de recesión incrementan la posibilidad de ajustes a la baja de la Fed y, en consecuencia, hunden al dólar".

Este cóctel inflacionario puede, según Gavekal, activar una espiral totalmente destructiva para EEUU, siempre que el dólar sigue bajando y si Trump no da marcha atrás con los aranceles. El proceso es el siguiente, "a partir de ahora comenzaría un efecto riqueza negativo a medida que salgan dólares de EEUU y la divisa caiga". En consecuencia "esto fomenta un círculo vicioso de caída en los precios de los activos, menor crecimiento económico y menor valor de la divisa". Por su parte, unos inversores extranjeros huyendo de EEUU "aumentarán los costes de financiación al salir de los bonos, provocando que el déficit de EEUU aumente todavía más".

Esto supone una verdadera bolsa nieve para la economía de EEUU que, según UBS, provocará que este mismo año el crecimiento ya sea solo del 1%. Analistas como El-Erian, hablan de un 50% de posibilidad de recesión. Sin embargo, las perspectivas pueden ser incluso mayores que un golpe económico y rediseñar para siempre el mercado financiero mundial. Gavekal concluye que la Fed se encuentra ahora en una situación realmente difícil donde "el ciclo imperial de la moneda estadounidense (como lo denominó George Soros) ya habría empezado a revertirse".

En cualquier caso el despertar de la inflación es algo que ya muchos dan por hecho ahora que dólar no actúa como el muro que debía contener la amenaza arancelaria. Desde Mirabaud explican que "la escalada en los precios ya está reapareciendo pues esta medida actuará como un impuesto sobre los consumidores con un impacto de 300.000 millones de dólares al año para el poder adquisitivo de las familias. Algo que reintroduce la dinámica de inflación justo cuando los bancos centrales esperaban una normalización".

"Vemos la inflación repuntando al menos un 0,5%"

Desde Capital Economics hablan de un IPC desatado escalando por encima del 4%. Detrás de este cálculo está la siguiente lógica: "Dado que las importaciones representan aproximadamente el 10% del consumo, un aumento del arancel efectivo de aproximadamente el 24% añadiría aproximadamente un 2,4% al nivel de precios del IPC".

Desde MFS Investment, comentan que "las estimaciones actuales apuntan a un lastre de alrededor del 1% para el crecimiento económico, junto con un impulso inflacionista de alrededor del 0,5%". Esto ocurriría "dado que los aranceles son un impuesto sobre los consumidores". Los expertos de DWS hablan de un impacto del 1% más sobre los precios. Además, los expertos de la firma insisten en el dólar como la prueba ineludible de esta situación. "El dólar perdió terreno de forma generalizada, señal de que en este caso Estados Unidos es parte del problema, no de una potencial solución".

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