Bolsa, mercados y cotizaciones

¿Tiene sentido pagar un 40% más por la locomotora bursátil europea?

  • La previsible victoria de los democristianos favorecería un cambio de política fiscal...
  • ... que impulsará, según los expertos, a 'titanes' nacionales como VW, SAP o DB
  • Sin embargo, el crecimiento económico coloca al país a la zaga de Europa
Cartel electoral en una ciudad de Alemania. Fuente: iStock

Fin definitivo de la era Merkel. Cuatro años después de que la física y expolítica alemana criada en una localidad a 80 kilómetros al norte de Berlín, en la República Democrática Alemania, Angela Merkel, abandonara definitivamente la política federal tras 16 años al frente de la economía más boyante del continente europeo, Alemania se prepara para conocer el resultado de la convocatoria electoral más importante para el país en varias décadas.

Con un electorado polarizado y un claro apoyo a las posiciones de la derecha parlamentaria cuya bandera enarbolan los democristianos de la CDU-CSU, aunque con un gran empujón en las encuestas para el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania, estas elecciones federales prometen crear una incertidumbre sustancial en el mercado. Los diferentes escenarios de coalición -una fórmula obligada para gobernar, según revelan los estudios demoscópicos- podrían tener impactos dramáticamente diferentes en acciones de renombre para el Dax como Siemens, SAP, Volkswagen e, incluso, Deutsche Bank.

La considerable brecha entre las derechas, combinada con el modesto apoyo a lo socialdemócratas del SPD y los Verdes, sugiere un mandato dividido que podría conducir a prolongadas negociaciones de coalición y atrasos en la aplicación de las necesarias políticas de reactivación económica por las que suplica el país. De momento, las perspectivas políticas parecen que animan a los inversores que apuestan por el Dax llevándolo a máximos históricos semana tras semana. Todos los ojos están puestos en la más que previsible agenda pro empresarial del futuro canciller, Friedrich Merz, caracterizada por políticas fiscales estables, un impuesto de sociedades reducido y un entorno regulatorio simplificado con el ánimo de promover la confianza de los inversores reduciendo la incertidumbre y alentando la inversión de capital que sufrió un frenazo tras el colapso del Gobierno tripartido de Olaf Scholz el pasado otoño.

De esta agenda conservadora podrían beneficiarse Volkswagen o Siemens por un entorno de mercado más claro, pero también SAP cuya inversión constante en tecnología e innovación aqueja de los impulsos gubernamentales necesarios o Deutsche Bank donde estiman poder experimentar cierta estabilidad con políticas monetarias consistentes. No obstante, si el futuro Gobierno ve marcado el compás de su actividad por la ultraderecha estas mismas empresas se enfrentarán a un entorno de mayor volatilidad marcado por perturbaciones comerciales, guerras arancelarias y obstáculos burocráticos que lastrarán sus negocios.

Pero independientemente de la incertidumbre electoral que se avecina, el Dax en Alemania ha experimentado una impresionante tendencia alcista durante las últimas semanas tras superar los 20.500 puntos a principios de enero. Desde entonces, el índice ha alcanzado un máximo histórico en 18 de los últimos 23 días y se acerca a los 22.000 enteros día tras día. Un comportamiento que se acompasa con el sectorial industrial germano que, en el mismo periodo, se ha revalorizado un 10,2%. Ambos índices han ganado más de un 85% y un 126%, respectivamente, desde la crisis del dieselgate de 2015. En contraposición, la actividad industrial del país, sobre la que se sustenta gran parte de la actividad económica, se redujo casi un 11%, según el índice elaborado por Bloomberg.

En este contexto, el PER medio del índice, es decir, las veces que el beneficio se recoge en el precio de la acción, es superior a las 18 veces por lo que se podría entender que existe cierta sobrevaloración en el mercado alemán por acciones como Zalando, Covestro o Sartorius con métricas muy superiores a esta. Aún con todo, más de la mitad de las acciones del selectivo ostentan el consejo de 'compra' por parte de los analistas siendo Deutsche Telekom el título que reúne un mayor optimismo entre los inversores, acorde a los datos de FactSet, y el holding empresarial de la familia Porsche -propietaria de Volkswagen- el que menos furor causa entre los expertos aunque el consenso entiende que se deberían 'mantener' las posiciones ya que son las que, a día de hoy, junto al grupo Volkswagen y Mercedes-Benz ofrecen una mayor rentabilidad por dividendo, superior al 7%.

