
La renta fija sigue ofreciendo una buena oportunidad. Los precios de los bonos deberían subir a medida que los bancos centrales, sobre todo el BCE, sigan bajando los tipos de interés. El mercado da por seguros dos recortes del precio del dinero este año en Europa, que probablemente serán tres. En EEUU se espera al menos uno. Al mismo tiempo, los cupones que ofrece este activo también pueden hacer que algunos inversores se replanteen si les compensa meterse en bolsa: con el bono estadounidense en el 4,50% y la rentabilidad esperada para el S&P 500 este año cerca del 3,7%, hay quien se pregunta si merece la pena estar en Wall Street.
Los bonos verdes, sociales y sostenibles son un segmento de la renta fija que debería comportarse de forma similar a los bonos vainilla, pero que tienen ventajas frente a éstos en el momento en el que nos encontramos, según explicaron los expertos reunidos en el último Encuentro ESG de elEconomista.es. En palabras de Guillermo Uriol, responsable de Inversión Investment Grade en Ibercaja Gestión: "Por regla general, los bonos sostenibles tienen algo más de duración, ya que normalmente corresponden a proyectos de más largo plazo. Son bonos de mayor calidad que los estándar y, por regla general, suelen estar ligados al comportamiento de la deuda pública. De modo que, si esperas que la deuda pública corrija hacia la baja en tipos -es decir, que lo haga mejor en precio-, tendrán un buen comportamiento por ese componente de mayor duración", explicó.
Por su parte, Jorge González, director de Análisis de Fondos e Investigación en Tressis, señaló que en general, en la entidad están "muy positivos" con la renta fija sostenible de cara a este año. "De hecho, es un activo que vamos a reincorporar a las carteras que durante todo el año pasado no incluían ni bonos verdes ni sociales. Vamos a volver a comprar bastante bono social. Consideramos que es un activo para para tener en cartera en 2025", señaló González.
"Es un buen momento para entrar en este activo también porque este mercado está mucho más maduro, ha crecido, en volumen y también en términos de transparencia en relación con los requisitos que deben cumplir los emisores", añadió Claudia Antuña, socia responsable de Sostenibilidad en Afi. "Incluso los propios inversores entienden mucho mejor este segmento. Y, una vez que tienes claro cuál es tu posicionamiento en renta fija, desde luego es una oportunidad, porque además es un activo que aporta muchísima transparencia de cara al inversor". Los bonos verdes financian proyectos que favorecen el medio ambiente, y el emisor actualiza periódicamente la información sobre el uso de los fondos y los beneficios medioambientales conseguidos.
Dentro de la categoría de deuda sostenible, los bonos verdes son los más habituales. Pero existen también los sociales, destinados a proyectos vinculados con cuestiones como la sanidad, la educación o la inclusión, y los propiamente llamados sostenibles, que combinan características de los verdes y los sociales.
Qué rentabilidad ofrecen los bonos ESG
El índice Bloomberg MSCI Global Green Bond, que refleja el comportamiento de una cesta de bonos verdes globales, ofrece una rentabilidad del 3,50%, con lo que no está lejos del 3,65% de su homólogo de deuda estándar, el Bloomberg Global Aggregate.
"El comportamiento de un bono verde no es muy diferente del de un bono convencional", explica Susana Sánchez Duarte, directora de Fixed Income ESG en CaixaBank AM. "Si estás positivo en renta fija y quieres entrar en ella, hazlo a través de bonos verdes, me parece un planteamiento completamente correcto. El único problema que tenemos con este activo es que no siempre existe la alternativa verde de aquello en lo que quieres invertir, no los hay en todos los sectores ni en todos los vencimientos", advierte. "Efectivamente, se trata de un mercado todavía muy sesgado hacia el investment grade, con emisores de elevada calidad crediticia y sesgos hacia determinados sectores, con lo que podemos encontrarnos con ciertas limitaciones de mercado", añade Claudia Antuña.

'Efecto Trump' sobre las emisiones verdes
2024, sin haber sido un año récord, sí fue un buen ejercicio en emisiones de bonos sostenibles. Se colocaron 950.000 millones de euros en todo el mundo, según los datos de Environmental Finance, y 24.151 millones en España (un llamativo 14% más que en 2023), de acuerdo con los datos recogidos en el último informe anual de Ofiso, el Observatorio Español de la Financiación Sostenible. ¿Qué nos deparará 2025? Julián Romero, presidente de este Observatorio, cree que se notará un negativo efecto Trump. El presidente de EEUU, que es abiertamente anti sostenibilidad, anunció varias medidas en contra de la energía eólica nada más tomar posesión del cargo, entre otros decretos anti ESG. "En 2024, en España se registró un crecimiento de doble dígito en emisiones en 2024, y a nivel mundial crecieron un 2%. No soy demasiado optimista en cuanto a que vayamos a ver un gran aumento sobre estas cifras. Espero un efecto Trump sobre los incentivos a que las empresas se comprometan financieramente con la descarbonización", afirma. De hecho, ya ha sucedido que algunas emisiones que iban a realizarse en formato sostenible, "han dejado de tener ese formato", explica Romero; "Son gotas que van a calar, y que harán que se ralentice la buena tendencia en emisiones que tenía este mercado", pronostica.
"Está claro que la elección de Trump como presidente de EEUU genera incertidumbre, también sobre la velocidad de la implantación de la transición ecológica en Europa", añade Alfonso Deus, miembro del Comité de Sostenibilidad de CFA Society Spain. Deus considera que, para los emisores, los bonos verdes "estos activos pueden facilitar la colocación frente a los tradicionales, ya que el universo de inversores es mayor", pero añade que "los motivos que mueven a las instituciones y empresas que emiten bonos verdes son otros; la transición verde y el cumplimiento de unas normativas europeas cada vez más estrictas", principalmente. En lo que respecta a los inversores, este tipo de activos suelen comportarse forma menos volátil que sus homólogos no sostenibles en el mercado secundario, "probablemente porque muchos de los inversores institucionales en este tipo de bonos tienen una política de buy and hold", añade Deus.
Jorge González, de Tressis, cree que en 2025 podríamos volver a ver el llamado greenium, la prima por precio que tenían estas colocaciones para el emisor. "En los dos o tres últimos años, esta greenium había disminuido, pero creo que volveremos a ver TIRes ligeramente por debajo" de las de emisiones similares no verdes", anticipa.