Bolsa, mercados y cotizaciones

EEUU no saldrá impune de la guerra de los aranceles y será también unos de los grandes 'perdedores': el efecto boomerang ya se nota

  • Las caídas en los mercados auguran el 'precio' a pagar por EEUU
  • La desconfianza de los inversores extranjeros irá en aumento
  • Las perspectivas de PIB e inflación empeoran por momentos
Imagen: Alamy

Pizarra en mano, Donald Trump comparecía anoche para anunciar a bombo y platillo que grava con elevadísimos aranceles a prácticamente todas las regiones comerciales del mundo. El esperado Día de la Liberación, como él y sus acólitos venían denominando a esta ronda de aranceles "recíprocos" generalizados, se salda con un 'tarifazo' del 20% a la Unión Europea como castigo más destacado, si bien China vuelve a recibir ración de aranceles y naciones del sudeste asiático se llevan impuestos comerciales cercanos al 100%, como es el caso de Camboya. Sin embargo, el daño no solo lo va a sufrir el resto del mundo. EEUU también 'pagará' esta escalada en la guerra comercial y, más allá del enturbiamiento de las perspectivas macroeconómicas en medio del debate sobre una pronta recesión, el efecto boomerang ya se está apreciando este jueves en los mercados. "Nadie gana en una guerra comercial" es una de las frases que más se está escuchando estos días en las casas de análisis.

El secretario del Tesoro de EEUU, Scott Bessent, reputado inversor y al que los mercados consideraban "un par de manos seguras" en medio del vendaval Trump, ha salido repetidamente en los medios para decir que esta agresiva agenda política tiene como fin una cierta 'depuración' de la economía de EEUU. Como si de la toma de un batido detox se tratara, Trump y los suyos quieren cambiar el marco imperante aunque esto, a corto plazo, suponga daño. Los nuevos gobernantes creen que el resto del mundo se ha aprovechado de la generosidad de EEUU en las últimas décadas y que el aparato estatal se ha hecho demasiado grande, especialmente a manos de los demócratas. Para rescatar la grandeza que un día tuvo EEUU, dicen desde el movimiento MAGA (Make America Great Again), hay que tomar medidas dolorosas ahora. El propio Trump no quiso descartar en una entrevista la recesión y verbalizó que la economía podía pasar por un periodo de "transición" en la implementación de este programa.

Con unos datos macroeconómicos siempre más lentos, los mercados son el lienzo en el que primero se reflejan los temores. Wall Street ha corregido con fuerza desde que se vio que este Trump 2.0 no se iba a casar con nadie y que los retrocesos en bolsa no iban a frenar sus medidas, como sí ocurrió en su primer mandato. El anhelado 'Trump put', la 'opción Trump', básicamente que la Casa Blanca relaje su agenda si Wall Street corrige demasiado, no se está produciendo y no tiene visos de llegar en el corto plazo.

La salva arancelaria de anoche acelera los temores. Wall Street ha sucumbido con fuerza este jueves con caídas del 4,84% en el S&P 500, índice de referencia, y de hasta el 5,97% en el Nasdaq Composite. El mejor pasaporte de EEUU en el mundo, el dólar, también ha recibido una fuerte sacudida borrando más de un 2% ante el euro y ante el yen japonés.

Esto es solo un reflejo más de que la teoría no es tan bonita como la pintan desde el entorno de Trump (los aranceles al resto del mundo permitirán recaudar lo suficiente como para bajar impuestos en casa mientras se regresa a una era dorada de la industria local) y que la realidad también golpe a quien aprieta el gatillo. Algunos analistas buscan consuelo en el hecho de que todo esto puede ser una táctica de negociación (Bessent ha dicho que estos aranceles son un "techo"). Sin embargo, aunque sea así, serán inevitables las represalias por parte de los perjudicados y la propia situación de incertidumbre minará la confianza. Desde Julius Baer estiman que esta incertidumbre y volatilidad pueden durar desde tres a nueve meses.

Premier Miton Investors: "Los asignadores de activos globales verán a EEUU de una manera muy diferente. ¿Venderán los inversores internacionales de EEUU como resultado de esto y empezarían a transferir dinero? Sí, probablemente lo harán"

"Los asignadores de activos globales verán a EEUU de una manera muy diferente", opina en Bloomberg Neil Birrell, director de inversiones de Premier Miton Investors. "¿Venderán los inversores internacionales de EEUU como resultado de esto y empezarán a transferir dinero? Sí, probablemente lo harán". "El agravamiento de las preocupaciones sobre el crecimiento de EEUU a raíz de las noticias sobre los aranceles y las caídas adicionales relacionadas en las acciones estadounidenses han significado que el dólar no está disfrutando de su tradicional estatus de refugio seguro y moneda de reserva", constata Ray Attrill, jefe de estrategia cambiaria en National Australia Bank. Unas reflexiones que no invitan a la calma sabiendo que, por ejemplo, el importante lote de deuda del Tesoro en manos de inversores extranjeros, con importante presencia de China y Japón.