Complementariamente, el sector farmacéutico es el que ofrece a los inversores, por estimaciones, un mayor potencial de revalorización en bolsa a lo largo de los próximos 12 meses con Merck (36,3%) y Bayer (26,7%) como máximos exponentes. En esta dirección, el podio lo encabeza la energética RWE con un recorrido alcista pronosticado de más del 45% que se conjuga con el segundo mejor consejo de compra de todo el mercado alemán por parte de los expertos.

DWS: "Lo peor ya ha pasado"

Así las cosas, desde DWS entienden que lo peor de la tormenta ya ha pasado para la economía alemana. "El sentimiento mejora, el rendimiento podría extenderse al resto de valores del índice y las cotizaciones podrían subir aún más", explica la portfolio manager de la gestora, Sabrina Reeh, para advertir que, en cualquier caso, uno de los condicionantes para la evolución del mercado a lo largo de los próximos meses serán los aranceles estadounidenses.

A juicio de Reeh existen dos factores que podrían seguir impulsando a las grandes capitalizaciones alemanas. Por un lado, se observa una estabilización de los datos económicos para la industria manufacturera. "Ahora hay indicios -aunque todavía tímidos- de un cambio a mejor", apunta; y por el otro lado cree que la evolución de los beneficios empresariales podría tener un impacto positivo en el mercado; "Incluso sin una aceleración del crecimiento mundial, un crecimiento de los beneficios de entre el 5% y el 10% es realista", asevera.

Esperar al resultado electoral

Sin embargo, el analista de operaciones de ventas de IG España, Diego Morín, califica de "encrucijada" la situación de una economía como la alemana "prácticamente en recesión", con una industria del automóvil "por los suelos y graves problemas" que han llevado a gigantes locales del sector como Volkswagen, Audi o Mercedes-Benz a deslocalizar la producción para "soportar el aumento de costes" y anunciar despidos "masivos" con el ánimo de poder sostener los precios de los vehículos. En parte a raíz de ello, califica de "excesiva" la subida de más del 50% en los últimos 16 meses para el Dax y más viendo "los problemas de deuda, economía y recesión de la eurozona", sin olvidarse de la presión inflacionista que sigue "lejos" de los objetivos del Banco Central Europeo.

"Es posible que, tras las elecciones o a raíz de nuevas noticias sobre aranceles, podamos ver caídas del índice por encima del 3%, e incluso, 5%", avisa Morín. Un supuesto que también defiende Joan Cabrero, asesor de EcoTrader, quien entiende que el selectivo alemán está en "subida libre" sin ningún signo de debilidad. "El Dax no tiene resistencias ahora mismo y el soporte podríamos colocarlo en los mínimos semanales, en este caso, sobre los 21.760 puntos que, de perderlos, podrían mostrar algún signo de debilidad más amplio", comenta.

Los expertos coinciden en que se debe esperar a conocer el resultado de las elecciones de este próximo 23 de febrero para poder vislumbrar con mayor nitidez en qué dirección podría navegar Alemania a lo largo de los próximos cuatro años. Por lo pronto, desde Scope Ratings ya han rebajado su previsión del PIB para 2025 del 0,9% al 0,1% por las trabas comerciales con Estados Unidos y el retraso en la aplicación de los estímulos fiscales por la convocatoria electoral. "El crecimiento ha ido a la zaga de otras grandes economías europeas", sentencian en un aviso a navegantes que el próximo inquilino de la Cancillería Oficial de Alemania tendrá que escuchar si quiere sacar del atolladero a la que en anteriores crisis ha sido la 'locomotora' que ha evitado el colapso del proyecto común europeo.

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