
Un 47% cae, en dos años, el índice bursátil que aglutina a las 100 principales compañías de renovables del mundo, que cotiza en mínimos de casi un lustro. El sector ha sufrido por un cóctel de factores: los altos tipos de interés durante más tiempo del esperado les han hecho daño, ya que son generalmente compañías muy apalancadas, y al mismo tiempo han sufrido graves problemas de suministro. Ahora el panorama no es mucho más favorable, ya que este lunes toma posesión del cargo Donald Trump, el nuevo presidente de Estados Unidos. El arranque de año ya ha sido movido para el sector verde en bolsa gracias a él, cuya filosofía es abiertamente anti sostenibilidad. "Vamos a intentar que EEUU tenga una política en la que no se construyan molinos de viento", afirmó Trump a primeros de enero. Con aquello tiró a la baja de las cotizaciones de las eólicas a ambos lados del Atlántico, que ya venían de sufrir.
Tras las últimas caídas, las firmas de renovables cotizan en el parqué con un PER (Price to Earnings ratio, o número de veces que el precio de la acción recoge el beneficio esperado) de 14,2 veces con los beneficios esperados de 2025, esto es, con un descuento del 56% respecto a la media de los últimos 3 años, que es de casi 33 veces, y una rebaja del 48% respecto al promedio de la década (de 27 veces). En 2026, el multiplicador caerá más, hasta las 11,3 veces.
Esto implica que, al contrario de lo que ha venido pasando estos años, las renovables se compran más baratas que el mercado. Con el beneficio esperado para 2025, invertir en el índice de energías limpias es más barato que hacerlo en el EuroStoxx (cuyo PER de 2025 está en las 14,29) o en el S&P 500 (está cerca de las 22).
La clave está en la subida esperada de los beneficios. Según recoge Bloomberg, el BPA (beneficio por acción) de las empresas del S&P Global Clean Energy crecerá de forma llamativa en los próximos ejercicios: de los 27,50 dólares por acción actuales, saltará a 51,20 dólares por acción a cierre de 2025 (un 90% más), y se irá hasta los 64,5 en 2026 (otra subida adicional del 26%). Natalia Luna (Columbia Threadneedle): "El hidrógeno verde es una solución sólo para nichos concretos".

Iberdrola es la mayor cotizada española dentro del S&P Global Clean Energy. El consenso de mercado que recoge FactSet estima que la compañía elevará su beneficio un 23% entre 2023 y 2027, cuando las ganancias netas se situarán en los 6.400 millones (la variación se ha realizado desde 2023 porque el beneficio de 2024 está alterado por los extraordinarios derivados de la venta de activos en México). Esta misma semana, la compañía que preside Ignacio Sánchez Galán era elegida por Morgan Stanley como una de las empresas del mundo con mejor modelo de negocio, entre un total de 31 compañías. Desde el banco de inversión señalaron que la acción de Iberdrola "mantiene un crecimiento del beneficio por acción superior al 5% hasta 2030, que junto con un rendimiento de dividendos de aproximadamente el 5% proporciona un rendimiento total para el accionista de alrededor del 10%". Las gestoras de fondos de inversión sostenible afrontan 2025 "sin miedo a Trump".
Desde los niveles en los que cotiza actualmente, los analistas del consenso que recoge FactSet otorgan a las acciones de Iberdrola un moderado potencial del 8%, y recomiendan mantenerla en cartera. No puede olvidarse que la compañía marcó el pasado octubre máximos de todos los tiempos en bolsa, en los 14,17 euros. Actualmente ronda los 13,3 euros.
Por su parte, Acciona Energía, otra de las españolas del S&P Global Clean Energy, retrocede en bolsa un 21% en los últimos 12 meses, tras un desastroso 2024 en bolsa. Los analistas aconsejan mantener sus títulos, a los que desde estos niveles dan un recorrido al alza del 32%. A la tercera española en el índice verde, Solaria, le otorgan un potencial alcista del 62% después de haberse desplomado en el parqué un 56% en 12 meses. La recomendación de los analistas del consenso que recoge FactSet es mantener.