"La narrativa está pasando del excepcionalismo estadounidense a la alienación (como una suerte de ensimismamiento) de EEUU", afirma Kok Hoong Wong, jefe de ventas de renta variable institucional de Maybank Securities en Singapur. Una anécdota resume bien este pensamiento. En una discusión hace semanas en redes sociales, un inversor estadounidense se quejaba del masivo estímulo fiscal alemán, denunciando que así la mayor economía de Europa perdía su estatus de refugio seguro como garante de la disciplina fiscal. Otro inversor -presumiblemente europeo- le contestaba que mejor invertir en bonos alemanes que en los de unos EEUU descarrilados políticamente.

En el medio plazo, el caos político parece estar asegurado y la presión política interna sobre el presidente Trump aumentará drásticamente. "El Partido Republicano presionará cada vez más a Trump para que dé marcha atrás, concluya acuerdos comerciales y ofrezca exenciones para reducir la presión sobre los mercados financieros y la economía global. Los legisladores republicanos temerán ser derrotados en las elecciones de mitad de mandato. El presidente deberá ajustar su postura. Sin embargo, tomará tiempo negociar nuevos acuerdos comerciales con numerosos países. Mientras tanto, las empresas tendrán que lidiar con aranceles más altos", apuntan desde BCA Research. Estos estrategas ven improbable que la administración dé marcha atrás con la suficiente rapidez como para evitar una espiral descendente en los mercados financieros y la economía, vaticinando que las acciones caerán hacia un mercado bajista.

Golpe al consumidor, es decir al PIB

"Cada día que pase con estos aranceles tendrá un impacto negativo en el crecimiento estadounidense, principalmente a través del consumo. Dada la fragilidad del consumidor medio estadounidense y su aversión a las subidas de precios tras la fase inflacionista de los últimos años, la repercusión de las subidas arancelarias en los precios al consumo tendrá un fuerte impacto en la demanda. Y si las subidas de tarifas no se repercuten en los consumidores, son los márgenes de las empresas los que se resentirán. En cualquier caso, el impacto será muy negativo, y el riesgo de recesión en EEUU empieza a ser muy real", explican desde La Financière de l'Échiquier.

Desde el banco alemán Commerzbank inciden en que "la errática política económica está destruyendo las bases de la planificación y provocando la reticencia de empresas y consumidores". Los aranceles afectarán negativamente a la economía al aumentar temporalmente los precios de las importaciones, reducir la capacidad de la Reserva Federal de recortar los tipos de interés oficiales, reducir las ganancias y la inversión corporativa, aumentar la incertidumbre económica, endurecer las condiciones financieras y obligar a otros países a tomar represalias contra las exportaciones estadounidenses", coinciden desde BCA Research.

Según los cálculos de Capital Economics, estos aranceles recaudarán un máximo de aproximadamente 770.000 millones de dólares en derechos de aduana anuales adicionales para el gobierno de EEUU; aunque, suponiendo que unos aranceles tan elevados provoquen un marcado descenso de las importaciones, el aumento de los ingresos acabará probablemente más cerca de los 700.000 millones de dólares, equivalentes al 2,3% del PIB, precisan.

"El impacto en la economía real depende fundamentalmente de lo que se haga con esos ingresos fiscales adicionales. Si se devuelven a los consumidores a través de otros recortes fiscales, el crecimiento económico no sufrirá demasiado. Si se utiliza para reducir el déficit presupuestario, se produce una restricción fiscal de más del 2%, lo que significa que la economía tendría suerte si evitara una recesión. Suponemos lo primero, pero incluso en ese caso esperamos que el crecimiento medio del PIB se acerque al 1,5% anualizado en los próximos cuatro trimestres", desarrollan desde la casa de análisis británica.

En BCA estiman que el impacto negativo del PIB en la economía estadounidense será mayor que el 0,5%-1% previsto por las encuestas de Bloomberg y el FMI, debido a la alta probabilidad de que se produzcan ciclos de retroalimentación negativos. El gasto y la confianza del consumidor estadounidense ya habían comenzado a desacelerarse por razones cíclicas. El nuevo shock en la economía estadounidense y mundial provocará una mayor reducción del gasto, lo que se traducirá en menos vacantes, más despidos, menores ingresos y una mayor reducción del gasto, argumentan.

