
Egipto lo tenía todo (en teoría) para albergar grandes cantidades de petróleo y gas en sus vastos desiertos y superficie. El país se encuentra cerca de otras regiones y economías ricas en hidrocarburos como son Libia o Argelia, sin embargo, Egipto no ha sido bendecido con la misma geología (aunque produce algo de petróleo), por lo que para encontrar algo de petróleo tiene que buscar en lugares insospechados. De este modo y con mucho esfuerzo, se ha logrado encontrar un pequeño yacimiento de petróleo en el Goflo de Suez, a las puertas de una de las mayores obras de ingeniería del mundo y que es al mismo tiempo la gran fuente de ingresos del país: el Canal de Suez. Por supuesto, este hallazgo y las operaciones que se realicen a su alrededor no van a entorpecer el tráfico de este canal, que genera muchos más ingresos de lo que van a generar los pocos de millones de barriles encontrados en este yacimiento.
A orillas de una de las mayores obras de ingeniería de la historia, el Canal de Suez, este nuevo hallazgo petrolero (hubo otro hallazgo reciente en Egipto) promete reforzar la producción energética de Egipto y reducir su dependencia de las importaciones. La perforación del pozo exploratorio East Crystal-1, en el Golfo de Suez, ha sido un éxito, según ha anunciado la empresa emiratí Dragon Oil, en colaboración con la Gulf of Suez Petroleum Company (GUPCO). Este descubrimiento marca un hito en la exploración de hidrocarburos en la región y subraya la importancia estratégica de una zona que ha sido clave para el comercio global desde el siglo XIX.
El pozo East Crystal-1 ha revelado un notable yacimiento en la capa Hawara, con un grosor de 16 pies y una producción inicial superior a los 2.000 barriles diarios de crudo. Sin embargo, la mayor incógnita aún se encuentra en la capa subyacente, conocida como honey layer, que supera los 100 pies de grosor y cuya capacidad aún no ha sido puesta a prueba. Los técnicos de GUPCO prevén completar el desarrollo del yacimiento con la perforación de dos nuevos pozos, que podrían añadir más de 5.000 barriles de crudo por día, consolidando así el potencial energético de la zona.
Unos pocos millones de barriles de petróleo
Este hallazgo no solo confirma las expectativas previas a la perforación, que estimaban unas reservas de 8 millones de barriles, sino que abre la puerta a superar estas cifras con futuras exploraciones. En este sentido, el descubrimiento encaja dentro de la estrategia del Ministerio de Petróleo y Recursos Minerales de Egipto, que busca incrementar la producción local de petróleo y gas como un pilar fundamental para reducir la factura de importaciones y fortalecer la seguridad energética del país.
Ubicado en un área concesionaria integrada en el Golfo de Suez, el pozo East Crystal-1 es el segundo gran descubrimiento reciente logrado con la última tecnología de exploración sísmica, Ocean Bottom Node (OBN), tras el éxito del pozo S. El-Wasl-1. Esta avanzada metodología permite obtener imágenes de mayor precisión del subsuelo marino, facilitando la identificación de reservas de hidrocarburos en áreas previamente inexploradas o consideradas de difícil acceso.
El gran Canal de Suez
El contexto de este hallazgo no es menor. El Canal de Suez, testigo de siglos de comercio y geopolítica, vuelve a ser el epicentro de una nueva historia de expansión y desarrollo. Desde su inauguración en 1869, esta arteria marítima ha sido fundamental para la conectividad entre Europa, Asia y África, impulsando el tránsito de bienes (entre ellos destaca el petróleo) y, más recientemente, consolidándose como un corredor energético clave. Ahora, la riqueza de sus aguas no solo radica en el tránsito de barcos, sino también en el crudo que yace en sus profundidades.
El éxito de la perforación en el Golfo de Suez reafirma la capacidad de Egipto para atraer inversiones y desarrollar su sector energético con socios internacionales de peso. Empresas como Dragon Oil han apostado por la región con tecnología de vanguardia, impulsando la exploración y la producción en un área que, pese a su larga tradición petrolera, sigue revelando nuevos tesoros bajo su superficie.
El descubrimiento también refuerza la posición de Egipto como un actor estratégico en el mapa energético global. Con el crecimiento de la demanda de crudo y gas en mercados clave como Asia y Europa, la producción en el Golfo de Suez puede desempeñar un papel crucial en el abastecimiento regional y en la estabilización de precios. Además, con la OPEP+ ajustando constantemente los niveles de producción, cualquier nuevo yacimiento supone una ventaja competitiva para los países productores que buscan mantener su relevancia en el sector.
A la búsqueda de petróleo en Egipto
Mientras GUPCO avanza en la perforación de los nuevos pozos, el mercado petrolero observa con atención el desarrollo de este descubrimiento. Si la capa honey layer confirma su potencial, las reservas del yacimiento podrían superar con creces las expectativas iniciales, brindando a Egipto un mayor margen de maniobra en su estrategia energética y económica.
Durante varias décadas del siglo XX, la industria petrolera egipcia se erigió como uno de los pilares fundamentales de su economía. En su apogeo, Egipto llegó a producir cerca de un millón de barriles de petróleo por día, consolidándose como un actor importante en la industria energética internacional. No obstante, la situación ha cambiado drásticamente en los últimos años, y hoy en día el país produce alrededor de 540.000 barriles diarios (no cubre ni su demanda interna), un declive significativo que ha puesto de manifiesto los retos y limitaciones que enfrenta la nación en la actualidad.
La importancia del petróleo en Egipto comenzó a crecer a mediados del siglo XX, cuando se descubrieron grandes yacimientos en el Mar Rojo y en el desierto occidental. Estos hallazgos impulsaron la economía egipcia y atrajeron la inversión extranjera, situando al país como un productor relevante en el contexto de la industria petrolera mundial. La riqueza petrolera permitió que Egipto diversificara su economía y financiara proyectos de infraestructura y desarrollo.
El Golfo de Suez, que durante siglos ha sido un punto de conexión entre civilizaciones y un motor del comercio global, se reconfigura ahora como una esperanza para encontrar y extraer esta riqueza energética. La historia de este estrecho de mar, marcado por el ingenio humano desde la construcción del canal, suma un nuevo capítulo en el que la tecnología y la exploración se unen para redibujar el futuro energético de la región.
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