Sin embargo, expertos como los de Pantheon Research creen que el golpe de los aranceles en la competitividad y precios locales acabarían afectando al consumo quitando nueve puntos al PIB de EEUU de una tacada. Incluso si se bajan los impuestos o se usa ese dinero para incentivar el crecimiento, "el impacto de los aranceles seguirá siendo significativamente negativo para el consumo".

Desde Scope Ratings han publicado, por su parte, un demoledor informe anunciando que, a raíz de los aranceles reducen al 1% el crecimiento de EEUU que esperan para 2025 frente al 2,7% en las últimas previsiones relativas a diciembre. Para 2026 ven un PIB avanzando un 1,5% frente al 2,2% anterior. Además los analistas de la agencia de rating lamentan que esto no cambiará en nada el gran problema de EEUU. "La trayectoria de la deuda pública en Estados Unidos sigue siendo insostenible a largo plazo. Prevemos déficits fiscales elevados y persistentes en los próximos cinco años, lo que elevará la ratio deuda/PIB del 121% en 2024 a entre el 130% y el 140% en 2029". El motivo es que "es probable que los ingresos fiscales se mantengan muy por debajo de las estimaciones que ofrece Trump".

Más inflación (aún)

El efecto en la inflación también preocupa. "Es probable que los aranceles masivos provoquen un aumento de los precios al consumidor y desaceleren la economía estadounidense. Las importaciones de bienes a EEUU representan aproximadamente el 11% del PIB. Y es probable que se encarezcan en un promedio de casi el 20%. Si excluimos que los proveedores asumirán parte de los costos, los consumidores podrían optar por otros productos y otros parámetros, como el tipo de cambio, podrían variar", avisan desde Commerzbank.

Desde ING hablan de unas "presiones inevitables para los precios". A priori, estos analistas creen que esto podría evitarse con una revalorización del dólar dado que "si este se aprecia en la misma cantidad que el aranceles el efecto se compensa", pero remarcan que "dado que de hecho se está debilitando, claramente esto no funciona". En consecuencia la firma neerlandesa cree que "los niveles de los precios pueden aumentar un 3,3% en el peor de los escenarios". Desde Pantheon esperan un incremento del 1% solo en los precios subyacentes.

Capital Economics, por su parte, habla de un IPC escalando hasta el 4% tras calar el mantra de que un índice de precios al consumo del 3% era la 'nueva normalidad' en EEUU. Detrás de este cálculo está la siguiente lógica: "Dado que las importaciones representan aproximadamente el 10% del consumo, un aumento del arancel efectivo de aproximadamente el 24% añadiría aproximadamente un 2,4% al nivel de precios del IPC".

El suelo se rompe bajo la Fed

En ese sentido la Fed se encontraría con un gran problema en sus manos. Una inflación resucitada y una economía dañada al mismo tiempo. Esto ha llevado a dos escenarios muy diferenciados entre los analistas. Algunos consideran que la institución monetaria terminará claudicando con mayores recortes dando por imposible devolver los precios al objetivo del 2% y priorizando el apoyo al crecimiento y al empleo. No opinan igual desde Capital Economics que hablan de "una Fed manteniendo los tipos de interés sin cambios todo el año".

"La tarea de la Fed se volverá más compleja, ya que los objetivos de máximo empleo y estabilidad de precios serán más difíciles de alcanzar. Según las declaraciones del presidente de la Fed, Powell, en la última conferencia de prensa, la Fed podría ignorar el aumento de la inflación relacionado con los aranceles y, por lo tanto, abstenerse de subir los tipos de interés. Sin embargo, esto supone que las expectativas de inflación no se descontrolen", advierten en Commerzbank.

Desde ING explican que "habrá este gran dilema, pues tendrá que apoyar la economía con recortes pero atrapado entre dudas con la inflación. En ese sentido si bien mantenemos dos recortes, uno en septiembre y otro en diciembre, ahora creemos que los riesgos se inclinan claramente a más intervenciones este año ante unas perspectivas económicas más pesimistas".

Los analistas de UBS, por su parte, esperan cuatro recortes de tipos para 2025 por parte de la Fed equivalentes a 100 puntos. Esto supone un importante cambio desde los dos movimientos que esperaba hasta ahora, pero lo justifican en el gran impacto de los aranceles.
En cualquier caso los mercados se mantienen con cautela y siguen dando por hecho que la Fed mantendrá inalterado el precio del dinero la próxima reunión, en mayo. Para lo que resta de año ahora se esperan tres recortes de 25 puntos básicos.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky